Cracovia, (EFE). - El ministro polaco de Agricultura, Robert Telus, anunció este miércoles un programa de compensaciones económicas para los agricultores afectados por la importación del cereal ucraniano y la imposición de un precio mínimo de venta.
En declaraciones a la radio polaca, Telus explicó que esta medida es provisional y que lo que hace falta "son soluciones para que la Unión Europea (UE) se dé cuenta de que necesitamos regulaciones, herramientas que permitan que los productos ucranianos no se queden en Polonia, sino que transiten por Europa".
Asimismo, expresó su intención de proponer en el próximo consejo de ministros la imposición de un precio mínimo de venta de unos 300 euros por tonelada de trigo, para combatir la caída de precios provocada según el Gobierno polaco por la acumulación de grano de Ucrania.
Varsovia confirmó el martes que se ha alcanzado un acuerdo con la parte ucraniana para reanudar bajo monitoreo el tránsito de los 30 productos alimenticios ucranianos cuya introducción en el país quedó vetada por decreto el pasado día 15 de abril.
Según explicó este miércoles el viceministro de Hacienda polaco, Artur Soboń, en una entrevista en la emisora Radio Plus, a partir del viernes se volverá a permitir la entrada de productos ucranianos a Polonia en forma de convoy y se controlará su circulación mediante el sistema SENT, basado en la utilización de GPS y verificaciones en ruta.
Se trata del mismo método usado para supervisar el tránsito de transportes de combustibles, desechos tóxicos o mercancías peligrosas.
Como segunda parte del acuerdo alcanzado ayer, Polonia prepara un plan para dar salida a los cuatro millones de toneladas de cereal almacenado en silos cercanos a la frontera con Ucrania antes del 1 de julio, "para dejar sitio a la nueva cosecha de los productores polacos", dijo Soboń.
Según la prensa local polaca, actualmente hay colas de más de 25 kilómetros de camiones ucranianos que esperan entrar en Polonia.
La UE suspendió el año pasado todas las trabas de importación del cereal ucraniano tras el estallido de la guerra y en julio estableció los llamados "corredores humanitarios" con el objetivo de prevenir una crisis alimentaria, pero, según Varsovia, gran parte de esa mercancía se queda en Polonia, lo que ha afectado negativamente al mercado local.
Las insistentes protestas de los productores polacos y la falta de un acuerdo provocaron la dimisión de dos ministros de Agricultura polacos en los últimos nueve meses y la imposición por sorpresa, el pasado sábado, de un veto a la importación de cereales, carne, frutas y vegetales provenientes de Ucrania.
EFE mag/cph/sgb
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