Leópolis, (EFE).- Olga Trofimtseva, alto cargo del Ministerio de Exteriores ucraniano, asegura a EFE que la reciente decisión de la Comisión Europea (CE) sobre importación de grano puede perjudicar al pequeño agricultor y alerta contra ceder al "chantaje" ruso sobre el corredor exportador.
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Lo más importante para los agricultores ucranianos ahora mismo es la previsibilidad, el acuerdo entre la CE y sus cinco países más cercanos, Polonia, Hungría, Bulgaria, Rumanía y Eslovaquia, que finalmente permitieron el tránsito de productos agrícolas a otros miembros la UE, tras haber prohibido de forma unilateral su importación.
Olga Trofimtseva
"No está claro cuándo la decisión se va a traducir realmente en un mecanismo de trabajo para el tránsito de productos ucranianos por los países vecinos de la UE", subrayó. Los cuatro productos afectados son trigo, maíz, girasol y semillas de soja.
Mientras se organiza la implementación de ese acuerdo, prosigue, se están registrando grandes colas de camiones y vagones de ferrocarril en la frontera entre Ucrania y Polonia.
Los exportadores ucranianos y sus clientes en estados miembros de la Unión Europea (UE), como España y los Países Bajos, están resolviendo muchos problemas prácticos, afirma la alta funcionaria.
Pero la situación se está volviendo crítica para los pequeños y medianos agricultores y comerciantes, que dependen especialmente de los "carriles de la solidaridad", creados por la UE para ayudar a Ucrania a exportar su grano a raíz del bloqueo ruso a los puertos ucranianos del Mar Negro.
Muchos luchan por sobrevivir y no saben si van a sembrar o no la próxima temporada. No podrán operar con pérdidas por segunda o tercera temporada consecutiva".
La buena noticia, dijo a EFE, es que Bruselas anuló las prohibiciones unilaterales infundadas y que incluían productos como los lácteos. Ucrania puede ahora hablar con Bruselas, además de con los gobiernos nacionales de países de la UE, para evitar que la situación se deteriore.
Mientras tanto, el "corredor de grano" de los puertos de el Mar Negro está siendo saboteado por Rusia, subrayó Trofimtseva. La semana pasada, el volumen de grano exportado por esa vía cayó un 31% y se convirtió en el más bajo de 2023.
Afirma que Rusia está bloqueando las inspecciones de buques en el Centro de Coordinación Conjunta de Estambul, establecido a raíz del acuerdo del grano alcanzado por mediación de Turquía y la ONU. Y plantea exigencias desorbitadas a cambio de aceptar una prórroga del acuerdo. Rusia insiste en que el programa sólo se prorrogó 60 días el pasado marzo, y no 120, como anunció Ucrania.
Trofimtseva subrayó que el acuerdo es muy claro y simplemente debe ser cumplido por todas las partes. La única respuesta posible de la ONU y Turquía al chantaje de Rusia es mantener una posición firme y no ceder, subraya la funcionaria.
"Rusia sólo entiende el lenguaje de la fuerza. Dará marcha atrás si topa con una respuesta cohesionada", afirma Trofimtseva, quien se muestra optimista y afirma que Turquía y China, que ha importado más de 5 millones de toneladas de grano ucraniano a través del corredor, han reiterado que el acuerdo tiene que funcionar, de forma estable y predecible.
Subrayó la importancia del trabajo eficaz tanto del "corredor del cereal" como de los "carriles de solidaridad" de la UE para la iniciativa "Grano de Ucrania", que hace llegar el producto ucraniano a los países más necesitados de alimentos, donde la situación se ha deteriorado últimamente.
Según el Ministerio de Agricultura ucraniano, más del 25% del trigo exportado a través del corredor ha llegado hasta ahora a países como Etiopía, Yemen, Sudán o Bangladesh.
Mientras tanto, Ucrania vigila de cerca las exportaciones rusas del grano ucraniano capturado en territorios ocupados de países como Siria. "Es importante recabar datos para que Rusia pueda ser responsabilizada y obligada a compensar a Ucrania por las pérdidas", sostiene Trofimtseva.
EFE ra/gc/mah
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