Uno de los retos más grandes en la logística de la vacuna Covid-19 es mantenerla a una temperatura correcta. Y aunque ya existen técnicas de refrigeración para conservarla, algunas utilizan hielo seco que, a gran escala, pueden representar un problema para la atmósfera. ¿Por qué?
De acuerdo con José Serrano, investigador de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), el hielo seco es dióxido de carbono (CO2) que cuando sublima genera emisiones de CO2 a la atmósfera. En porciones pequeñas no es un problema, pero a gran escala sí lo es.
Advierte que las cantidades que se van a utilizar en la logística de la vacuna contra el Covid-19 para distribuirla en todo el mundo, y las que van a sublimar a la superficie de la tierra, podrían tener un impacto negativo.
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Innovación logística
Serrano y seis investigadores más encontraron en este problema una oportunidad para desarrollar un Contenedor Autónomo Ultrafrío (CAU) que puede transportar vacunas a temperaturas de hasta 200 grados Celsius bajo cero. Se trata de una solución amigable con el medio ambiente ya que minimiza las emisiones de CO2.
Funciona con descompresores e intercambiadores de calor para lograr temperaturas bajas. Según explica Serrano, utiliza la expansión del aire en el ciclo de Brayton inverso para conservar la cadena de frío en el transporte. Requiere energía eléctrica que puede obtenerse, por ejemplo, de la camioneta que lleva las vacunas.
Lo que hace el contenedor, dice el investigador, es mantener la cadena de frío compensando las pérdidas de calor del ambiente. Así se logra el almacenamiento de las vacunas en el interior de la cámara del contenedor sin necesidad de reponer o vigilar el suministro de hielo seco.
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Protección para las vacunas
El control de potencia y temperatura se logra manipulando la velocidad de giro de los compresores con un variador de frecuencia. En el caso de otros contenedores, el control de temperatura es complicado y pone en riesgo las fórmulas. Además, según los expertos, el CO2 que sublime en un avión puede ser peligroso.
Los creadores explican que esta tecnología puede adaptarse a cámaras de cualquier tamaño como las que llevan las furgonetas, neveras industriales, contenedores de mercancías, y hasta centros logísticos de almacenamiento y distribución.
Aún no se sabe si tendrán alianzas estratégicas con los productores de la vacuna para participar en el traslado y distribución. Sin embargo, los inventores del CAU aseguran su efectividad y están listos para llevar la vacuna a todo el mundo.
*Con información de la UPV y el portal español SINC.
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