El internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés) es la red de objetos físicos que tienen tecnología inmersa para comunicar, medir e interactuar con sus estados internos y con el medio ambiente, como puede ser que camino a casa recibimos en nuestro celular un mensaje enviado por un camión de la flota de la compañía, no por el operador, que detectó que se desvió de su ruta. O que nos avisen que los refrigeradores en cierta zona de la ciudad necesitan ser resurtidos urgentemente, porque se vendieron muchos refrescos por un evento deportivo en esa localidad, ese día, indica Argenis Bauza, Socio Líder de Asesoría en Cadena de Suministro y Compras para América Latina de KPMG en México.
Por ello, menciona que al incorporar esta tecnología en la cadena de suministro se obtienen beneficios como visibilidad en tiempo real, mejora de la eficiencia y efectividad del transporte y la logística, mejoras en la productividad, mejor alineación entre la planeación y la ejecución y habilitación de la colaboración en la cadena de suministro.
Aunque parece una tecnología fantástica, muy cara de implementar y que llevaría mucho tiempo, todo lo contrario, dice el experto de KPMG International, red global de firmas que proveen servicios de auditoría, impuestos y asesoría. Actualmente, con las tecnologías en la nube y la disminución importante y continua de los costos de los sensores y actuadores que se conectan a internet, es necesario considerar esta alternativa y compararla con otras más tradicionales que no tienen las mismas ventajas.
En el estudio de KPMG Perspectivas Globales de la Industria de Manufactura 2016. Compitiendo por el desarrollo: cómo ser un líder de crecimiento, se indica que la visibilidad y la gestión del riesgo en la cadena de suministro es crítica debido a sus prioridades de crecimiento. Por ello, para los tomadores de decisiones de sectores como aeroespacial y defensa, automotriz, productos médicos, ingeniería de productos industriales y metales, entre otros, el IoT aparece como prioridad de inversión en los próximos 12 a 24 meses, con 62% de respuestas indicando que la implantarán o posiblemente lo harán en este periodo.
No obstante, Bauza señala que también existen retos cuando se adoptan este tipo de tecnologías, como la seguridad y protección de los datos, asegurar la conectividad adecuada, tener el talento capacitado para aprovechar la tecnología, entre otras. Al mismo tiempo, hace referencia a que la Secretaría de Economía, conjuntamente con la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información (AMITI) y Cluster Institute, entre otros organismos, han establecido un Mapa de Ruta para la industria en México. Allí se establece que las diferentes tecnologías emergentes, y en particular el internet de las cosas aplicado a los sectores industriales, han dado lugar a la cuarta revolución industrial o industria 4.0.
Acota que mediante la misma, se revolucionará la industria por medio de fábricas inteligentes que permitirán una mayor flexibilidad en la producción, utilización de recursos e integración de procesos. Y en el caso de México, esta tecnología tendrá un alto impacto ya que más del 80% de las exportaciones de alta tecnología en América Latina son producidas en México, y "exportamos productos manufacturados en una cantidad mayor a mil millones de dólares por día".
Por ello, llama a tener claras las necesidades de negocio y de la cadena de valor que se quiere resolver con esta solución. Luego, monetizar los beneficios esperados en un caso de negocio y alinearse con el departamento de TI para determinar la mejor forma de hacer el diseño y la implantación. "Es muy importante la definición de la arquitectura a utilizar, ya que impactará el desempeño de la solución (en particular, la forma de comunicación escogida). Es hora de comenzar, muy probablemente su competidor más cercano ya está obteniendo beneficios y logrando una ventaja competitiva por medio de la aplicación del internet de las cosas en su cadena de suministro", finaliza.