En la zona sur-sureste de México, el desarrollo de centros de distribución y almacenes para industrias e ecommerce enfrenta un desafío técnico que, en muchos casos, define su rentabilidad operativa: el control de temperatura y humedad.
Lejos de tratarse de un lujo, la climatización se vuelve una necesidad estratégica para optimizar costos energéticos al tiempo que se garantiza la integridad de los productos, en especial de aquellos que tienen condiciones específicas para conservar sus propiedades.
Muchos dispositivos médicos, por ejemplo, pueden no funcionar correctamente si han sido expuestos a altos niveles de humedad o temperatura, según establece la U.S. Food & Drug Administration (FDA). Estas condiciones pueden “comprometer la esterilidad de los dispositivos empacados”.
Un grado menos = 10% más energía
En un entorno donde el calor y la humedad excesiva son cotidianos, ajustar o mantener un solo grado centígrado en la temperatura de consigna puede tener un impacto directo en el consumo energético.
Sergio Cedeno, gerente de Ingeniería Aire Acondicionado de LG Electronics, explica que “por cada grado centígrado que muevas la temperatura de consigna o setpoint, puedes ahorrar hasta 10% en el consumo eléctrico”.
La relación es proporcional por lo que bajar un grado desde 24°C puede incrementar el consumo en la misma proporción.
La ecuación es clara: en zonas donde el clima requiere un esfuerzo constante para remover calor y humedad, cada punto de temperatura y cada minuto de operación innecesaria se convierten en costos acumulados.
La climatización desde el proyecto
El especialista considera que la demanda de sistemas de climatización para grandes almacenes todavía es más frecuente en el norte del país, muestra de ello es un almacén para comercio electrónico en Mexicali en el que LG participa.
Sin dar más detalles, comenta que la demanda en el sur-sureste aún no ha alcanzado su punto de inflexión. Sin embargo, considera que evolucionará más rápido conforme existan más proyectos en esa región en los que puedan participar.
De acuerdo con Cedeno es preferible que las empresas que analizan instalarse en esa región consideren la climatización desde el inicio del proyecto arquitectónico. De esta forma se reducen los gastos posteriores que representa tratar de adaptar la solución a la construcción.
“Sería ideal que consideraran los espacios para equipos y para la distribución de aire. Desafortunadamente construyen y ya después se ponen a pensar en el aire. Ahí es cuando tenemos que adaptarnos al espacio”, señala.
Inconvenientes de la operación
Uno de los problemas comunes en el mercado es que las empresas quieren cubrir sus necesidades de climatización con equipos concebidos para oficinas o aplicaciones corporativas.
Pero el mayor tema son los costos de operación y de mantenimiento asociados a una mala conceptualización de las necesidades de enfriamiento:
Las empresas “se fijan mucho en el costo inicial y no en los costos de operación, sobre todo cuando dejan los equipos funcionando por sí solos, sin supervisión. Eso siempre les representa costos de operación más alto”, dice Cedeno.
Un punto determinante para dimensionar la capacidad ideal de un sistema de climatización industrial es el balance térmico. Este cálculo determina la capacidad del equipo con base en las peores condiciones previstas, aunque estas solo se presenten durante algunas horas o días del año.
Soluciones que salvan 30% de energía
Aquí es donde las tecnologías de velocidad variable cobran relevancia. Antes los equipos funcionaban al 100% de su capacidad y cuando llegaban a la temperatura ideal se apagaban. el ciclo se repetía tan pronto como la temperatura regresaba a su nivel inicial.
“Ese tipo de operación no es la más adecuada, ni en confort ni en consumo eléctrico”, explica Cedeño.
Actualmente existen equipos que se adaptan a la demanda real, funcionando de forma parcial cuando no se necesita la capacidad total.
Este tipo de tecnologías, en combinación con un control inteligente de horarios y temperaturas de control, contribuyen a lograr “hasta 30% en ahorro de energía”. Anualmente esto se potencializa con un control inteligente de horarios y de temperaturas de consigna.
El papel de la inteligencia artificial
La digitalización también está transformando la climatización industrial. La posibilidad de centralizar el control y supervisión de los sistemas desde un punto remoto reduce la dependencia de intervenciones manuales. Pero la verdadera disrupción proviene de la Inteligencia Artificial.
“Estamos aplicando la inteligencia artificial para que el sistema aprenda de cómo está operando e inclusive se anticipe a cualquier ajuste que pueda hacerle el usuario. Tenemos que hacer que el equipo trabaje solamente lo necesario y aprenda de la operación”, apunta Cedeño.
Estos sistemas no solo ajustan la velocidad y capacidad en función de la demanda, sino que detectan patrones, anticipan picos de carga y optimizan la operación para reducir el consumo sin sacrificar el control de humedad y temperatura.
El reto ampliado del sur: humedad y volumen de aire
En el sur-sureste, el problema va más allá de la temperatura. Cedeno detalla que los equipos de climatización seleccionados deben de tener una mayor capacidad para remover más humedad, lo que significa “equipos más grandes y con mayor capacidad de enfriamiento”.
El aumento de tamaño no solo obedece a la potencia de enfriamiento, sino al volumen de aire que debe tratarse al interior de un almacén, mucho mayor que en un entorno corporativo.
El experto de LG concluye que un sobredimensionamiento por falta de cálculo preciso puede traducirse en un gasto inicial innecesario y en un consumo energético elevado durante toda la vida útil del equipo.