La tecnología de identificación de radiofrecuencia (RFID) mantiene un crecimiento importante y llegará a suplir al código de barras.
El mercado de la tecnología RFID tendrá un valor de 8 mil 250 millones de dólares en 2014, por lo que especialistas apuntan que esta tecnología ampliará sus capacidades, pues cada vez más empresas ofrecen etiquetas que permiten enviar señales a más de 180 metros y terminales de lectura que usan menos energía, son más rápidas en la lectura y tienen mayor capacidad para evitar interferencias destacó, ABI Research.
En este contexto, el organismo destacó que es “inclonable” y esta tecnología se usa ya en la lucha contra la falsificación de artículos de lujo, productos farmacéuticos e identificadores de seguridad, por lo que los expertos auguran un uso extendido de la tecnología RFID para elevar la competitividad de la cadena de suministro de prácticamente todos los sectores de la industria.
Además, la tendencia en el uso de estos dispositivos apunta a complementar y finalmente suplir el código de barras. Además, con ellos, los usuarios pueden identificar sus productos de manera grupal y no individual, con lo que se puede lograr eficientar las operaciones diarias.
No obstante, estimaciones prevén que en los próximos 10 años, las compañías minoristas seguirán utilizando el código de barras pero introducirán gradualmente el etiquetado con esta tecnología. Para 2014, se espera también que las terminales de lectura reduzcan su costo a menos de 500 dólares por unidad.
Ante este panorama, Connie Mayer, directora de Canales y Distribución de Intermec Latam, destaca que: “para implementar exitosamente la tecnología RFID en una empresa lleva tiempo y requiere la participación de distintos niveles jerárquicos en la organización”.
Es de recordar que la tecnología RFID funciona a través de etiquetas que están elaboradas con un microchip y una antena. Cada una de ellas varía en tamaño y características, dependiendo del uso que se les dan en cada una de las industrias.
Existen las pasivas, que son básicamente las que necesitan de una antena que les envié señales que serán convertidas en energía para poder responder; por otra parte, también hay las activas que cuentan con una batería que les permite responder a mayores distancias de lectura y funcionalidades adicionales.
La información que contienen las etiquetas puede ser diversa: desde códigos establecidos para cada producto, hasta fecha de elaboración, modelo, número de lote y nombre del fabricante. Una vez que son leídas, la información puede transferirse mediante un middleware a un sistema ERP comercial.
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