México se encuentra menos vulnerable que el resto de las economías latinoamericanas en el actual contexto global, el cual se caracteriza de la desaceleración de China, menores precios a las materias primas y relativa fortaleza de Estados Unidos.
Sin embargo, es probable que la economía mexicana continúe expandiéndose a un ritmo moderado de alrededor de 2.5% del PIB, aseguró Jimena Zúñiga, analista de Bloomberg Intelligence.
Si bien la estructura de exportaciones de México sobresale del resto de América Latina por estar inclinada hacia los productos manufactureros con casi 80% del total de las exportaciones, Estados Unidos recibe casi en su totalidad de éstas, por lo que es una desventaja, ya que ha tenido un peor desempeño que el resto de la economía, consideró la analista.
Avizoró que las exportaciones netas sigan contribuyendo al crecimiento del PIB real de México. “Es probable que el crecimiento en el volumen de exportaciones se mantenga apoyado por la creciente competitividad del peso en términos reales efectivos, el cual también probablemente limitará el crecimiento en las importaciones. En términos reales efectivos, la divisa mexicana se ha vuelto más barata, incluso más que en la crisis financiera de 2008-09”, destacó Jimena Zúñiga.
Adicionalmente, mientras que México no tiene lazos fuertes directos con China, ambos países tienen una estructura de exportaciones similar, inclinadas hacia la electrónica liviana. Esto hace de China un competidor temible para la demanda global en general y para las importaciones de Estados Unidos en particular, agregó.
Otra de las amenazas se concentra en la caída de los precios del petróleo que desde 2014 ha inducido hacia cierta consolidación fiscal, con un ajuste proyectado del gasto programable de 0.7% del PIB en 2015 (relativo al presupuesto aprobado) y 0.5% en 2016 (en relación a 2015).
Aún con este panorama en contra, México sobresale entre el resto de América Latina por su baja inflación, la cual se encuentra en 2.5% y por debajo del objetivo de 3% del banco central. La tendencia subyacente no es tan beneficiosa como la inflación general lo sugiere, pero tampoco es alarmante.
Al igual que el contexto global actual impacta menos a México de lo que lo hace con sus pares en América Latina, es probable que ejerza menos presiones de depreciación sobre su moneda, especialmente si Banxico cumple su promesa de seguir las acciones de la Reserva Federal, afirmó.
Y concluyó que aunque es poco probable que el tipo de cambio escape de la presión de un dólar más fuerte y a la menor participación de los mercados emergentes en los portafolios globales que se dé después del despegue de la Fed, el peso mexicano está bien posicionado para superar a sus pares.