Una buena copa de vino se puede servir en ocasiones especiales como los momentos para compartir con amigos o mientras lee un libro en una tarde de verano. Como resultado, esto nos ha llevado a pensar en dónde proviene el vino y cómo llega hasta nuestras mesas. Un vino tranquilo, espumoso o espirituoso puede provenir de uno de los países del continente americano, según un comunicado de prensa de Dachser.
Según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), en 2018 se produjeron 28,200 millones de litros de vino en el mundo. Este año, la producción de vino en Chile creció 36%, comparado con 2017, posicionándose, así, como segundo país suramericano con la producción más alta de la región. Argentina fue el primero con un incremento del 23% en comparación con 2017.
Gracias al aumento mencionado en la producción de vino, la región se ha beneficiado económicamente e incluso ha impulsado acuerdos comerciales con China, Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros.
Los expertos en logística tienen que cuidar cada detalle para hacer que el producto llegue a su destino final en las mejores condiciones:
- Contenedores secos: estos contenedores se utilizan para transportar vino embotellado. Pueden llevar una manta térmica o material aislante que cubre el interior del contenedor para controlar la temperatura.
- Contenedores refrigerados: estos contenedores se utilizan para transportar vino de calidad superior que requiere una temperatura especifica. Contenedores refrigerados evitan que la fluctuación de temperatura afecte la temperatura del vino. La temperatura en estos contendores puede variar entre los 10° y 20°.
- Flexitanques: un saco o un tanque de gran tamaño hecho de material flexible ubicado en el interior de un contenedor de 20 pies transportando el vino a granel. La capacidad de carga de estos contenedores llega hasta los 24.000 litros de vino.
2. Almacenamiento: el almacenamiento del producto depende de factores climáticos de origen a destino. Cuando los productos se exportan a granel, llegan a los centros de distribución para ser embotellados y después distribuidos a establecimientos minoristas y compradores finales. Por otro lado, el vino también llega a los almacenes embotellado.
3. Cantidad de vino por envío: el vino se puede exportar a granel o en botella. Los flexitanques se emplean para las exportaciones a granel. Los contenedores tienen una capacidad de entre 24.000 a 26.000 litros, para luego transportarlo al destino final, por ejemplo, en camión, aunque es importante conocer las restricciones de peso vigentes. El vino embotellado se suele transportar en contenedores de 40 pies y con una capacidad de 22 palets por contenedor que, a su vez, contienen 84 cajas por palet. Cada caja contiene 12 botellas de 750ml. Tales detalles deben ser atendidos por proveedores logísticos expertos con procesos eficientes como Dachser Chile, una empresa familiar líder en el sector que se ha especializado en el transporte del vino.
Dachser, una compañía con una red sólida, extensa y global, con sede en Alemania, es uno de los proveedores logísticos que ofrece servicios de optimización global en la cadena de suministro entera, de viñedo a estante. En Europa, la compañía también ofrece soluciones integrales de almacenamiento, así como almacenes especializados en bebidas alcohólicas en el país destino, además de servicios complementarios a lo largo de la cadena de suministro.
En cuanto al control de calidad, Dachser posee las certificaciones de conformidad DIN EN ISO 9001:2015, IFS Logistic “Higher Level” y Organic Certification, lo que suma al know-how de la compañía sobre la operación con respeto a los requisitos específicos de la industria del vino.