Es necesario impulsar un diálogo pragmático y colaborativo entre sectores y actividades productivas para establecer una mayor vinculación entre regiones, orientadas a que los países como México, puedan contar con sectores nacionales globalmente competitivos, "evaluar, con objetivos realistas, sobre qué pueden hacer para detonar el nivel de productividad interno", señaló el economista Dani Rodrik, durante su participación en el Foro Un nuevo mundo, ¿una nueva estrategia de desarrollo? en la Cámara de Diputados de la Ciudad de México.
La globalización por sí misma no es una estrategia de desarrollo, se debe complementar con una estrategia de productividad interna, aseguró el también considerado uno de los 100 economistas más influyentes del mundo, y destacó que es importante pasar del debate ideológico al pragmatismo, donde la colaboración de los sectores público y privado es fundamental.
“El objetivo ha cambiado: es necesario conectar a los sectores menos productivos con una verdadera estrategia de integración económica doméstica para que la tecnología y el conocimiento genere un impacto significativo en el desarrollo de cualquier sociedad, con una visión pragmática de lo que realmente funciona para el país”.
En otro panel, se coincidió que la desigualdad persistente entre el norte y sur del país es uno de los mayores retos, así como la división entre los objetivos entre el sector público y privado, por lo que es fundamental atender situaciones como la falta de mayor infraestructura para abatir costos de logística y atender la vinculación entre los sectores productivos y el desarrollo del capital humano.
Se destacó que en la región norte no existe una historia de éxito vinculada solo al sector exportador, por lo que México debe considerar que los clusters por sí mismos pueden funcionar en aspectos concretos de una industria o región, pero no en el panorama económico nacional.
Asimismo, que el otro gran pendiente es el valor agregado, ya que tres de cada cuatro dólares que se utilizan en los insumos de los programas para la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX), son importados.
Por lo tanto, el modelo que el país desarrolle debe estar aterrizado a las necesidades y enfocado en mayor generación de valor agregado, así como fortalecimiento productivo, se concluyó.