La racionalización se refiere a la optimización de alguna situación o circunstancia de manera ordenada, pensada y bien ejecutada. Por lo cual, la racionalización de la red de distribución está enfocada a la búsqueda de los ahorros, reducciones de costos, y beneficios cualitativos difíciles de medir, pero que juegan un papel importante en tal proceso, como el caso del nivel de servicio a los clientes.
Para diseñar u optimizar la red de distribución hay que plantear una serie de cuestionamientos que dirijan el rumbo y marquen el objetivo de dicha optimización, como por ejemplo: ¿cómo satisfacer el nivel de servicio pactado con los clientes, minimizando los costos logísticos asociados? o ¿cómo modificar el nivel de servicio de los clientes para encontrar ahorros relacionados con la distribución de mercancía?
La racionalización de la red de distribución es el proceso para determinar la infraestructura de instalaciones adecuadas para apoyar una determinada estrategia de la cadena de suministro. No importa qué tan bien funcionan los nodos de la red o los centros de distribución, si una empresa tiene el número equivocado de centros de distribución, o ubicados en lugares equivocados, la cadena de suministro carecerá de una estructura de costos óptimos. Antes de que una empresa invierta capital en un nuevo centro de distribución, sería conveniente resolver algunas preguntas como:
• ¿Cuántos centros de distribución debemos tener?
• ¿Hay oportunidades para consolidar los centros de distribución?
• ¿Qué tipo de operación tiene cada centro de distribución, almacenaje, crossdock, hub regional?
• ¿Se ha determinado adecuadamente el tamaño de los centros de distribución y la cantidad de producto a almacenar?
• ¿Qué productos ubicaremos en el inventario de cada centro de distribución?
• ¿Qué clientes debe atender cada centro de distribución?
• ¿Tenemos suficiente flexibilidad para dar cabida a futuras demandas de los clientes?
¿Cómo las empresas pueden responder a estas preguntas? Pues existen herramientas que ayudan a resolverlas. Existen metodologías de trabajo y sistemas informáticos sofisticados que permiten modelar situaciones evaluando diferentes escenarios y variables para su comparación, con el fin de responder a todas estas preguntas y definir cuantos centros de distribución debería tener la red, en dónde deben estar ubicados, y la forma en que deberían operar para apoyar a cumplir con el objetivo de estrategia de cadena de suministro.
La gestión de una red de distribución consiste en tomar las decisiones que optimicen su funcionamiento global. Generalmente está en función del costo (minimizar el gasto y maximizar los beneficios) aunque pueden existir términos en esta función relacionados con otros aspectos del funcionamiento, como por ejemplo la garantía de niveles de servicio hacia los clientes y los niveles de stocks en los nodos de la red para garantizar dicho nivel de servicio.
Existen tres niveles en la gestión de una red de distribución y los tres tienen un impacto en mayor o menor medida sobre el cumplimiento de los objetivos de optimización. Estos niveles son: estratégico, táctico y operativo, dependiendo del horizonte de tiempo en el que se toman las decisiones. A estos niveles habría que añadir un cuarto correspondiente al control, que corresponde al funcionamiento en tiempo real de la red.
El nivel estratégico define la estructura de la red de distribución, es decir, los medios de producción, almacenamiento y transporte disponibles para un horizonte de tiempo amplio o de varios años. Los estudios estratégicos tienen por objetivo determinar la mejor estructura de una red logística a partir de datos históricos conocidos y de previsiones estimadas.
El nivel táctico planifica el funcionamiento de la red logística existente para satisfacer una demanda estimada en un horizonte de tiempo medio, del orden de meses. El nivel táctico de la red determina la utilización óptima de sus recursos en el período fijado.
El nivel operativo ejecuta los planes del nivel táctico sobre períodos de tiempo cortos, normalmente días. Finalmente, el nivel de control realiza el seguimiento en tiempo real de la planificación operacional.
Consideraciones finales
La red de distribución depende principalmente del comportamiento de la demanda, y como ésta es variable, hace que la planeación de la red de distribución sea dinámica y que siempre existan aspectos a mejorar u optimizar, sin embargo no hay que perder el foco en el objetivo de la racionalización de la red que deberá ser planteado por cada compañía, es mejorar el nivel de servicio a los clientes?, es mejorar la percepción del servicio que se ofrece a los clientes?, es reducción de costos por transporte?, por capital de trabajo?, es mejorar el fill rate actual?, o una combinación de algunas de las variables?, etc.
Por lo tanto, la variabilidad en la demanda y los crecimientos del propio negocio hacen que siempre se esté en búsqueda de la red de distribución óptima para las condiciones dadas.
Adicionalmente, no hay que olvidar durante el proceso de análisis que las fuentes de producción forman parte de la red y que deberán ser consideradas para proveer una solución integral; inclusive cuestionar si la ubicación de las actuales plantas de producción es la adecuada o se debería relocalizar, fusionar con otra, cambiar la fuente de abastecimiento, etc.
* El autor es Director de Proyectos de Miebach Consulting. Contacto: [email protected]