Con la llegada del Buen Fin y las fiestas decembrinas, las cadenas de suministro en México enfrentan su prueba más intensa del año.
El incremento de la demanda, la saturación de rutas y la presión por cumplir con tiempos de entrega convierten noviembre y diciembre en un periodo de alto riesgo operativo.
Según estimaciones de Overhaul, especializada en inteligencia logística, el robo de carga puede aumentar entre 7% y 10% durante noviembre, mientras que el de camionetas de reparto crece hasta 17% en comparación con el resto del año.
El fenómeno es estacional, pero no impredecible.
“El error más común de las empresas es reaccionar cuando el problema ya está encima. Si estás pensando en seguridad en noviembre, llegas tarde”, advirtió Luis Enrique Villatoro Martínez, director de Seguridad e Inteligencia de Overhaul para Latinoamérica.
El experto apunta varios principios clave para blindar la cadena de suministro ante la temporada alta que se tienen que poner sobre la mesa de manera urgente.

1. Planeación anticipada: la seguridad comienza en la estrategia
La prevención no empieza en la carretera, sino en la planificación. Villatoro señaló que las empresas deben analizar los datos de años anteriores para anticipar patrones de riesgo por zona, producto y horario.
“Si identificas cuándo, dónde y con qué frecuencia ocurren los incidentes, puedes diseñar un plan de distribución inteligente que reduzca la exposición”,
explicó.
Planificar rutas, definir horarios seguros y coordinar la logística de última milla con base en inteligencia predictiva puede significar la diferencia entre una entrega exitosa y una pérdida millonaria.
Durante el Buen Fin, por ejemplo, el movimiento de mercancías aumenta entre 20% y 30%, lo que exige calendarizar entregas en horas de menor riesgo, especialmente fuera de las franjas de 4 a 8 de la mañana y 7 a 11 de la noche, cuando ocurren más del 50% de los robos.
2. Conocer las zonas críticas y las rutas de alto riesgo
La identificación de puntos rojos es esencial. Overhaul ubica dos regiones con la mayor concentración de incidentes:
- Centro del país, principalmente Estado de México, Puebla, Tlaxcala e Hidalgo.
- Occidente y Bajío, con actividad significativa en Jalisco, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí.
Dentro de estas zonas, las vías más vulnerables incluyen la México–Veracruz (150D), la México–Saltillo (57) y el Arco Norte, donde los robos tienden a concentrarse cerca de zonas metropolitanas y parques industriales.
“Hay que evitar los tramos y días de mayor riesgo. En corredores como la México–Querétaro, por ejemplo, los martes y jueves entre 5 y 10 de la mañana son las horas más peligrosas para las unidades de reparto”, detalló Villatoro.

3. Reforzar las capas de seguridad
Las medidas tecnológicas deben adaptarse al valor del cargamento. El experto recomienda establecer una matriz de riesgo por tipo de producto y ruta para definir el nivel de protección necesario:
- Carga estándar: uso de GPS, geocercas y monitoreo en tiempo real.
- Carga sensible o de alto valor: incorporar sistemas redundantes de rastreo, cinturones Bluetooth, sensores de apertura y videotelemática.
- Operaciones críticas: considerar custodia presencial o armada, así como protocolos de comunicación abierta en zonas de alta incidencia.
“No se trata solo de invertir más, sino de invertir mejor. Hay que alinear el nivel de protección al nivel de exposición”, subrayó Villatoro.
4. Evitar la “victimización repetida”
Un error frecuente en la industria es no modificar los protocolos después de un primer robo, lo que permite que los grupos delictivos repitan el ataque con mayor precisión.
“Cuando una empresa sufre un robo y no hace un análisis posterior, se vuelve predecible. Los delincuentes ya tienen la información de horarios, rutas y comportamiento de sus operadores”, señaló el especialista.
La recomendación es realizar una entrevista cognitiva al personal involucrado en el incidente para detectar si se reveló información sensible y redefinir rutas, turnos o medidas de resguardo de inmediato.

5. Proteger los centros de distribución y puntos de entrega
El robo no siempre ocurre en tránsito. Overhaul ha identificado un aumento en asaltos dentro o a las afueras de los centros de distribución, donde los grupos delictivos obtienen información sobre la mercancía antes de que salga a ruta.
Entre las acciones recomendadas:
- Restringir accesos y vigilar proveedores externos.
- Evitar que el personal de carga conozca el destino final del embarque.
- Reforzar la vigilancia perimetral y la iluminación en patios y andenes.
- Establecer paradas seguras preautorizadas para trayectos de más de ocho horas.
6. Integrar inteligencia colaborativa
La seguridad logística no puede recaer en una sola empresa. Villatoro subrayó la importancia de crear canales de información compartida entre transportistas, aseguradoras, cámaras empresariales y autoridades.
“La coordinación entre actores permite reaccionar más rápido ante patrones delictivos y evitar rutas comprometidas. Ninguna compañía puede enfrentar sola a organizaciones criminales que actúan en red”, afirmó.
En la práctica, esto implica establecer convenios con plataformas de monitoreo y análisis de riesgo que recopilen datos en tiempo real y alerten sobre actividades sospechosas en los principales corredores industriales.

7. Seguridad como inversión estratégica
Más allá del cumplimiento o la protección del activo, la seguridad se ha convertido en una variable de competitividad logística. Las empresas que gestionan el riesgo de manera proactiva no solo reducen pérdidas, sino que aseguran la continuidad operativa y fortalecen la confianza con sus clientes.
“La seguridad ya no es un costo adicional: es parte del modelo de negocio”, concluyó Villatoro. “Una cadena de suministro sin inteligencia es una cadena expuesta. Los delincuentes planean mejor que muchas empresas; eso es lo que hay que cambiar”.