El reparto urbano, última etapa del proceso logístico, se ha convertido en una de las fases más expuestas del transporte de mercancías en México.
En los últimos años, el crecimiento del comercio electrónico, el auge del delivery y la expansión de la economía digital han multiplicado el número de vehículos que circulan diariamente por las ciudades y autopistas del país.
Tan solo durante el Buen Fin 2025, se estima que el movimiento de mercancías se incremente entre 20 y 30%, impulsado por un volumen de ventas que superará los 200 mil millones de pesos, según datos de la Secretaría de Economía y la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).
Sin embargo, ese mismo dinamismo comercial abre una ventana de oportunidad para la delincuencia organizada.
Las camionetas de reparto —muchas de ellas sin blindaje, con cargas de alto valor y operadas por personal subcontratado o con poca protección— se han convertido en un objetivo recurrente para los grupos criminales.
En especial durante los meses de noviembre y diciembre, cuando las operaciones logísticas alcanzan su punto máximo por el Buen Fin y las compras navideñas.
De acuerdo con Overhaul, especializada en seguridad e inteligencia de la cadena de suministro, el robo de camionetas de reparto aumenta hasta 17% en el último trimestre del año, siguiendo una tendencia estacional que refleja el comportamiento del mercado.
“El incremento responde directamente a la mayor disposición de unidades en movimiento por el abastecimiento de tiendas, centros comerciales y operaciones de comercio digital”, explica Luis Enrique Villatoro Martínez, director de Seguridad e Inteligencia de Overhaul para Latinoamérica.

El Buen Fin: temporada alta también para los delincuentes
Cada año, el Buen Fin concentra un enorme flujo de mercancías y transporte terrestre. Para 2025, las proyecciones apuntan a más de 200 mil millones de pesos en ventas, un 16% más que el año anterior. Este crecimiento económico, si bien positivo para el consumo, también amplía las oportunidades delictivas.
“Los grupos criminales operan con lógica de mercado: saben qué productos se venden más, por dónde se mueven y cuándo hay mayor disponibilidad. Su comportamiento es estacional, igual que el de las ventas”,
advirtió Villatoro.
Los datos de Overhaul muestran que el robo de carga en general se incrementa 7.6% en noviembre, y dentro de ese total, las camionetas de reparto representan uno de los blancos más codiciados, sobre todo en la recta final del año.
La mayoría de los robos se concentran en tres zonas metropolitanas: Estado de México, Puebla y Jalisco, que acumulan casi el 50% de los incidentes de robo de camionetas de reparto a nivel nacional.
El Estado de México continúa encabezando la lista, con una participación del 31% de los robos, seguido de Puebla (22%) y Jalisco (6%). En estas regiones, la mezcla de alta densidad poblacional, complejidad vial y volumen de entregas genera un terreno fértil para la delincuencia.
“Estamos hablando de zonas de consumo masivo. Ahí se concentra el 80% de la demanda nacional de bienes, y por tanto, el 80% de los robos”, señaló el experto.
Entre las carreteras más riesgosas para estas unidades destacan la México–Querétaro, la México–Veracruz (150D) y el periférico de Naucalpan, donde se reportan modus operandi específicos como retenciones falsas o interceptaciones al salir de los centros de distribución.
De acuerdo con esta información, 58% de los robos de camionetas de reparto ocurren entre martes y jueves, y en horarios muy definidos:
- De 5:00 a 10:00 de la mañana (38% de los incidentes), cuando las unidades salen a entregar mercancías a tiendas o clientes.
- De 19:00 a 23:00 horas (21%), en las rutas de retorno o reabastecimiento nocturno.
“El horario de 5 a 10 de la mañana es el más crítico porque coincide con la operación de entrega. Son unidades que cargan productos de alto valor y están menos vigiladas que los tractocamiones”, detalló Villatoro.

Los delincuentes priorizan la mercancía pequeña, movible y de alto valor, fácil de revender en canales informales.
Entre los principales objetivos destacan:
- Electrónicos portátiles: teléfonos celulares, tabletas, computadoras portátiles.
- Ropa y calzado deportivo o de moda.
- Electrodomésticos pequeños.
En el caso de los electrónicos, el incremento del robo llega hasta 38% durante el Buen Fin, mientras que los electrodomésticos muestran un aumento de 29% y la ropa y calzado, de 15%.
“Los criminales siguen la lógica del consumidor. Si lo que más se vende son pantallas, consolas o teléfonos, eso es lo que buscarán robar”, apuntó el especialista.
Cómo operan los grupos delictivos
Los modus operandi varían según la zona y el tipo de carga, pero Overhaul identifica dos patrones predominantes:
- Intercepción directa: la unidad es detenida poco después de salir del centro de distribución. Los delincuentes violan las puertas traseras o bloquean al conductor, transfiriendo la mercancía a otro vehículo.
- Retén falso: instalado en vías como la autopista México–Querétaro o el periférico, simula revisión de seguridad o tráfico detenido.
En ambos casos, los grupos cuentan con información previa: conocen horarios de salida, rutas y tipo de mercancía.
“Una sola fuga de información basta para que un grupo criminal te convierta en objetivo. Y si no cambias tu estrategia después de un robo, te volverás víctima otra vez”, alertó Villatoro.
El robo de camionetas de reparto no solo genera pérdidas económicas: también afecta la continuidad operativa y la confianza del consumidor, en especial en un contexto donde la última milla es decisiva para la experiencia de compra.
La combinación de mayor demanda logística, rutas saturadas y crimen organizado especializado convierte al reparto en uno de los puntos más vulnerables del ecosistema logístico mexicano.
Como concluyó el experto de Overhaul, “la seguridad ya no es un costo adicional: es un factor estratégico. Las empresas que no planifiquen su protección como parte de la operación están cediendo ventaja a la delincuencia.”