La firma brasileña Natura adquirió a Avon en 2020, y desde entonces se ha posicionado como la marca cosmética con mayos presencia en América Latina.
Entre otras estrategias, hay un apartado al que Natura ha puesto especial dedicación: la sustentabilidad.
“Aunque está muy de moda, nosotros hemos trabajado en el tema de sustentabilidad desde la década de los 80. En aquel entonces ya teníamos empaques amigables con el medio ambiente”, afirmó Luiz Felipe de Carvalho, Director de Operaciones y Logística de la marca, en entrevista exclusiva para THE LOGISTICS WORLD.
Detalló que es uno de los valores de la empresa desde hace mucho tiempo y explicó que su estrategia de sustentabilidad está conformada por tres pilares.
Cuando discutimos nuestras ambiciones dentro del tema armamos siempre planes a largo plazo. Lo que nos orienta es lo que llamamos nuestra directriz de compromiso con la vida, que es una visión hacia 2030”, explicó.
Empresa carbono neutro
El directivo aseveró que Natura ya es una empresa carbono neutro gracias al uso de créditos, pero también de la medición del impacto medio ambiental en las operaciones diarias.
Para nuestro equipo el forjarnos metas orientadas a un menor impacto ambiental es igual de trascendente como lograr una mejor rentabilidad o mejorar el nivel de servicio a un determinado público”, añadió.
Los pilares de la estrategia de sustentabilidad de Natura
Su primer pilar es la medición del impacto en los empaques. “Para eso realizamos mediciones y fijamos ciertas cifras como el reducir el uso de plástico de primer uso o buscar que el 50% de todo nuestro plástico se reciclado, en inicio”.
La meta es que 100% de todo su material sea reciclable o composta. “Si no es reciclado, tiene que ser reciclable. Garantizar que estamos alimentando a una cadena que puede regenerarse”.
El segundo frente es el relativo a lo que va dentro del frasco.
“En la formulación también nos pusimos desafíos: lograr que el 95% de nuestros ingredientes sean naturales y de origen renovable. 95% de nuestras fórmulas son biodegradables y 100% de nuestras fallas deben tener una huella ambiental inferior”, detalló.
La firma mide cuál es el ciclo de vida de un producto y garantizar que cada nueva innovación tenga un periodo menor que el anterior.
“El tercer pilar es la inversión en soluciones regenerativas. Dentro de ese compromiso, el objetivo es destinar por lo menos 100 millones de dólares en desarrollo de áreas como biotecnología, desecho de ingredientes plásticos, etcétera”, abundó De Carvalho.
Cuidado del Amazonas
Abundó que la empresa tiene muy presente la crisis climática y el problema con las emisiones de carbono, lo que conlleva a la protección de la Amazonía, pues esa zona del mundo es una de sus principales fuentes de insumos.
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“Nos llevamos esa responsabilidad del uso de la biodiversidad de la Amazonía, por lo que debemos ser una entidad que apoya su protección y la defensa de los derechos humanos”, destacó.
Añadió que vinculado a esa política pro derechos humanos impulsan fuertemente el empoderamiento de la mujer y agrupan ese tema en un gran sector que llaman impactos sociales no positivos.
Ese término también involucra retos como la circularidad y la regeneración de materiales.
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“Son temas de los cuales estamos conscientes desde el momento que proyectemos el producto y entendemos su impacto ambiental. De esta manera, cada que existe una renovación de portafolio procuramos que nuestro impacto sea cada vez menor y que podamos usar materiales reciclados”, determinó.
De Carvalho también comentó que están pendientes de las innovaciones tecnológicas disponibles para estudiar la factibilidad de incorporarla a su misión de sustentabilidad, pero esa explicación será motivo de un próximo artículo.
**Con información de Ilse Maubert
**Imagen de portada cortesía de la Fundación Aquae
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