La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) bajo su pronóstico de crecimiento para América Latina y el Caribe a 1.5% para este año contra el 2.2% dado en abril, no obstante, la economía de la región ser verá impulsada por un repunte de la demanda interna, especialmente del consumo privado y un leve aumento de la inversión; lo que proporciona un promedio mayor que el 1.2% del 2017.
“En un contexto internacional marcado por la incertidumbre y la volatilidad, las economías de América Latina y el Caribe crecerán 1.5% en promedio en 2018”, refirió el organismo en el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2018 -editado desde 1948- e indicó que el aumento promedio general de la región mantiene una tendencia positiva, aunque muestra signos de ralentización.
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), subrayó que la región sigue creciendo, aunque a menor ritmo de lo proyectado hace unos meses, a pesar de las turbulencias internacionales. “Eso es positivo pero nos insta a redoblar esfuerzos para generar una reactivación, sin caer en ajustes fiscales excesivos. Aquí la integración regional puede jugar un papel fundamental y hacia allá debemos apuntar”.
Así, se espera que América del Sur crezca 1.2% este año, mientras que América Central lo haría en 3.4% y el Caribe en 1.7%. En relación a los países, República Dominicana y Panamá liderarán el crecimiento de la región, con aumentos del Producto Interno Bruto (PIB) de 5.4% y 5.2%, respectivamente, seguidos por Paraguay (4.4%), Bolivia (4.3%), Antigua y Barbuda (4.2%), y Chile y Honduras (ambos con 3.9%). En tanto que Brasil crecería 1.6%.
Mientras que el PIB de México -la segunda economía más grande de la región- se expandiría 2.2%, un ajuste menor al 2.3% que la CEPAL indicó en abril 2018, debido al efecto de menor inversión pública y los esfuerzos por controlar la inflación. Lo que más impulsó el crecimiento del país en 2017 y en la primera parte del año en curso fue el comercio con Estados Unidos que sigue dinámico, añadió la CEPAL.
“Este crecimiento regional se da en un escenario global complejo, caracterizado por conflictos comerciales entre Estados Unidos, China y otras naciones; riesgos geopolíticos crecientes; una caída en los flujos de capitales hacia los mercados emergentes en los últimos meses y un alza en los niveles de riesgo soberanos; depreciaciones de las monedas locales frente al dólar; y una expansión económica mundial que tiende a perder dinamismo”.
Asimismo, indicó que la recaudación tributaria de América Latina se mantiene estable en 2018 en torno al 17.8% del PIB, frente al 17.9% anotado en 2017; en tanto que la inflación promedio se mantiene dentro del 6.5% esperado a junio frente al 5.3% en 2017, excluyendo a Venezuela.
La tasa de desocupación urbana regional ha dejado de crecer y se mantendría en 9.2%, por debajo del 9.3% del año previo, gracias a una mayor generación de empleo asalariado -1.4% en el primer trimestre de 2018, luego de anotar 0.3% el año pasado. Y en el ámbito fiscal, las medidas dirigidas a la consolidación fiscal en América Latina han dado lugar a una reducción esperada del déficit primario, que pasaría de un déficit medio del 0.8% del PIB en 2017 a uno del 0.5% del PIB en 2018.
Evolución de la inversión 1995-2017
En esta edición del informe de la CEPAL, se mencionó que la región ha aumentado sus niveles de inversión en las últimas dos décadas, cerrando la brecha existente con otras regiones del mundo. Sin embargo, se advirtió la necesidad de un esfuerzo adicional para promover los encadenamientos productivos de esta inversión y así apuntalar el crecimiento económico.
El informe añadió que entre 1995 y 2017 la formación bruta de capital fijo (inversión fija) aumentó del 18.5% al 20.2% como proporción del PIB de la región, si bien a partir del 2012 el dinamismo de la inversión ha tendido a desacelerarse. Este comportamiento refleja tres ciclos económicos en este período, de 1995 a 2002, 2003 a 2008, y 2009 a 2017.
De esta forma, el sector de la construcción fue el de mayor participación en la inversión, con 67.5% de la inversión total. No obstante, la maquinaria y equipo aparece como el componente más dinámico en el período, ya que la inversión en este rubro pasó de representar el 4.7% del PIB en 1995-2003 al 8.1% en 2010-2016. Algo “positivo para la región, ya que permite incorporar mayor contenido tecnológico y sentar las bases para mejorar la productividad y sostener el crecimiento”.
Los niveles de inversión privada superaron en 2017 a los de la inversión pública, con 80.3% frente a 19.7% de participación, respectivamente. Por ello “es necesario tener una mirada estratégica de la inversión pública, en tanto esta juega un papel importante en potenciar la inversión privada, genera un efecto de crowding-in (atracción hacia el sector privado), así como en la provisión de bienes públicos centrales para impulsar el crecimiento.
“La región ha hecho importantes esfuerzos para aumentar el flujo de inversión, pero tenemos el desafío de mejorar su composición sectorial para incentivar la productividad de las economías. Aún queda mucho por hacer”, enfatizó la secretaria ejecutiva de la CEPAL, una de las comisiones regionales de las Naciones Unidas.