Podemos hablar de innovación sólo cuando la creación de un producto, servicio o proceso implica un cambio de paradigma, aseguró Salvador Aguilar, Director de la Unidad México-Guadalajara de TOTVS.
En ese sentido, aconsejó a las empresas usar la siguiente fórmula, que describe de manera general los principales componentes de este concepto: buenas prácticas más pensamiento esbelto más tecnología.
En cuanto al primer aspecto, señaló que es el conocimiento y aplicación correcta de los conceptos operativos y administrativos probados en la industria, que ya existen pero que no todas las organizaciones conocen.
Añadió que se debe tener un pensamiento esbelto, es decir, lean manufacturing o lean office, lean government. “No te enfoques en mejorar lo que haces bien, enfócate en eliminar lo que no agrega valor ni para ti, ni para tu cliente”.
En su la opinión de Aguilar, el tercer término se refiere al uso de la tecnología, la cual va de la mano con la innovación y es la consecuencia de haber generado valor dentro de la organización y de haber cambiado la manera en la que obtenemos nuestros resultados.
Puso de ejemplo a la banca electrónica ya que “este nuevo servicio cambió radicalmente nuestra manera de pensar acerca de cómo deberían ser los servicios y operaciones bancarias. La innovación implica siempre un cambio de paradigma”, expuso.
Los resultados de una buena innovación es cuando se mejoran resultados de negocio como: obtener mejores utilidades, mejorar la calidad y aumentar velocidad de respuesta a las necesidades de los clientes. “Debemos agregar valor a los procesos para después aplicar la tecnología que permita hacer todo más rápido y eficiente”, finalizó el directivo.