La gestión de costos es uno de los elementos medulares para colocar a toda la organización en una posición adecuada en cuanto a la potencialidad de competir.
Los cambios que se han verificado, desde la disrupción local, regional o global; indican que su manejo es, esencialmente, un muy buen punto de apoyo.
Ahora bien, el enfoque es en la necesidad de que el profesional logístico, gestione los costos asociados a los procesos bajo su coordinación, supervisión o gerencia.
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Gestión de costos por los profesionales logísticos
En un esquema tradicional, la acción de controlar los costos descansa en la responsabilidad del área de operaciones y finanzas. Pero la dinámica de los negocios, ha hecho aparecer un sin número de procesos comerciales y de servicio, que “consumen” muchas gestiones logísticas.
La omnicanalidad y el comercio electrónico (e-commerce) han obligado a desarrollos prácticos, en tiempo real. Las oportunidades son inconmensurables, pero al propio tiempo inciertas y riesgosas.
La visión centrada en el cliente, ya un estándar, sufre los embates de tal incertidumbre. Por ende, lo pertinente es asumir la gestión y contribuir a la mejor posición de costos.
El papel del logístico en un ambiente procesal
Aunque luzca redundante, el principal papel del logístico es plasmar el estatus de sus procesos, para poder saber dónde están sus dificultades u oportunidades de mejora.
No es diferente, ahora, en lo que respecta a los costos logísticos. Pero en lugar de ser en forma empírica, lo puede realizar prospectivamente empleando la metodología ABC o Activities Based Costing (Figura 1).
Ésta, y es oportuno aclararlo, no sustituye a la contabilidad de costos de la empresa, sino más bien es una forma coadyuvante a los aspectos de prevención de desviación del costo presupuestado.
Lo anterior, permite a los gestores de proceso, plasmar a través de un método estructurado, muy ágil, las rutas procesales y cómo los costos podrían estar ocultos.
Pero que siempre se registrarán, se puedan visualizar en potencial influencia negativa y así tomar acciones de reducción o hasta de eliminación.
El aplicar este tipo de enfoque procesal, permite al profesional logístico plasmar escenarios de análisis, diseñar planes y brindar visibilidad de impacto monetario, a los “cuellos de botella” del proceso.
El análisis de causa – efecto, con el ABC como herramienta, nos otorga una gran ventaja, por partida doble, si así se puede denominar.
- Primero, al emplear un flujograma de procesos detectamos las fuentes de atascamiento o desperdicio.
- Segundo, le asignamos un costo asociado al propio flujo de materiales o servicios.
Con ello, todo es más ágil y se pueden tomar consideraciones de clientes u otros elementos del entorno que con una visión tradicional, tan siquiera la pensaríamos.
El flujo logístico entraría en un esquema de multidireccionalidad y visibilidad amplio, permitiendo ejecutar acciones de corrección con datos confiables.
Hacia el resultado de mejores costos logísticos
La ventaja que representa que los profesionales logísticos, puedan gestionar sus costos, visualizar y calcular el impacto de los mismos, mediante una metodología estructurada y con aportes de datos prospectivos; otorgaría una ventaja competitiva muy importante.
La toma de decisiones estaría soportada por escenarios monetizados, en cuanto a causa y efecto, lo que brindaría al proceso financiero la posibilidad, bastante cierta, de evitar desviaciones presupuestarias y hasta generación de programas de ahorro.
Este último punto, por cierto, una aspiración concreta de todo financiero. Podemos convertir en una realidad y una mejor posición de costos sumando a lo anterior:
- La aplicación de tecnologías de la información, para registros y cálculos.
- Nos apoyamos en un tablero de control (Dashboard) digitalizado.
Toca dar el primer paso y con firmeza…
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