El principal desafío para América Latina y el Caribe en su relación con China es cómo diversificar sus exportaciones, por ejemplo, tan solo cinco productos representan casi el 70% del valor total exportado a ese país: porotos de soja, petróleo, cobre refinado, minerales de hierro y de cobre. Además, las inversiones chinas en la región refuerzan este patrón, ya que cerca del 90% de ellas se dirige a las actividades extractivas, principalmente minería y petróleo, señaló Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Aunque destacó que el país asiático se ha convertido en el segundo socio comercial e importante inversionista extranjero de la región, solo detrás de Estados Unidos, insistió en la necesidad de que la inversión extranjera china que llegue a la región ayude a generar mayor valor agregado y no se centre exclusivamente en los sectores extractivos, con lo cual podrá contribuir de mejor manera al desarrollo sostenible y el cambio estructural que ambas partes buscan.
Se debe “trabajar seriamente para que América Latina y el Caribe, de la mano de China, avance hacia la revolución digital, la economía verde y en políticas sociales que estén conectadas con las políticas industriales para generar empleo y combatir la desigualdad”, dijo la ejecutiva al cerrar los debates del Primer foro académico de alto nivel CELAC-China en Santiago, Chile.
Asimismo, llamó a ambas partes a unir visiones para fomentar un desarrollo sostenible con prosperidad para los pueblos. “Tal como dijo el Presidente Xi Jinping cuando nos visitó en la CEPAL en noviembre de 2016, es el momento de construir puentes, no muros; de abrir mercados, no de cerrarlos; de respetar al diferente y levantar una casa común para las generaciones por venir”, señaló Bárcena.
Dijo que al pertenecer ambos al mundo emergente, ese país y la región latinoamericana tienen problemas muy parecidos. Y destacó la capacidad de China de generar grandes cambios en un entorno de mucha incertidumbre, “que son un ejemplo para nuestra región. Más que una época de cambios, vivimos un verdadero cambio de época, con aceleradas transformaciones demográficas, la revolución tecnológica y los efectos del cambio climático. Estamos en un momento muy crítico”.
China puede ayudar a establecer un gran equilibrio a nivel mundial al hacer frente a todas estas incertidumbres y desequilibrios macroeconómicos, tecnológicos y geopolíticos que estamos sufriendo, agregó. “China y América Latina y el Caribe unidos podemos ser un contrapeso muy importante para enfrentar estos problemas. Para ello debemos ser capaces de generar un programa de trabajo conjunto, similar a la iniciativa de la Franja y la Ruta, lanzada en mayo pasado en Beijing,
El encuentro reunió a autoridades, especialistas y profesores internacionales quienes debatieron sobre las oportunidades de cooperación entre ambas partes con el fin de aportar insumos para el próximo Plan de Cooperación CELAC-China 2019-2021, que será discutido durante la Segunda Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China, el 21 y 22 de enero de 2018 en esa misma ciudad chilena.