La expectativa sobre el futuro de las materias primas y su rol en las cadenas de suministro globales no gira únicamente entorno a los precios sino a los ajustes productivos, logísticos y geopolíticos que están redefiniendo el acceso y la disponibilidad de insumos esenciales para la manufactura y el comercio exterior.
Un informe reciente de UBS prevé un escenario en el que los Commodities recuperan protagonismo, impulsado por tensiones entre la oferta y la demanda, riesgos internacionales y el efecto de la transición energética a nivel global. Para México y la región Norteamérica, el panorama sobre las materias primas se traducen en decisiones sobre abastecimiento, costos operativos, renegociaciones comerciales y priorización de rutas logísticas.
Metales preciosos en un mercado que busca refugio
El rendimiento del oro y de la plata durante 2025 demostró que ambos metales continúan funcionando como referentes en momentos de inestabilidad económica y política. El informe plantea que hacia 2026 las condiciones permanecen alineadas para que continue la tendencia alcista observada a lo largo del año.
La compra de bancos centrales, los déficits fiscales y el ambiente geopolítico sostienen el atractivo del oro como instrumento de protección, mientras que la plata mantiene un papel determinante en sectores industriales que continúan expandiéndose.
De acuerdo con el Silver Institute, más del 50% del uso global de plata es en aplicaciones electrónicas y fotovoltaicas, lo que la posiciona como un insumo cada vez más competitivo para la industria exportadora mexicana que abastece a Estados Unidos.
La tendencia alcista añade presión a los márgenes de empresas manufactureras que dependen de este metal como componente técnico.
Energía en una ruta de ajustes inevitables
El petróleo transitó un año complejo. UBS plantea que la demanda global no creció al ritmo anticipado mientras que la abundante oferta, impulsada por la producción de América y el relajamiento de los recortes de la OPEP+, contuvo su recuperación.
Proyecta que esa fase quedará atrás hacia mediados de 2026, cuando el crecimiento de la oferta muestre señales de agotamiento y la demanda retome un curso moderado pero firme.
Para la logística mexicana, el petróleo influye en las tarifas del transporte terrestre que dependen de la estabilidad del diésel, los operadores marítimos ajustan costos en función del bunker y las aerolíneas de carga revisan continuamente sus recargos. Las manufacturas intensivas en petroquímica también manejan escenarios sensibles a cualquier variación. Si la proyección se materializa, la manufactura de exportación enfrentará un entorno donde los costos logísticos serán menos predecibles.
Metales industriales ante un déficit que transforma cadenas de valor
El cobre y el aluminio consolidaron un sólido desempeño en 2025. Las interrupciones por factores operativos, ambientales y geopolíticos redujeron la oferta disponible del cobre, mientras que la demanda vinculada a electrificación y energías limpias siguió expandiéndose.
UBS sostiene que ambos metales enfrentarán escasez en 2026, un escenario que refuerza su tendencia alcista y que los vuelve piezas estratégicas de las cadenas globales de producción.
Las cadenas industriales mexicanas dependen fuertemente del cobre. El sector automotriz, los fabricantes de cables de alta tensión, los productores de transformadores y las compañías de telecomunicaciones enfrentan una presión creciente sobre sus inventarios. El auge global de vehículos eléctricos también está elevando la demanda de componentes, lo que obliga a ciclos de aprovisionamiento más estrictos.
En el caso del aluminio, las tensiones derivadas de la transición energética intensifican su consumo, mientras la oferta enfrenta un ritmo más lento de expansión. México, al depender en gran medida de importaciones, enfrenta el reto de gestionar con mayor precisión la compra anticipada y la diversificación de proveedores.
Agricultura un repunte condicionado por oferta insuficiente
El desempeño agrícola de 2025 ha dejado varios desafíos. La cocoa y el café operan en un entorno de disponibilidad limitada, mientras que los granos empiezan a enfrentar riesgos climáticos que podrían acentuarse en 2026.
México tiene una participación clave en la exportación de café y un papel relevante en la importación de granos como maíz amarillo y soya para la industria alimentaria y pecuaria. Los fenómenos climáticos podrían afectar la producción en distintas regiones del mundo, lo que complicaría la planificación de inventarios y la estabilidad de los precios internacionales. Los reportes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) advierten sobre estos riesgos para el próximo ciclo agrícola.
Las tendencias señaladas por UBS delinean un 2026 donde la gestión de materias primas será tan estratégica como la distribución del producto terminado. Las empresas mexicanas de logística y manufactura enfrentarán presiones diferenciadas según el Commodity que utilicen, pero todas compartirán la necesidad de mayor planeación, contratos con perspectivas más amplias y una vigilancia constante de los mercados internacionales.












