Los microhubs logísticos se han convertido en una de las tendencias en distribución más importantes del presente año. Reconfigurar el almacén para hacer frente a la demanda, en el contexto de la pandemia global por Covid-19, se ha convertido en el principal objetivo, pero no son sus únicos beneficios.
A largo plazo, los microhubs (instalaciones donde los bienes y productos destinados a entregas se agrupan dentro de los límites de un área urbana determinada) podrían dar respuesta a problemáticas como el aumento de contaminación, el colapso del tránsito y menores tiempos de entrega.
Pese a los beneficios, todavía no está claro si esta tendencia en auge en Estados Unidos y Europa podría extenderse masivamente en América Latina.
Microhubs logísticos en Latinoamérica ¿una realidad?
En entrevista para THE LOGISTICS WORLD, Juan Carlos Pacual, CEO de Kompplex Analytics, académico en la UNAM y el Instituto Artek y especialista en transformación digital y data driven bussines, destacó que implementar microhubs logísticos en la región podría tomar más tiempo que en otras partes del mundo.
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“Se debe entender que este tipo de modelo ha sido impulsado a lo largo de los años y con una gran inversión de dinero por parte de grandes empresas como Amazon. En la región de Latinoamérica podría funcionar, siempre y cuando se trate de almacenes para productos de alta rotación y se tenga muy bien identificado el producto en demanda”, precisó Juan Carlos.
“Se debe tomar en cuenta que un almacén más pequeño no puede cargar todo tú catálogo, sino, tal vez, el 5% del inventario”, destacó el experto.
Para el CEO de Kompplex Analytics, antes de decidirse por una estrategia que incluya microhubs cerca de las zonas urbanas, muchas empresas de la región deben plantearse o replantearse una estrategia para competir online.
Si bien es cierto es que las áreas urbanas representan retos importantes para el transporte de mercancías (retos que podrían intensificarse en la llamada "nueva normalidad" con el aumento del tránsito y los problemas de logística urbana), realizar inversiones importantes para acercar los almacenes a los clientes no necesariamente es la primera opción para las empresas latinoamericanas.
“No todas las empresas tienen una infraestructura para competir con las mismas características de Amazon. Para muchas, una estrategia mejor podría ser, en lugar de montar una red de distribución, dar una parte del ingreso de distribución a empresas y startups dedicadas a este ramo”.
No olvidar la experiencia del cliente
La pandemia ha acelerado un despegue explosivo del comercio electrónico en Latinoamérica. De acuerdo con datos de Kantar, un 40% de usuarios ha comprado por primera vez en un ecommerce en los últimos cuatro meses. Las buenas experiencias podrían animarlos a repetir la compra, ya que un 73% de éstos ha afirmado que volvería a comprar por la vía digital.
Este crecimiento ha puesto el foco en el canal digital, pero para Juan Carlos, algo que no debe perderse de vista es que el consumidor seguirá comprando en puntos de venta físico, por lo que es sumamente importante invertir en la experiencia de compra.
“Mi pronóstico es que la experiencia de compra seguirá siendo fundamental en la región de América Latina. La gente esperara a poder salir y disfrutar del producto de forma física. Antes de pensar en el formato, se debe tomar en cuenta la demanda. El almacén tiene que adaptarse a la demanda, no tanto a la tecnología”.
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