Indra, una empresa multinacional española instalará los primeros simuladores de conducción para camiones en Latinoamérica a través de una acuerdo con la Mutual de Trabajadores Camioneros “15 de diciembre” de Argentina.
La compañía factura ingresos por 2.000 millones de euros, emplea a 15.000 personas, y tiene 2 áreas, una de defensa y otra informática. En la Argentina, con algunas adquisiciones que ha realizado, es una compañía de alrededor de 500 personas, que están orientadas casi exclusivamente al ámbito informático, ya que cuenta con una factoría que desarrolla software.
Realidad virtual
Ricardo Viaggio, Director General de Indra Argentina explica que “través del desarrollo de tecnología en el área de defensa, la empresa desarrolló simuladores de vuelo hace muchos años. A través de esta experiencia aprendió el mundo de la simulación, que se aplicó al área militar y que después se pudo aplicar al área civil. De esa manera nació una división denominada “Transporte y Tráfico”, y así se comenzaron a desarrollar simuladores para el ámbito civil (grúas para manejar contenedores, máquinas viales, torres de control de aeropuertos, etc).”
En el tema de camiones, Indra comenzó a desarrollar sistemas terrestres para ómnibus urbanos a raíz de un pedido del gobierno español con el fin de establecer un centro de entrenamiento para conductores. Solo era una cuestión de tiempo que esta herramienta se incorporara al transporte de mercaderías.
Simuladores de inmersión total
Los simuladores que se instalarán en Argentina son de “inmersión total”, lo que permite, en 3D, estar dentro de la atmósfera que se quiere representar para que la persona que esté trabajando sobre esa simulación sienta y tenga las mismas percepciones que en la vida real, incluso cargando las rutas reales que transitan los camiones. El simulador tiene movimiento oscilante, se siente el peso de la carga en una frenada, etc. Esto es así porque posee una base de cojines y fuelles que se mueven según la programación y reproducen todas las sensaciones de manejo.
La simulación es tan “real” que cuando alguien decide su compra, es necesario que aclaré sobre que tipo de camión se va a hacer, y por lo tanto especificar la marca y el modelo del transporte, que se puede programar con el software. Esto tiene un nivel grande de complejidad, ya que es necesario establecer qué situaciones se quieren reproducir. Por ejemplo, si el camión es corto, largo, con cuántos ejes, etc. Es como comprar un camión real. No se trabaja con un genérico, sino que se reproduce hasta el tipo de frenos del camión solicitado. Y además se usa la cabina original de ese vehículo elegido.
En este tipo de simuladores hay otros de detalles que tienen que ver con el tipo de carga que se transporta, ya que cada una requiere un manejo diferente. No es lo mismo un conductor que transporta ganado que algún material líquido o cajas. Y no se puede manejar igual. Viaggio señala que “todas las sensaciones se pueden reproducir en el simulador. Entonces, uno puede producir choferes especializados en manejar un tipo de carga específico, ya que cada carga reacciona diferente a los estímulos producidos por el transporte.”
Capacitación
“Con los simuladores se pueden provocar muchas situaciones límites y se puede saber el nivel y el tiempo de respuesta del conductor frente a estas situaciones y poder evaluarlo y capacitarlo frente a ciertos imprevistos. El caso típico es la nieve, cómo actuar frente a una ruta que está nevada. Hay una determinada secuencia de acciones que hay que realizar, como frenar de cierta manera de acuerdo a la carga que se transporte. También se puede reproducir cualquier incidente en la ruta como el cruce de ganado, que otro conductor realice una maniobra peligrosa y haya que frenar violentamente, etc. Esta tecnología permite entrenar y adiestrar, además de poder identificar, los problemas antes que se produzcan”, explica Viaggio.
El simulador cuenta con 2 áreas: una es la cabina del conductor con pantallas envolventes, y la otra es el lugar donde se encuentra el adiestrador, que es el que produce los hechos con los que tendrá que lidiar el conductor del simulador y evalúa su respuesta. De esta manera, se mide en que aspectos el conductor necesita mejorar y dónde necesita más capacitación.
Costos
El problema que hay para comercializar este tipo de productos es el costo, ya que es muy alto porque son hechos a medida y los simuladores no son replicables. “Es un desarrollo muy complejo, que sólo se justifica cuando se entiende todos los beneficios que el simulador tiene”, señala Viaggio.
Indra tiene planes a futuro de desarrollar algunas cosas en Argentina para lograr una baja de costos. Estamos pensando cómo hacerlo y tenemos algunas ideas, incluso con algunas empresas del Estado que están dispuestas a ayudarnos en el desarrollo de los simuladores. Esto puede ayudar a bajar el costo de un simulador, que en estos momentos es de alrededor 1 millón de dólares.
Instalación del primer simulador en Latinoamérica
Viaggio explica como fue el proceso para instalar los simuladores en Argentna: “La Mutual de Trabajadores Camioneros `15 de diciembre´ salió a buscar simuladores en el mercado y cuando nos enteramos de esto nos pusimos en contacto. Fue un proyecto muy largo, hace 1 año y medio que estamos trabajando en esto.”
El directivo dice que la compra de un simulador es un proceso que lleva su tiempo, porque es necesario entender 2 cosas: el nivel de complejidad del simulador que ofrecen; y la velocidad y el tiempo de respuesta para tenerlo terminado, ya que cada proyecto es específico.
“En un principio, pensamos que lo ideal era que en el futuro el sindicato puede realizar un centro de entrenamiento. Porque entonces puede haber varios simuladores en un mismo lugar y comienza a haber una sinergia con el lugar, ya que está todo en el mismo sitio, y permite la baja de costos”, comenta Viaggio.
Y agrega que “como experiencia piloto para Indra Argentina y en general en el mundo del transporte en Latinoamérica, es un caso único y sumamente interesante para seguirlo de cerca. Para nosotros no vale tanto el proyecto del lado económico como la importancia que tiene el haber puesto el primer centro de simulación en América Latina. Tengo la sensación que esto va a provocar negocios, no sólo dentro de la Argentina, sino también fuera del país, en Chile o Brasil. Aquí en la Argentina fue con un sindicato que está haciendo el esfuerzo para todo este proceso; en Brasil puede ser una empresa transportista que quiera tener un simulador porque eso le podría permitir bajar sus costos en seguros. Este es el caso europeo, en el que muchas empresas transportistas que utilizan simuladores pueden negociar una cuota de seguro más baja, gracias a la capacitación que reciben los choferes, por ejemplo. En Europa hay una cierta obligatoriedad sobre la capacitación, no se si cumple en todos los medios de transporte, pero por lo menos en España se aplica en los ómnibus urbanos. Allí hay una norma que obliga a que el conductor, con cierta periodicidad, pase por el simulador de la misma manera que lo hacen los pilotos de las líneas aéreas. De esta forma se puede saber si el conductor está en sus capacidad para desarrollar la tarea.”
Viaggio cree que este tipo de tecnología tiene un futuro impresionante, porque se puede aplicar a cualquier tipo de transporte, incluso de los barcos que ingresan los cargueros a puerto. “Con estos desarrollos, el aporte tecnológico produce un efecto positivo rápidamente, no solo en la seguridad sino también en la economía de las empresas ya que ayuda a reducir costos no solo en los seguros de las unidades sino también en los de las unidades y en la reducción de pérdida de las mismas”, señala Viaggio.
