Tras darse a conocer que el Reino Unido votó por no permanecer en la Unión Europea (UE) –el llamado Brexit-, se produjo una respuesta negativa de las bolsas de valores de todo el mundo. Según un análisis de Trusted Shops –empresa especializada en servicio de solución de comercio electrónico en Europa-, este abandono a la Unión Europea también tendrá repercusiones para el comercio en línea y las transacciones transfronterizas.
La firma, con 15 años en el mercado europeo, explica que los comerciantes de otros países deberán aprovechar el periodo de dos años de negociación de este primer abandono de un país de la Unión para hacer frente a los repercusiones que se podrían presentar en el comercio electrónico.
El análisis de Trusted Shops enlista los sectores que se verán afectados ante el resultado del Brexit.
1.- Impuestos de aduanas e impuestos sobre el valor añadido sobre la importación.
Una de las consecuencias del Brexit serán los impuestos de aduana. Los clientes de comercios de otros países que vivan en Gran Bretaña tendrán que pagar impuestos de aduanas e impuestos sobre el valor agregado sobre la importación por las compras realizadas en el país de origen. Esto significa que las compras transfronterizas serán más caras, por lo que serán menos atractivas para los clientes de Reino Unido y en caso inverso sucederá lo mismo. Además, la burocracia se complicará.
2.- Costo de exportación elevados.
En el caso de los pequeños y medianos comercios se les dificultará soportar estos costos, ya que no les resultará tan fácil como a las grandes empresas el desarrollar cooperaciones estratégicas bilaterales y cooperaciones en el ámbito de la distribución.
3.- Problemas relacionados con la protección de datos.
En cuanto a la protección de datos también se considerará a Reino Unido como tercer país. Apenas habrá cambios notables en lo referente a la transferencia de datos a los proveedores de servicios británicos, puesto que no cabe esperar que Reino Unido pase a formar parte de la lista de países “seguros”. A estos países se les aplican, conforme a las normas de la UE, las de un nivel adecuado de normas relativas a la protección de datos, por eso la transferencia de datos se tratará como un intercambio de la UE. Pero esto es algo que tampoco se considera seguro.
4.- Repercusiones sobre la legislación.
Buena parte de los ámbitos legislativos que afectan a las tiendas online ya se han armonizado. Además, con la iniciativa sobre derechos de los consumidores se acabarán de unificarse los derechos de los consumidores lo más posible. También se ha armonizado totalmente el derecho de la competencia. La armonización también significa jurisdicción del Tribunal de Justicia, al cual los tribunales británicos no tendrían que someterse. Esto podría, con el tiempo, ocasionar divergencias en cuanto a la interpretación de normas armonizadas, así como de la legislación futura. No se puede excluir una modificación drástica, ya que hasta la fecha Reino Unido, en la mayoría de los casos, apenas ha hecho uso del margen de flexibilidad en la aplicación de las normativas relevantes para el comercio electrónico.
5.- ¿Qué tienen que hacer los comerciantes de otros países?
Se abre ahora un plazo de dos años como “plazo de preaviso de extinción de contrato”. Durante este tiempo deberán llevarse a cabo negociaciones sobre el acuerdo de salida. El resultado de esta negociación determinará qué repercusiones concretas podría tener el Brexit tanto para el Reino Unido como para el UE. Los comerciantes deberían realizar un seguimiento minucioso de las negociaciones entre la UE y Gran Bretaña y aprovechar este tiempo para analizar el papel del mercado del Reino Unido para los negocios. ¿Qué vende esa compañía? ¿Cuál es su volumen de negocios en el Reino Unido? ¿Es un mercado que vale la pena permanecer o incursionar, y estarían dispuestos a asumir los nuevos obstáculos burocráticos y los costos administrativos?.
6.- ¿Con qué se encontrará el consumidor?
En el peor de los casos desaparecerán completamente todos los privilegios que el mercado interior europeo ofrece. En este caso, cuando un consumidor de otro país compre en una tienda online británica por un valor superior a 22 euros, se aplicará el impuesto sobre le valor agregado sobre la importación. Si el consumidor realiza un pedido por un valor superior a 150 euros, tendrá que pagar tanto el IVA sobre la importación como los aranceles. Además, se podría dar el caso de que algunos productos no se puedan comprar, ya que sólo pueden comercializarse legalmente en la UE cuando llevan la declaración CE de conformidad. En el mejor de los casos, la UE y el Reino Unido contraerán una especie de acuerdo de libre comercio y se podría producir una adhesión al Espacio Económico Europeo, como es caso de Noruega. Esto quiere decir que Reino Unido debería armonizar la legislación en el marco de la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capital y reconocer la soberanía de la legislación europea en estos ámbitos legislativos. En tal caso se mantendrían las ventajas del mercado interior comunitario, salvo algunas excepciones.
Fuente: México CIO.