La globalización de la economía mundial ha generado una sensación de acercamiento geográfico. En este contexto, la logística tiene mucho que aportar, pues su evolución ha sido factor decisivo en las prácticas más eficientes de transporte entre centros de producción y consumo que se encuentran en lugares apartados a lo largo y ancho planeta.
¿Qué son los corredores intermodales?
Para principiar este análisis sobre los corredores intermodales del mundo, será necesario introducir dos elementos que resultan básicos para entender su alcance: transporte intermodal y puentes terrestres.
1. Transporte intermodal. En términos prácticos, casi todos nuestros movimientos de carga utilizan dos o más modos de transporte. Como es conocido, existen diversas fórmulas: marítimo-ferroviario, aéreo-carretero, fluvial-ferroviario-carretero y muchas otras combinaciones. Pero esta mezcla no nos lleva al intermodalismo, dicho de otra manera, la combinación de diferentes modos no da por resultado el intermodal.
La razón de esto último es que el intermodal tiene la pretensión de ofrecer un servicio articulado (generalmente con una responsabilidad por encima de las disposiciones de ley) y sobre todo un mejor control de las interfases entre los diferentes modos de transporte.
Desde el punto de vista tecnológico, las fórmulas intermodales cuentan con desarrollos innovadores tales como el doble estiba, piggy back, road railer, ferrobuque y muchos otros, que permiten eficiencias extraordinarias, extrayendo de cada modo su desempeño óptimo.
2. Puentes terrestres. Se trata del concurso de tres elementos fundamentales: la infraestructura, la operación y los servicios. El uno sin los otros dos hace inviable cualquier intento de puente terrestre. A continuación, describimos las principales variantes:
a) Microbridge. Embarque desde el puerto de un país extranjero a un destino tierra adentro y viceversa. Por ejemplo: desde Singapur con destino a Kansas, descargando en Long Beach y conectando vía ferroviaria a destino final, bajo un solo conocimiento de embarque, en lugar de utilizar Houston vía Panamá.
b) Minibridge. Embarque en un puerto en el país de origen con un destino a otro puerto en el país de destino y viceversa. Por ejemplo: desde Lázaro Cárdenas en el Pacífico mexicano a Roterdam, vía el Puerto de Veracruz en el Atlántico, nuevamente, en lugar de utilizar el Canal de Panamá.
c) Landbridge. Embarque desde un país a otro, pasado por el territorio de un tercero a través de sus puertos y conectándose vía ferroviaria, Por ejemplo: desde Kobe con destino a Edimburgo vía Los Angeles, cruzando Estados Unidos para salir por Nueva York y utilizando Southampton como puerto de entrada.
Geografía y corredores intermodales
Una vez definidos los alcances del transporte intermodal y los puentes terrestres definamos a los corredores intermodales como las rutas terrestres de un país que cuentan con características sobresalientes para la eficiencia de cadenas logísticas, principalmente:
• Conectividad en materia de infraestructura carretera y/o ferroviaria con los puertos. Nos referimos a una infraestructura moderna y eficiente. En el caso de las carreteras se trata normalmente de autopistas de altas especificaciones.
• Oferta de servicios identificados claramente como de alta calidad en el autotransporte y/o ferrocarriles.
• Presencia de puertos secos o terminales intermodales que facilitan el interfase ferroviario-carretero.
• Procesos aduanales simplificados y uniformes (por lo menos en vías de serlo).
• En general, que las diversas instancias de gobierno hayan incorporado como política pública el fomento de estas alternativas de transporte coadyuvando a su óptimo desempeño. Nos referimos a gobiernos nacionales cuando se trate de corredores entre dos o más países, o bien, a los locales cuando se trate de uno solo. Y en caso de que no puedan o no sepan ayudar, al menos que no estorben.
• Presencia de operadores logísticos capaces de integrar servicios. Nos referimos a la capacidad del operador para generar un verdadero valor agregado en la integración de eslabones de la cadena logística. Aquí sobresalen las intermodal marketing companies, los agentes de carga y todos aquellos que se encuentren en una posición estratégica para ofrecer dichos servicios.
• Tal vez los componentes más importantes para entender plenamente el desarrollo de los corredores son las tecnologías intermodales y las de comunicación, pues en términos prácticos han hecho elástica la geografía tradicional.
¿Dónde están los corredores?
En su extraordinario trabajo Corredores Interoceánicos Suramericanos (Editorial Fimart; Lima, Perú 2006), Alberto Ruibal esquematiza el desarrollo de los corredores en diversas partes del mundo agrupándolos en europeos, euroasiáticos, mediorientales, asiáticos, africanos, australianos, norteamericanos y centro y sudamericanos.
• Europeos
En Europa se pueden identificar al menos nueve corredores intermodales: tres corriendo de norte a sur y los demás en sentido horizontal. Destaca el que va de Helsinki (Finlandia) hasta Gdansc en Polonia, pasando por los tres países bálticos que se han sumado a la Unión Europea (Estonia, Letonia y Lituania). Este corredor cuenta con servicio tanto ferroviario como de autotransporte.
En segundo lugar, el corredor que en forma horizontal conecta a Berlín en Alemania con Novograd en Rusia y se extiende por más de dos mil 300 kilómetros. Este corredor se conecta con otros puentes terrestres tan importantes como el transcentroasiático y transcaucásico.
Sobresale también el que inicia en Dresden-Nürberg (Alemania) y llega hasta Estambul (Turquía). Este corredor tiene conexiones ferroviarias (cuatro mil 400 kilómetros), carreteras (tres mil 740 kilómetros) e intermodales. Luego de Alemania pasa por Praga (República Checa), Viena (Austria), Bratislava (Eslovaquia), Budapest (Hungría) y Arad (Rumania) donde se divide en dos ramales: uno sigue a Bucarest y Constanza en el Mar Negro; y el otro vía Vidin-Calafat (frontera rumano búlgara).
• Euroasiáticos
Tal vez uno de los corredores más espectaculares es el Transiberiano, pues ofrece un servicio de transporte de carga entre el Lejano Oriente y Europa, a través de la federación rusa y cubre una distancia de 13 mil kilómetros contra los 21 mil por la ruta marítima vía el Estrecho de Malaca y el Canal de Suez. Con la puesta en operación en 1998 del servicio denominado Contenedor Expreso Este-Oeste que alcanza una velocidad máxima de 140 kilómetros por hora, se pueden recorrer 10 mil 380 kilómetros en un promedio de 11 días, constituyéndose en una dura competencia para la alternativa marítima.
• Mediorientales
El puente terrestre transcaucásico es un ejemplo de corredor típicamente intermodal que incluye porciones ferroviaria-marítima-ferroviaria/carretera siguiendo el recorrido Asia-Europa. En Asia inicia en el puerto de Lianyungyang y sigue en Alma Ata (Kazakhstán). Aquí se presentan dos alternativas: una que termina en el Golfo Pérsico (ferroviaria) y la otra que arriba al Mar Negro (ferroviaria-marítima-ferroviaria/carretera-marítima-ferroviaria/carretera) y continúa para el resto de Europa (marítma-ferroviaria/carretera).
• Africanos
Los corredores transaustraláfricos unen por vía terrestre la costa oriental de África en el océano Índico con la costa occidental africana en el Atlántico y son: Angola-Tanzania, Angola-Mozambique, Namibia-Mozambique, Namibia-Sudáfrica. Estos corredores serán complementarios a los corredores sudamericanos por ser en ambos casos del tipo interoceánico o transcontinental.
• Asiáticos
En el Lejano Oriente, encontramos principalmente dos puentes terrestres. el transtailandés y el transmalasio-tailandés. El primero prevé unir ambas costas del país a través de la Península de Malaca y en el cual se proyecta construir dos terminales de contenedores de aguas profundas a cada lado, una autopista de alta velocidad y un ferrocarril con carros portacontenedores de doble estiba. El segundo implementa un corredor binacional en dirección norte-sur, a través de la Península de Malaca y ofrecerá un servicio trimodal ferro-carretero-ducto.
• Australianos
En Australia se dan dos corredores transaustralianos que cruzan del este al oeste y del sur al norte. En el primer caso (que va de Sydney a Perth) circulan los famosos road trains; y el segundo (de Adelaida-Alice a Springs-Darwin) forma parte de la Austral Aia Trade Route que conecta intermodalmente Melbourne a Singapur en tres días en lugar de los 15 por la vía marítima.
• Norteamericanos
En Norteamérica probablemente se dan los ejemplos más importantes por el flujo de carga y por su longitud, sólo después del transiberiano: el transcanadiense atiende el tráfico desde el Lejano Oriente hasta Europa, con un tiempo de tránsito de 28 a 40 días. Mientras que el transestadounidense opera tres puertos en el Atlántico, Miami con conexiones marítimas o aéreas hacia los países del Caribe y Sudamérica; Houston con conexiones ferroviarias hacia México, y marítimas con el Caribe y Nueva York que continúa con conexiones marítimas para Europa.
Los puertos que se emplean en el Pacífico son, por el norte, Seattle; y por el Sur, Oakland, San Francisco, Los Ángeles y Long Beach. Y en algún futuro (tal vez no tan lejano) Punta Colonet.
• Centro y sudamericanos
Los puentes terrestres de Centroamérica son ideas que se han venido forjando tan sólo como iniciativas sin haberse implementado hasta el presente ninguno de los proyectos concebidos. Destaca el esfuerzo salvadoreño con el puerto La Unión en el Golfo de Fonseca, que se unirá con el Puerto Cortés en Honduras a 371 kilómetros de distancia y con un tiempo de tránsito estimado en ocho horas.
Igualmente, en Sudamérica las cosas no parecen tan fáciles. Quienes viven en la mayor parte de Europa y de los Estados Unidos, rara vez pueden imaginar la dimensión de accidentes orográficos del mundo como los Andes sudamericanos. Incluso quienes vivimos en México y tenemos la sensación de estar en un país montañoso, no podemos visualizar la majestuosidad andina y —lo que es más grave— el reto económico que implica cruzar los Andes, pues casi todos los corredores sudamericanos topan con esa pared montañosa.
No obstante lo anterior, la variable fluvial es sin duda la que mayor potencial ofrece en los futuros corredores intermodales sudamericanos. Un ejemplo de ello son los esfuerzos desplegados por el gobierno de Colombia para convertir el Río Magdalena en la columna vertebral del intermodalismo en ese país.
México y los corredores intermodales
El caso de México es particularmente interesante, pues aunque históricamente se ha hablado mucho del corredor transístmico en Tehuantepec; en los hechos la tecnología y las nuevas corrientes comerciales dominantes han convertido a los corredores que cubren grandes distancias en altamente competitivos.
Nos referimos al corredor que une el Lejano Oriente con el centro norte de México entrando por Manzanillo y Lázaro Cárdenas (marítimo-ferroviario). Desde luego que su mayor potencial está en el sureste estadounidense, pues este corredor puede ser muy competitivo en fletes y tiempos, sobre todo comparado con el corredor Long Beach/Los Ángeles-Houston en momentos en que existen estadías muy largas en esos puertos californianos.
Lo que es particularmente atractivo en México es el desarrollo de corredores nacionales y transcontinentales. Mexicali-Guadalajara-México, o bien, Lázaro Cárdenas/Manzanillo-Veracruz, entre otros.
Lo anterior sin contar con que existen servicios intermodales maduros que conectan a las zonas automotrices del norte y centro del país con el área de Detroit en Estados Unidos (Hermosillo, Ramos Arizpe, Toluca y San Luis Potosí, entre otros orígenes y destinos).
No podemos dejar de mencionar Punta Colonet (independientemente de la crisis anunciada para el presente año), pues se trata de un proyecto en suelo mexicano, pero que en realidad responde a una necesidad impostergable en Estados Unidos de contar con un nuevo puerto que atienda el crecimiento (inexorable) del comercio con China; pero sobre todo ante el hecho de que entre Tacoma y San Diego no existe ninguna alternativa con las características de la bahía bajacaliforniana. Así, más temprano que tarde, veremos el inicio de la construcción de este puerto, que dicho sea de paso, representa una variable que sin duda impactará en alguna medida al nuevo Canal de Panamá.
Finalmente, es de señalarse que la carretera que se construye entre Mazatlán y Durango con el Puente El Baluarte (que será el más grande en Latinoamérica) generará ventajas logísticas extraordinarias para Mazatlán, posicionándolo como un puerto competitivo para embarques con destino a la zona industrial de Monterrey y del sur de Texas, gracias a una infraestructura eficiente.