En la actualidad, mejorar los canales de comunicación con los proveedores y clientes de la cadena de dispositivos médicos para encontrar el punto óptimo entre el inventario invertido y el nivel de servicio que necesitan las instituciones de salud representan un reto en la logística hospitalaria, aseguró Berenice Merino, Directora de Operaciones de Vitalmex.
Durante el Segundo Congreso Supply Chain & Distribución América Latina organizado por la empresa Eye for Pharma, la ejecutiva explicó que en México existen cuatro mil 300 hospitales públicos y privados que demandan constantemente dispositivos médicos para brindar servicio médico oportuno a pacientes en todo el país, lo que significa un reto logístico enorme.
Según datos de ProMéxico, la producción total de dispositivos médicos en 2014 fue de 15 mil 220 millones de dólares, siete mil 520 millones fueron para el consumo del mercado nacional y siete mil 700 millones de dólares correspondieron a exportaciones. México ocupa el noveno lugar a nivel global; el primer exportador de América Latina y el principal proveedor de Estados Unidos.
Los dispositivos médicos son aquellos aparatos, accesorio e instrumental para uso específico en la atención médica, quirúrgica, procedimientos de exploración, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de pacientes. Incluye desde materiales de curación, prótesis y maquinas para rayos X y ultrasonido.
Merino manifestó que el mayor desafío en el proceso logístico es entregar materiales en tiempo y forma al menor costo posible: “Tenemos que asegurar que los médicos y las enfermeras cuenten con todo el material y equipamiento en el momento que lo necesitan, que en algunas cirugías significa tener hasta 260 materiales listo en el quirófano. Pero, también debemos mantener los inventarios de los hospitales en niveles que signifiquen el menor costo financiero para ellos”.
En la actualidad, la firma Vitalmex –empresa de servicios logísticos y consultoría especializada en proyectos de salud pública y privada-, ha implementado un sistema automatizado donde se registra inmediatamente el material utilizado para actualizar los inventarios y procesar el reabastecimiento. La compañía entrega hasta 250 mil productos al mes a 160 instituciones de salud para realizar 50 mil procedimientos de diagnóstico y tratamiento de enfermedades cardiacas, endoscópicas y oftalmológicas, entre otras
La ejecutiva concluyó que en el proceso de abastecimiento de dispositivos médicos existe lo que se conoce como el efecto látigo: “por ejemplo, en un hospital colocamos dos o tres piezas de un insumo para garantizar el servicio; en nuestro centro de distribución mantenemos cuatro o cinco en inventario para no tener desabasto; y el fabricante se protege con 10 o 20 piezas. Al final del día esto eleva los inventarios para todos y hace más costosos los productos”.