El gobierno de Estados Unidos anunció que planea detener los envíos a China de chips de inteligencia artificial (IA) más avanzados diseñados por Nvidia y otras empresas.
Es parte de un conjunto de medidas destinadas a impedir que Pekín obtenga tecnologías de vanguardia para reforzar su ejército.
Las normas, descritas por altos funcionarios gubernamentales en una rueda de prensa celebrada el lunes por la tarde, restringen una gama más amplia de chips avanzados y herramientas de fabricación de semiconductores a un mayor número de países, incluidos Irán y Rusia.
Además, ponen en la lista negra a otras dos empresas chinas no identificadas que participan en la fabricación de chips avanzados, señaló un cable informativo de Reuters.
Las nuevas medidas pretenden obstaculizar el desarrollo militar de China llenando las lagunas de la normativa publicada el pasado octubre.
Probablemente se actualizarán "al menos una vez al año", según la secretaria del Departamento de Comercio, Gina Raimondo.
El objetivo es limitar el acceso de China a "semiconductores avanzados que podrían impulsar avances en IA y computadores sofisticados que son críticos para las aplicaciones militares (chinas)", dijo.
Sin embargo, subrayó que el gobierno no busca perjudicar económicamente a Pekín.
Tensiones entre EU y China
Estados Unidos y China mantienen desde hace años una guerra tecnológica.
Las restricciones impuestas el pasado octubre agravaron aún más la tensión entre las superpotencias.
El principal diseñador de chips de IA, Nvidia, ha fabricado chips como el A800 y el H800, que siguieron siendo vendidos a China.
La firma AMD indicó que planea una estrategia similar.
El negocio de Nvidia se ha disparado desde la imposición de las normas del año pasado.
Eso debido a que sus chips exclusivos para China siguen siendo mejores que las alternativas.
La empresa de Silicon Valley está vendiendo actualmente casi todos los chips que puede adquirir, ya que la demanda mundial supera a la oferta.
Sin embargo, se vería perjudicada a largo plazo, ya que las empresas chinas de chips tratarán de llenar los vacíos dejados por las empresas estadounidenses.