La reelección de Donald Trump en 2024 ha encendido alarmas en el ámbito del comercio internacional, especialmente entre las dos mayores economías del mundo: Estados Unidos y China. Durante su primer mandato, Trump implementó políticas proteccionistas bajo el lema "America First", marcando un período de intensas tensiones comerciales entre ambos países, que resultaron en la imposición de aranceles elevados y restricciones a productos chinos. Ahora, con su regreso, las expectativas de una nueva escalada en la guerra comercial no solo son posibles, sino también inminentes.
Para los profesionales de la industria logística, particularmente en América Latina, las implicaciones de este conflicto revivido son profundas y multifacéticas, el endurecimiento de las políticas de comercio exterior de USA podría alterar las cadenas de suministro globales y aumentar los costos operativos en la logística.
Por otro lado, América Latina podría beneficiarse del redireccionamiento de las inversiones hacia la región, lo que abriría oportunidades de nearshoring y fortalecería acuerdos regionales como el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), estas dinámicas potenciales representan tanto desafíos como oportunidades, ya que el continente se posiciona como una alternativa estratégica para el mercado estadounidense, buscando reducir su dependencia de Asia.
Además, la influencia de China en América Latina ha crecido significativamente en los últimos años, tanto en términos de inversión como de cooperación en infraestructura y comercio, la posibilidad de que este gigante asiático refuerce sus lazos comerciales con la región en respuesta a una política más proteccionista de Estados Unidos plantea escenarios donde América Latina podría convertirse en un campo clave de diversificación para las exportaciones chinas y una vía estratégica para su acceso a mercados globales.
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Escenario actual, comercio internacional y política proteccionista
La historia de la administración Trump muestra una clara tendencia proteccionista. Durante su primer mandato, Trump impuso aranceles significativos a productos chinos, buscando defender los intereses económicos de Estados Unidos Esta política condujo a una serie de represalias por parte de China, resultando en un clima de tensión económica que afectó profundamente a los sectores de manufactura, tecnología, y logística en todo el mundo, en 2024, este enfoque no ha cambiado: el lema “Made in America” sigue siendo prioritario, lo cual implica una posible reedición de medidas arancelarias y restricciones comerciales.
Estas políticas de Trump buscan reducir la dependencia de China en sectores estratégicos como la tecnología y la manufactura, la intensificación de estos aranceles podría alterar los flujos de bienes a nivel mundial, impactando a América Latina al modificar las rutas comerciales y los costos asociados al transporte de productos.
Impacto en la cadena de suministro global
El comercio entre Estados Unidos y China constituye una parte considerable de las rutas de suministro internacionales, y cualquier alteración en esta relación se traduce en efectos significativos para la logística global. Con la reelección de Trump y el posible regreso de aranceles elevados y restricciones comerciales, las cadenas de suministro enfrentan riesgos de aumento de costos, retrasos, y necesidad de rediseñar rutas de transporte.
Las empresas que dependen de componentes y productos provenientes de China, como muchas en América Latina, se ven obligadas a encontrar alternativas o enfrentar una escalada en los costos operativos, estos cambios impactan particularmente a los sectores de:
- tecnología
- manufactura
- bienes de consumo
Las compañías de logística, desde navieras hasta aerolíneas de carga, deben adaptarse rápidamente, reestructurando sus servicios para mitigar los efectos de la incertidumbre y mantenerse competitivas en un entorno cambiante.
Oportunidades y desafíos para América Latina
En el contexto de una guerra comercial, América Latina podría enfrentar tanto desafíos como oportunidades, por un lado, aquellos países que dependen de insumos o productos de Estados Unidos y China se verán en una situación complicada, enfrentando posibles escaseces y alzas en los precios. Sin embargo, también existen grandes oportunidades para aquellos sectores que logren consolidarse como alternativas de suministro para las empresas estadounidenses que buscan diversificar sus cadenas de producción.
México, por ejemplo, se beneficia enormemente de su proximidad a Estados Unidos y de su participación en el T-MEC, que proporciona un marco de estabilidad y ventajas comerciales claras para los sectores manufactureros y logísticos.
Al mismo tiempo, países de América del Sur, como Brasil y Argentina, también tienen la posibilidad de captar inversiones en sectores agrícolas y de materias primas.
- Nearshoring
Una de las respuestas estratégicas a la guerra comercial ha sido la adopción del “nearshoring,” que implica el traslado de operaciones de producción y manufactura a regiones más cercanas, como América Latina. Esta estrategia ofrece ventajas significativas, al reducir costos de transporte, mejorar tiempos de entrega y minimizar riesgos asociados a las fluctuaciones políticas y arancelarias.
Para México, el nearshoring ofrece oportunidades únicas, especialmente en sectores como la automotriz y electrónica, los cuales se benefician de la proximidad al mercado estadounidense. Además, el nearshoring podría atraer nuevas inversiones y proyectos de infraestructura, aumentando la demanda de servicios logísticos de alta calidad y capacidad de respuesta rápida.
Empresas que han implementado con éxito el nearshoring en México ↗
El Nearshoring ha sido una estrategia clave para el crecimiento de varias empresas en México
Nuevas alianzas comerciales y el rol de China en la región
Frente a la amenaza de restricciones comerciales por parte de Estados Unidos, China también ha comenzado a diversificar sus socios comerciales, fortaleciendo relaciones con países de América Latina, la “Nueva Ruta de la Seda” de China y acuerdos con países como Chile y Perú representan un movimiento estratégico que busca asegurar la estabilidad y acceso a materias primas y productos esenciales.
América Latina, por lo tanto, se convierte en una región de interés tanto para Estados Unidos como para China, las empresas y gobiernos latinoamericanos podrían beneficiarse significativamente de esta situación, fortaleciendo sus relaciones comerciales con ambos países y aprovechando las oportunidades de inversión y desarrollo de infraestructura en sectores clave.
Estrategias para la adaptación en el sector logístico
El sector logístico en América Latina debe prepararse para un período de volatilidad. Las empresas del sector pueden adoptar estrategias de diversificación de proveedores, reduciendo la dependencia de un solo país o región, y explorando alternativas de suministro en mercados cercanos, asimismo, la modernización de infraestructuras de transporte y almacenamiento se convierte en una prioridad para responder a las crecientes demandas de eficiencia y flexibilidad.
La inversión en tecnología también es esencial: desde sistemas de seguimiento en tiempo real hasta la adopción de soluciones digitales para optimizar rutas y gestionar inventarios.
La resiliencia del sector logístico dependerá de su capacidad de adaptación y de su habilidad para prever y responder a cambios en las políticas comerciales.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y la posible intensificación de la guerra comercial con China representan un reto importante para la logística y el comercio internacional. Sin embargo, América Latina se encuentra en una posición única, con oportunidades para consolidarse como una alternativa estratégica en la cadena de suministro global. La implementación de estrategias de nearshoring y la formación de nuevas alianzas comerciales serán cruciales para el desarrollo de la región en este escenario cambiante.
En última instancia, la capacidad de adaptación y la visión estratégica serán clave para que América Latina pueda no solo enfrentar estos desafíos, sino también aprovechar las oportunidades que esta coyuntura global presenta para su crecimiento y estabilidad económica.