La seguridad logística ya no es una cuestión de reacción, sino de anticipación. En un país como México, donde, de acuerdo con Overhaul, se registraron más de 12,000 robos de carga en 2024 —80% de ellos con violencia—, las empresas que no integren inteligencia, interoperabilidad tecnológica y análisis predictivo en sus operaciones están en desventaja. La trazabilidad total, habilitada por plataformas agnósticas y dispositivos inteligentes, se perfila como el nuevo estándar para proteger activos, garantizar cumplimiento y mantener la continuidad operativa.
Luis Enrique Villatoro Martínez, director LATAM de Inteligencia en Overhaul, lo resume así: “Hoy no basta con rastrear la carga. La seguridad logística debe ser preventiva, integral y basada en inteligencia”. Esta afirmación no es retórica: responde a una transformación profunda en la forma en que se conciben las operaciones logísticas en América Latina, especialmente en México, donde el volumen y la calidad de las mercancías en tránsito —muchas de ellas manufacturadas— exigen soluciones de seguridad más sofisticadas que en otros mercados emergentes.
De la fragmentación a la integración
Uno de los principales obstáculos para una logística segura es la fragmentación tecnológica. Las empresas suelen operar con múltiples plataformas de rastreo, cada una asociada a un tipo de hardware o proveedor. Esto obliga a los centros de monitoreo a alternar entre interfaces, lo que ralentiza la respuesta ante incidentes y aumenta el margen de error.
La solución, según Villatoro, está en adoptar plataformas “agnósticas”, capaces de integrarse con cualquier tipo de hardware sin depender de un proveedor específico. “Nuestra plataforma propietaria permite visualizar en un solo entorno todos los dispositivos asociados a una unidad en movimiento, desde GPS hasta sensores de temperatura o cámaras de video telemática”, explica. Esta capacidad de integración no solo mejora la trazabilidad, sino que permite una toma de decisiones más ágil y basada en datos en tiempo real.
Dispositivos inteligentes para una trazabilidad granular
La evolución del hardware ha permitido pasar del rastreo de unidades completas al seguimiento individualizado de pallets, cajas e incluso productos. “Estamos utilizando etiquetas que ya son por sí mismas GPS, capaces de integrarse a cada unidad de carga”, señala Villatoro. Esto permite un nivel de visibilidad sin precedentes, especialmente útil en sectores como el farmacéutico, automotriz o de alta tecnología.
Además, tecnologías como los cinturones Blue Shields —que detectan intentos de apertura en contenedores mediante Bluetooth— o sensores que monitorean temperatura, luz y movimiento, amplían las capacidades de respuesta ante amenazas tanto externas como internas. En combinación con cámaras dotadas de algoritmos de reconocimiento facial y detección de fatiga, la video telemática se convierte en una herramienta no solo de seguridad, sino también de cumplimiento y eficiencia operativa.
Inteligencia logística: anticipar antes que reaccionar
El enfoque de Overhaul parte de un principio preventivo. Antes de que una unidad salga a ruta, se realiza un análisis de riesgos basado en cuatro dimensiones: tiempo, espacio, modo de operación y tipo de producto. A esto se suma una entrevista de seguridad al operador (driver departure) y la validación de que todos los dispositivos estén correctamente posicionados y funcionando.
“Tenemos casos de éxito donde, tras implementar este modelo, no se ha registrado un solo incidente en más de un año, incluso en rutas de alto valor como las que parten del puerto de Lázaro Cárdenas”, afirma Villatoro. La clave está en combinar tecnología, protocolos y coordinación con autoridades como la Guardia Nacional, los C5 y C4 estatales, y socios de seguridad privada.
Biometría e IoT: el operador también es parte del sistema
La seguridad logística no depende solo del hardware y el software. El factor humano es igual de crítico. Por eso, la biometría se está integrando como una capa adicional de autenticación y control. “El operador puede identificarse mediante huella dactilar o reconocimiento facial, activar un botón de pánico o ser monitoreado por cámaras que detectan si está siendo suplantado”, explica Villatoro. Estas capacidades, integradas en sistemas de biotelemática, permiten detectar anomalías en tiempo real y actuar antes de que se materialice un riesgo.
Democratización tecnológica: también para pymes
Aunque estas soluciones suelen asociarse a grandes flotas, Villatoro insiste en que son escalables y accesibles para empresas pequeñas. “Conozco firmas con menos de 100 unidades que ya están incorporando protocolos de seguridad, tecnología y certificación del personal como parte de su propuesta de valor”, señala. Incluso el “hombre camión” —operadores con una a cinco unidades— puede beneficiarse de dispositivos básicos de rastreo y plataformas SaaS que ofrecen trazabilidad sin necesidad de grandes inversiones.
Retos estructurales y tendencias a futuro
Además de la violencia, otro reto creciente es la saturación de las vías de comunicación. El 80% de las mercancías en México se mueve por carretera, y solo el 20% por tren, lo que genera cuellos de botella y aumenta el riesgo de incidentes. La apuesta por el transporte multimodal y la infraestructura intermodal es clave para aliviar esta presión.
En cuanto a las tendencias tecnológicas, Villatoro destaca el crecimiento de la video telemática, los algoritmos de análisis de conducta (ADAS), el abaratamiento de los sistemas satelitales, y el desarrollo de tecnologías como el “diversity geocoding”, que permite reconstruir rutas con precisión forense. También menciona avances en baterías de litio y dispositivos con paneles solares, que extienden la vida útil del hardware y reducen los costos operativos.
La interoperabilidad como ventaja competitiva
En un entorno donde la disrupción logística puede traducirse en pérdidas millonarias, la seguridad ya no es solo una necesidad operativa, sino una ventaja competitiva. Las empresas que invierten en plataformas agnósticas, dispositivos inteligentes y análisis predictivo no solo protegen sus activos, sino que también ganan en eficiencia, cumplimiento y reputación.
La transformación tecnológica en la logística no es una promesa futura: ya está ocurriendo. Y quienes lideren esta transición estarán mejor preparados para enfrentar los riesgos actuales y capitalizar las oportunidades de un mercado cada vez más exigente y conectado.