Sin duda, el tiempo es uno de los factores que incide directamente en la exportación de agroalimentos, tanto que según el producto y el volumen es viable determinar si el envío se realiza vía marítima, menos costosa pero lenta; o aérea, rápida pero costosa.
Un grupo de productores de pistache en California tenía configurada su cadena de exportación vía marítima a Europa partiendo de la costa este de Estados Unidos; una nación que, junto con Irán y Turquía, lidera en exportaciones del fruto seco o fresco, según el Observatorio de Complejidad Económica (OEC).
Sin embargo, implica un viaje de hasta 70 días a partir del punto de la salida en las granjas de California hasta el punto de entrega en distintos puertos de Europa. ¿Cómo reducirlo y así extender el tiempo de vida del producto en anaquel?

Esa fue la interrogante que Monserrat Llarena, gerente de Operaciones Marítimas y Aéreas de Wideline y sus colegas, tomaron como base para desarrollar e implementar un proyecto que consideró el traslado del producto a México y su exportación desde Altamira, en Tamaulipas.
Cada día cuenta
El resultado de este proyecto hoy tiene a esta ingeniera industrial de 32 años en la disputa por el Young Logistics Professionals Award que organiza la Federación Internacional de Asociaciones de Transitorios (FIATA), que representa a la industria del transporte de carga y logística a nivel mundial, con sede en Ginebra, Suiza.
El proyecto consistió en la exportación de un cargamento de pistaches distribuidos en más de 30 contenedores de 40 pies. Poco a poco, realizaron la importación temporal a México vía terrestre por Laredo y de ahí a un recinto fiscalizado en Altamira, Tamaulipas, donde posteriormente se hizo el envío a varios destinos europeos por la vía marítima, siempre buscando que el producto tuviera el menor tiempo de almacén.
“El reto era que el producto no se añejara mientras estaba en el proceso y hay muchos factores de clima que podían afectarlo al tenerlo almacenado para que pudiera salir de California”, recuerda Monserrat.
Extendiendo la vida del producto
En el proceso anterior, el grupo de pistacheros de California trasladaba el producto de costa a costa vía terrestre y en ocasiones por ferrocarril. El mayor reto que enfrentaban no era el tiempo que implicaba el traslado, si no el que sucedía en el puerto.
“Pasaban días o semanas en cargarlos y subirlos al barco”, según cuenta a The Logistics World, Monserrat Llarena Jiménez, quien se enamoró de la logística desde que llegó a Wideline, hace cinco años.

Menciona que traer el cargamento a México pareciera un trauma adicional a la cadena, pero en realidad tiene ventajas. En Estados Unidos, explica, la carga de perecederos suele no tener prioridad en el despacho de mercancías comparado con bienes manufacturados como los vehículos.
“Como el volumen no era tan grande en ocasiones esperaban muchas semanas en poder hacer la carga. El reto fue hacer una estrategia directa en la que pudiéramos extender más la vida del producto”, señala.
Un plan de optimización continua
El proceso de exportación anterior representaba entre 65 y 70 días, desde que salían de California hasta su destino final en Europa. “Nosotros redujimos el tiempo como a 45 a 50 días, pero obviamente la idea es que podamos estandarizarlo y en su caso reducirlo un poco más”.
De acuerdo con Llarena, la importación a México y su estancia en el país dura, en promedio, no más de una semana gracias a la agilidad en el puerto y al trato preferencial que tienen con sus socios estratégicos para el envío de las mercancías.
Se trata de una ganancia de entre 20 y 25 días que son cruciales para cuidar la vida útil del producto en el anaquel. “Ahora estamos trabajando para mejorando y poderlo estandarizar un poquito más y que quede en los mejores tiempos”.
Trasladar una producción de Argentina a Querétaro
Adicional a este proyecto, Monserrat y su equipo desarrollaron otro que también fue considerado para la contienda de FIATA. Cada uno de los participantes presentó dos casos: uno de importación y otro de exportación. Ambos tenían que ser multimodales.
Para el primer caso, el equipo de Wideline desarrolló la importación de una línea de producción de una empresa dedicada a la fabricación de envases desde Argentina a México.
Para traer toda la maquinaria involucrada desde el país sudamericano fue necesario usar equipo y contenedores especiales para carga sobredimensionada.
Los mayores retos estuvieron en la parte terrestre, tanto en el punto de origen como el destino debido al operativo requerido para realizar cortes de luz al paso de los contenedores, y por la cadena de custodia y resguardo que requirió la carga.
El flujo de la competencia
Gracias a ambos proyectos, Monserrat Llarena ganó la final regional y disputará frente a los tres ganadores de las regiones de África y Medio oriente, Asia y de Europa, la final mundial del Young Logistics Professionals Award, en octubre.
Por reglamento, los ganadores de cada región conocerán los proyectos de todos los competidores hasta el 7 de agosto, en una reunión en la que también recibirán detalles sobre el formato del Congreso.
Al cierre de este artículo, Monserrat solo contaba con el dato del lugar de procedencia de los otros tres competidores: China, Holanda y Marruecos.
Dice estar convencida de que será una competencia fuerte pues cada ganador presentará la estrategia que implementó para resolver ciertos desafíos logísticos de sus respectivas naciones.
“Me interesa saber cómo es la logística en otros países, qué retos enfrentan y conocer si hay algo que pueda funcionar en México y Latinoamérica”, comenta.
El referente asiático
China es hogar del puerto de Shangai. Durante más de una década se ha mantenido en el primer puesto a nivel mundial en cuanto al flujo de contenedores movilizados. Al cierre de 2024 superó los 50 millones de contenedores de 20 pies (TEU, por sus siglas en inglés), siendo el primero en lograrlo a nivel global.
El puerto es uno de los principales eslabones del comercio mundial y sirve como referencia de la capacidad logística que tiene el país asiático.
De acuerdo con la más reciente entrega del Índice de Mercados Logísticos Emergentes, China lidera en tres de los cuatro pilares evaluados por de Agility y Transport Intelligence: fortaleza logística nacional e internacional, así como en el pilar de preparación digital.
El reporte de Agility evalúa y clasifica a los mercados emergentes según su desempeño logístico. México ocupa el lugar 18 en cuanto a preparación digital y el lugar siete en la clasificación general detrás de China, India, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Malasia e Indonesia.
Entre puertos y aranceles
Poder entender cómo China gestiona grandes volúmenes de carga de exportación es uno de los grandes aprendizajes que Monserrat desea tener de este certamen organizado por la FIATA, pero no el único.
En especial, dice, por el contraste que existe entre ambas naciones y el momento comercial que atraviesa México y el mundo con la política comercial de Estados Unidos.
“Ellos (China) deben de tener un desarrollo muy fuerte en todas sus salidas portuarias… También me gustaría entender un poco más sobre cómo están viviendo ahora el tema arancelario con Estados Unidos”, concluye.