La Hidrovía Paraguay-Paraná es una de las rutas fluviales más importantes de América del Sur, conectando cuatro países clave: Bolivia, Paraguay, Argentina y Brasil.
Esta vía juega un papel crucial en el comercio exterior de la región, especialmente para Bolivia, que depende de ella para exportar productos agrícolas como la soya y el girasol.
Sin embargo, la crisis climática que ha afectado al continente ha tenido un impacto devastador en los niveles de agua de los ríos Paraguay y Paraná, generando una crisis sin precedentes para la navegación y, por ende, para el comercio exterior boliviano.
Esta situación ha obligado a los exportadores a buscar rutas alternativas, encareciendo los costos logísticos y afectando la competitividad del país en los mercados internacionales, ante este panorama, surgen preguntas sobre cómo mitigar los efectos de esta crisis y qué soluciones pueden implementarse para garantizar la continuidad del comercio fluvial.
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El papel estratégico de la Hidrovía Paraguay-Paraná en el comercio exterior
Esta hidrovía es crucial para el comercio exterior de Bolivia, especialmente para exportaciones que van hacia mercados internacionales a través de los puertos de Argentina y Paraguay.
Las ventajas logísticas de esta vía permiten a los exportadores bolivianos acceder a costos de transporte competitivos, pero las condiciones actuales ponen en jaque este sistema de transporte.
Bajos niveles de agua: ¿Por qué la Hidrovía Paraguay-Paraná enfrenta una crisis histórica?
El 2024 ha sido particularmente difícil para la hidrovía debido a la prolongada sequía que ha reducido los niveles de agua a mínimos históricos, los ríos Paraguay y Paraná están sufriendo las consecuencias directas del cambio climático, lo que ha afectado su caudal y la capacidad de los barcos de gran calado para navegar.
Los efectos son más pronunciados en la región de Rosario, en Argentina, donde se encuentran algunos de los puertos de exportación más importantes, en este contexto, Bolivia, al ser un país sin litoral, depende fuertemente de la hidrovía para sus exportaciones, y la crisis ha complicado su acceso a los mercados internacionales.
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Impacto en la exportación boliviana: soya, girasol y otros productos afectados
Bolivia, a través de la Cámara de Exportadores, Logística y Promoción de Inversiones de Santa Cruz (Cadex), ha expresado su preocupación por el impacto directo que tiene esta situación en la exportación de productos agrícolas, como la soya y el girasol, estos productos, fundamentales en la economía boliviana, ahora enfrentan mayores dificultades para llegar a los mercados, lo que implica no solo demoras, sino también un encarecimiento de los costos logísticos.
Martín Salces, gerente de Cadex, explicó que la temporada de bajos niveles de agua, que normalmente ocurre entre septiembre y octubre, se ha adelantado a agosto de 2024, una situación que atribuye al cambio climático, esto ha tenido un impacto negativo en las exportaciones y obliga a los exportadores a buscar rutas alternativas.
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Alternativas logísticas para mitigar la crisis en la Hidrovía
Con la Hidrovía Paraguay-Paraná fuera de servicio en muchas zonas, los exportadores bolivianos han tenido que explorar nuevas rutas, entre las que destacan los puertos del Océano Pacífico, como los de Chile y Perú, aunque estas rutas alternativas ofrecen una salida para el comercio exterior, los costos logísticos aumentan significativamente, transportar productos por estas rutas implica distancias mayores y condiciones más complejas, lo que afecta la competitividad de las exportaciones bolivianas en los mercados internacionales.
Además, empresas bolivianas que operan cerca de la hidrovía también se ven afectadas, ya que sus operaciones están diseñadas para utilizar este sistema fluvial, la falta de acceso a la hidrovía genera pérdidas tanto para las empresas de exportación como para las compañías de logística y transporte.
El cambio climático y su influencia en las rutas fluviales de Sudamérica
El cambio climático ha intensificado las sequías en muchas regiones de Sudamérica, lo que ha afectado a las principales rutas fluviales, en el caso de la Hidrovía Paraguay-Paraná, los efectos son devastadores, pues esta vía depende en gran medida de un caudal estable, según estudios climáticos recientes, las precipitaciones en la cuenca del Amazonas y áreas adyacentes han disminuido, y se espera que esta tendencia continúe en los próximos años, lo que agrava la situación.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha destacado la necesidad de implementar planes de manejo sostenible del agua y medidas de adaptación que puedan mitigar el impacto de estas fluctuaciones en los niveles de agua de los ríos.
Medidas urgentes
Las autoridades y empresas han solicitado acciones inmediatas para mitigar la crisis en la hidrovía. Entre las medidas propuestas están las batimetrías y el dragado de los puntos críticos, que ayudarían a mantener operativa la hidrovía, al menos parcialmente, durante las temporadas de estiaje. El dragado regular de los cauces permitiría profundizar las vías navegables, facilitando el tránsito de embarcaciones con menos restricciones.
La inversión en infraestructura fluvial es otro factor clave para mantener la competitividad del comercio exterior boliviano y garantizar que la hidrovía pueda seguir siendo una opción viable a largo plazo.
¿Cómo podría mejorar la situación en la Hidrovía Paraguay-Paraná?
A futuro, las perspectivas para la hidrovía dependerán de la capacidad de los gobiernos de la región para coordinar esfuerzos en el manejo de las aguas y en la inversión en infraestructuras, además, la implementación de prácticas más sostenibles en el uso del agua será crucial para garantizar que los niveles de los ríos sean suficientes para la navegación comercial.
La crisis en la Hidrovía Paraguay-Paraná es un claro ejemplo de cómo el cambio climático está afectando las infraestructuras logísticas clave en América del Sur, Bolivia, un país sin litoral, depende enormemente de esta vía fluvial para mantener sus exportaciones competitivas, si bien las alternativas logísticas, como:
- El uso de los puertos del Pacífico, pueden ofrecer soluciones a corto plazo, son más costosas y complicadas.
La implementación de medidas como el dragado y las batimetrías es crucial para asegurar la navegabilidad de los ríos, pero estas soluciones requieren coordinación y financiamiento tanto a nivel nacional como internacional.
A largo plazo, el manejo sostenible de los recursos hídricos y la inversión en infraestructura serán esenciales para evitar que esta crisis se repita. Bolivia y los demás países de la región deben actuar de manera conjunta para enfrentar estos desafíos y preservar el comercio exterior que es vital para sus economías.