Francia, (EFE).- La "start up" o emergente europea Destinus, que tiene uno de sus centros en la localidad madrileña de Tres Cantos, presentó este lunes en el Salón Aeronáutico de Le Bourget su nuevo prototipo de avión supersónico autónomo con el que quiere realizar los primeros vuelos de prueba en 2024.
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Su responsable en España, Davide Bonetti, explicó a EFE en la primera jornada de esta feria aeronáutica en el que fue el primer aeropuerto de París que esta tercera generación del proyecto Destinus es una fase más del camino hasta tener listo en una quincena de años un avión de pasajeros supersónico que pueda ser explotado comercialmente.
Destinus-3 utilizará queroseno de combustible, como en las versiones precedentes. Pero la novedad es que también dispone de un depósito de 1.000 litros para cargar hidrógeno que saldrá a un postcombustor (una cámara de combustión adicional) que le permitirá aportar una propulsión adicional.
Eso debe ser suficiente para alcanzar 1,3 veces la velocidad del sonido (unos 1.200 kilómetros por hora) con esta aeronave, que volará en modo automático, sin piloto.
El demostrador ahora presentado servirá para que a largo plazo se puedan concretar los planes de un reactor de negocios de 40 metros de largo con capacidad para 25 pasajeros.
Y sobre todo, de una aeronave de 90 metros de largo con 400 asientos con una autonomía de 20.000 kilómetros que equivaldría a alcanzar cualquier punto del mundo de un tirón y en sólo unas pocas horas.
Bonetti indicó que de esa forma los trayectos entre Europa y Estados Unidos con un avión que alcanzaría cinco veces la velocidad del sonido (unos 6.000 kilómetros por hora) se quedarían en apenas una hora y media, y los viajes entre el Viejo Continente y el sureste asiático en unas tres horas.
Para conseguirlo hay que dar diferentes pasos tecnológicos, en particular con el hidrógeno que, según el máximo ejecutivo de Destinus en España, es "el vector adecuado" por varias razones.
Las principales son que la intensidad energética del hidrógeno es el triple que la del queroseno, el combustible actual de la aviación, y que la empresa está convencida de que el precio de su fabricación bajará de forma radical en los próximos años gracias al tirón de las energías renovables.
Si eso se desarrolla como está previsto, en siguientes demostradores de Destinus se podrá prescindir totalmente del queroseno que es un derivado del petróleo y utilizar sólo como combustible hidrógeno criogénico, es decir en estado líquido, lo que necesita una temperatura de unos 250 grados bajo cero.
La combustión del hidrógeno, al mezclarse con el oxígeno, genera agua y no dióxido de carbono, de forma que no genera gases de efecto invernadero.
Destinus es una empresa emergente creada en 2021 gracias a la aportación de diferentes fondos privados, que han aportado en torno al 80% de la inversión, y de la financiación pública obtenida en esencialmente con los fondos europeos Next Generation para España.
Esos fondos públicos derivan del programa para la creación de un centro de ensayos en Torrejón de Ardoz, cerca de Madrid, y del programa del Ministerio de la Transición Ecológica para el desarrollo del ecosistema del hidrógeno.
En total, la empresa ha reunido por el momento más de 50 millones de euros y, en el futuro, espera obtener dinero también con la comercialización de sus propios desarrollos tecnológicos.
EFE ac/rcf/may