El reto de los encargados de la logística —independientemente de los objetivos generales de las empresas y cualquiera que sea su principal actividad productiva— es reducir costos año con año.
El aumento de complejidad por cantidad de productos, orígenes, centros de distribución, cobertura, entre otros factores, no tiene por qué significar un incremento de costos fijos en la misma proporción. En este marco, ¿quién va a tomar como prioridad las emisiones de carbono en la cadena de suministro? Sin ninguna duda, aquél que sepa que ambos objetivos son perfectamente complementarios.
Habrá que tener en cuenta que logística verde es: impacto medio ambiental de logística por emisiones en el transporte y empaque, menos emisiones al implementar iniciativas eficientes y menos costos al crear una cadena de suministro más ligera. Y también considerar que logística verde no es: otros impactos medio ambientales (por ejemplo contaminación del agua) e inversiones en logística sin sentido financiero.
Sustentabilidad es una palabra muy usada en los últimos años. Las compañías que entienden este concepto se comprometen y utilizan un punto de vista medioambiental, no sólo para obtener más utilidades, sino también para innovar y ayudarse a sí mismas en los tiempos “oscuros” o difíciles. Sustentabilidad es entonces el punto central de la supervivencia: ninguna compañía o sociedad podrá sobrevivir a menos que cuide de todos sus recursos y capital, humano, financiero y medioambiental.
Metodología para análisis de emisiones de CO2
Atendiendo esta creciente concientización mundial, junto a las cada vez mayores presiones normativas y gubernamentales, se diseñó una metodología para el análisis de emisiones de CO2. Esta metodología fue validada por el Centro de Transporte y Logística del Massachussets Institute of Technology (MIT) de Cambridge en Estados Unidos, haciendo tangible a los ejecutivos logísticos el cálculo de la emisión de contaminantes en su cadena de suministro, promoviendo e implementando cambios, midiendo y monitoreando la disminución de dióxido de carbono.
La metodología consiste en cinco pasos: estimar, simular, evaluar, implementar y compensar. El primero implica el cálculo de costos y emisiones de la actual cadena de suministro. Con ello evaluamos el tamaño de la huella de carbono en la cartografía o esquema total de la logística de la empresa. Si un operador logístico realiza la medición de carbono de una empresa, esta medición se deberá realizar con previo acuerdo de cobertura con la compañía interesada. Usualmente se interviene solamente en lo relacionado al transporte.
El segundo paso consiste en hacer una simulación de diferentes formas de manejar diferentes partes de la cadena de suministro, calculando los costos logísticos y emisiones de carbono para cada escenario.
Posteriormente, comparamos el escenario actual con las propuestas a futuro, identificando reducciones potenciales de CO2, midiendo el impacto de las mismas contra el costo total de la cadena de suministro, así como la facilidad y riesgo en la implementación. Éste constituye el tercer paso de la metodología. A partir de ahí —como cuarta fase— preparamos el proceso de implementación y estimamos la reducción de emisiones y de costos, para su posterior seguimiento y monitoreo.
Finalmente, el quinto y último paso es la compensación; es decir, aunque se reduzca el nivel de contaminantes, definitivamente seguimos provocándolos por la actividad logística, por lo que debemos “compensar” invirtiendo en proyectos de energías renovables o adquiriendo créditos de carbono. Por ejemplo, el First Climate AG es uno de los principales proveedores de créditos al carbono en el mundo.
Consejos finales
Ahora bien, la recopilación de información puede ser desde la base de datos del operador logístico (si se trata de una empresa cuya cadena de suministro sea tercerizada) o de las bases de datos de la propia empresa si es que no se cuenta con los datos o si la compañía requiere ampliar el alcance del diagnóstico. Es recomendable que las herramientas de mapeo y simulación sean también validadas por instituciones reconocidas.
La herramienta** (avalada también por el MIT) utiliza el Greenhouse Gas Protocol (GHG Protocol), metodología basada en distancias para el cálculo de emisiones de CO2. El GHG Protocol es la herramienta de cálculo de emisiones más utilizada a nivel internacional tanto por los gobiernos como por empresas de negocio líderes, la cual utilizan para entender, cuantificar y gestionar de forma óptima las emisiones contaminantes.
En los últimos años se han presentado distintos proyectos a nivel global, abarcando compañías cuya actividad primordial es retail y movimiento de fruta (refrigerados). Actualmente, estos proyectos se encuentran en distintas etapas de implementación, control y monitoreo. En México ya existen estudios de análisis de emisiones de varias empresas.
Los proyectos se pueden hacer públicos si la empresa lo desea, mostrando así la concientización en materia de sustentabilidad y la responsabilidad social corporativa. Finalmente, también es recomendable colaborar con instituciones educativas y asociaciones interesadas en el tema.
* Egresada de la Licenciatura en Relaciones Internacionales por la FES-UNAM Acatlán, ha ocupado diversos cargos en los sectores público y privado. Trabaja desde hace ocho años para Damco (antes Maersk Logistics), desempeñando distintos cargos en México, Panamá y Argentina. Actualmente es Gerente de Ventas SCM en Damco México.
** Consulte el artículo completo en la edición impresa de julio de Énfasis Logística.