“La verdadera batalla del ecommerce ya no se libra en la última milla, sino en el último metro”. Con esa frase, Mostafa Hajiaghaei-Keshteli, profesor asociado del Tecnológico de Monterrey, desmonta un mito de la logística.
Durante su conferencia magistral en el auditorio “Ecommerce y última milla” —efectuada durante THE LOGISTICS WORLD® SUMMIT & EXPO 2025— el experto en cadenas de suministro sostenibles explica que, mientras plataformas como Mercado Libre crecen a un ritmo del 20% anual en América Latina con 55% de sus entregas realizadas en el mismo día, el costo oculto se concentra en los últimos 10 metros: ese lapso crítico en el que el repartidor busca estacionamiento, espera al cliente en un edificio o lucha contra el tráfico peatonal.
Este aparente éxito oculta costos operativos, congestión urbana y las emisiones contaminantes (6 millones de toneladas adicionales de CO₂ en esta década), lo cual exige soluciones innovadoras y urgentes.
“Aquí se quema hasta el 85% del tiempo de entrega y aquí nace el 80% de los costos operativos", sentencia el especialista. Esta fase, que él llama "el último metro", es donde se define la experiencia del cliente y la rentabilidad del negocio.
Llamado a la revolución
Hajiaghaei-Keshteli sostiene que la dependencia del factor humano encarece operaciones y limita la escalabilidad. Y sustenta su tesis con datos contundentes: 85% de los usuarios no volverán a comprar a un vendedor después de tener una mala experiencia en la entrega y 88% ha abandonado su carrito de compras en línea debido a términos de entrega que no responden a sus necesidades. Pero su propuesta va más allá del diagnóstico.
Frente a la dependencia actual del factor humano en esa etapa final “ineficiente, cara y limitante”, plantea una revolución basada en tres pilares: autonomía controlada (vehículos eléctricos ligeros y lockers inteligentes), colaboración del cliente (solicitar que reciban paquetes en puntos accesibles como porterías o primeros pisos) y tecnología contextual (soluciones adaptadas a realidades urbanas latinoamericanas, no copiadas de Europa).
“No hablamos de eliminar empleos, sino de reasignar recursos: que las personas gestionen excepciones y no hagan esperas interminables frente a los ascensores”, aclara.
Menos entregar y más recoger
El investigador alerta sobre falsas soluciones. Se dice convencido de que la innovación no puede ignorar la sostenibilidad ni su impacto social; por ello critica el uso masivo de drones por su impacto ambiental “¿Realmente queremos saturar el aire de máquinas para recibir un café?”, pregunta, además de que las regulaciones mexicanas aún exigen supervisión visual para estos dispositivos.
En cambio, apunta a modelos híbridos ya probados en la región: desde las bicicletas de carga en Colombia hasta los centros de recogida estratégicos de empresas.
Para Hajiaghaei-Keshteli, América Latina tiene una ventaja única: “Mercado Libre domina el ecommerce regional cinco veces sobre Amazon, pero la logística del último metro sigue siendo un campo abierto. Empresas que inviertan en puntos de entrega colaborativos, vehículos compartidos para zonas densas y apps que incentiven a clientes a reducir tiempos de recepción, ganarán la partida".
“No reinventen la rueda; observen a Finlandia o Suecia, donde lo autónomo ya es realidad. Pero adapten sus modelos al contexto local: infraestructura, cultura de consumo y, sobre todo, las necesidades de la Generación Z, que exige inmediatez, pero también responsabilidad ambiental”, concluye el experto, quien reitera su idea central: “La reinvención de la última milla no es opcional; es la frontera donde se definirá la competitividad logística de la próxima década”.