En una ruta cerrada de 200 kilómetros en China, Covestro —fabricante global de polímeros de alto rendimiento— ha comenzado a mover productos entre sus instalaciones utilizando tractocamiones 100% eléctricos. Esta prueba piloto, realizada en colaboración con HASCO Vision representa un hito en la logística industrial: no se trata de vehículos ligeros ni de entregas urbanas de bajo volumen, sino de transporte de carga pesada, uno de los mayores desafíos tecnológicos en la transición hacia una cadena de suministro libre de emisiones.
“Este piloto es muy importante para nosotros porque no hay muchos ejemplos de arrastre eléctrico con peso. Estamos estudiando cómo nos va en términos de autonomía, desgaste del equipo, eficiencia energética, y sobre todo, cómo podemos escalarlo a rutas más exigentes”, explica Guillermo Martínez, director de Logística y Cadena de Suministro en Covestro México. “Imagínate una ruta México–Querétaro. A lo mejor sí nos da la autonomía, pero dependemos del tráfico, de las condiciones de la autopista. Por eso hay que intentarlo, hay que hacerlo”.
El reto del torque y la carga: más allá de la electrificación
La electrificación del transporte de carga enfrenta dos obstáculos técnicos fundamentales: la autonomía limitada de los vehículos y la capacidad de arrastre. Mientras que los vehículos eléctricos ligeros ya circulan en ciudades para entregas de volumen —como panaderías o mensajería—, el transporte de peso requiere motores con torque elevado y baterías capaces de sostener recorridos largos sin recarga.
“Hay soluciones muy interesantes en México, pero son para transportar volumen, no peso. Nosotros, como muchas otras empresas, transportamos peso. Y ahí el reto es muy importante porque la tecnología de motores eléctricos con el torque adecuado todavía está en sus inicios”, señala Martínez. “Inclusive no vamos a encontrar muchas opciones ni siquiera en automóviles particulares grandes, porque empieza a jugar la variable del peso”.
Covestro, con operaciones en 21 países y una facturación global de 14.2 mil millones de euros en 2024, está decidida a liderar esta transformación. En Norteamérica, la empresa busca adaptar el modelo asiático a rutas mexicanas, aunque reconoce que la infraestructura local aún no está lista. “Yo no tengo un circuito cerrado para hacer esta prueba. Tendríamos que refractar el tema de infraestructura. Y eso implica también colaboración con autoridades, con clientes, con proveedores”, afirma.
Patrocinio solar: materiales que transforman la movilidad
La apuesta por la innovación va más allá de la operación logística. Covestro patrocina el Sonnenwagen, un auto solar que compite en Australia recorriendo 3,000 kilómetros sin recarga. Este prototipo incorpora materiales ligeros y espumas recicladas desarrolladas por la empresa, como aislantes ignífugos para baterías y estructuras hechas con asientos de vehículos en desuso.
“Este carro no es solamente una carrera con celdas solares. Es también poner en vivo nuestras tecnologías de materiales, que luego pueden incorporarse a tractos, a vehículos industriales. ¿Cómo calculas que el uso de un material más ligero te da beneficio en CO₂? Sí te lo va a dar, pero va a ser difícil calcularlo. Esos KPIs van a ser un reto bien interesante”, reflexiona Martínez.
Innovación aplicada: del papel al portal digital
Además de estos esfuerzos, en México, Covestro ha desarrollado un proyecto que, aunque aparentemente sencillo, ha tenido un impacto ambiental significativo. Liderado por un integrante del equipo de servicio al cliente, el proyecto consistió en revisar qué documentos son realmente obligatorios para que el transportista lleve impresos. Tras analizar la regulación y dialogar con clientes, se logró reducir entre 10 y 20 hojas por entrega.
“Ya hemos logrado reducir en promedio entre 10 y 20 hojas de papel bond por entrega. Eso nos está representando más o menos dos toneladas de papel anuales. Y cuando hicimos el cálculo, estamos hablando de 400 mil litros de agua al año, que es el agua que se necesita para producir ese papel que no estamos gastando. Y entre 35 a 40 árboles que se han evitado talar”, detalla Martínez.
Este proyecto incluyó el desarrollo de una infografía para los choferes, un portal público para consultar hojas de seguridad y capacitaciones con proveedores logísticos. “La clave es la colaboración. Compartimos la información, explicamos la legislación, escuchamos al cliente. Es un cambio cultural profundo, no un maquillaje”, afirma.
Eficiencia de rutas: menos kilómetros, más impacto
Otro frente de acción es la planificación de rutas. Covestro ha replanteado la lógica de entregas inmediatas, negociando con clientes tiempos más amplios —48 o 72 horas, incluso entregas semanales— para consolidar cargas, evitar recorridos muertos y reducir emisiones.
“En lugar de que entreguemos todo en 24 horas porque es la moda, platicamos con los clientes. Hay quienes te aguantan 48, 72 horas, incluso una entrega semanal. Dependiendo del producto, la ciudad, la distancia. Entonces puedes programar rutas, cargas completas, paradas eficientes, incluso regresos con algo. Todo eso se ha vuelto bien interesante evaluarlo desde el punto de vista de la descarbonización”, explica Martínez.
La empresa ya opera rutas optimizadas entre Querétaro, León y Guadalajara, en colaboración con clientes y equipos comerciales. “Tenemos una ruta muy bonita, soy logístico, ¿verdad? Sale dos veces por semana. Platicamos con los clientes: ‘Ayúdame a que sean dos pallets en lugar de uno’. Muy de la mano con la gente de ventas, porque el convencimiento tiene que venir en colaboración interna y externa”.
Diversidad de mercados: flexibilidad como ventaja
Covestro atiende sectores tan diversos como fabricantes de colchones, refrigeración, adhesivos y automotriz, lo que implica una cadena de suministro compleja pero flexible. “Tenemos una cartera muy diversa de clientes y productos. Por un lado, puedes decir: qué complejo, qué difícil. Pero por otro lado puedes decir: tengo flexibilidad para hacer cosas. Diferentes ideas para diferentes situaciones”, señala Martínez.
Este enfoque ha llevado a la empresa a buscar un equilibrio entre homologación y personalización. “Ni podemos homologar todo, ni podemos personalizar todo. En pipas o carros tanque, homologar. En tracto, buscar soluciones más customizadas. Según el mercado, el cliente, la zona. Ese balance adecuado lo hemos aprendido a palos. Porque luego es muy fácil clavarse en una o en otra”.
Indicadores verdes: creatividad para medir el impacto
Covestro utiliza inteligencia artificial para analizar datos logísticos y proponer escenarios de optimización. “En la ruta piloto, cargamos los datos y nuestra IA hizo una revisión para proponer escenarios. Así nos estamos apoyando en la tecnología”, explica Martínez.
En cuanto a la medición del impacto ambiental, la empresa ha desarrollado indicadores específicos para logística, más allá del tradicional CO₂. “Tenemos que ser bien creativos. No es lo que me estoy ahorrando en dinero, sino qué estoy dejando de gastar en agua, qué estoy dejando de talar. Hay que poner la mente en verde para diseñar KPIs que reflejen el verdadero impacto”.
Recomendaciones para otras empresas: el “cómo sí”
Para las pymes que desean iniciar este camino, la recomendación es clara: generar ideas sin juzgar, colaborar con aliados y diseñar indicadores verdes. “Yo soy un fiel creyente del ‘cómo sí’. El proceso creativo es como un embudo con canicas: hay 30 negras y una blanca. Para que salga la blanca tienen que salir las negras. Hay que hacer talleres, lluvia de ideas, anotar todo. Así salió el proyecto del papel. Siempre hay oportunidades, aunque sean pequeñas. Hay que prender un chip adicional”, dice el directivo.
Logística verde como estrategia de negocio
La experiencia de Covestro demuestra que la logística sostenible no es una tendencia, sino una estrategia de negocio integral. Desde la electrificación del transporte hasta la digitalización documental, pasando por la eficiencia de rutas y el desarrollo de materiales innovadores, cada acción está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y con la meta de neutralidad climática para 2035.
La empresa, que invirtió 392 millones de euros en I+D en 2024 y destina el 80% de ese gasto a proyectos sostenibles, ha sido reconocida por sus prácticas éticas y de responsabilidad social en México. “Nuestro lema es hacer del mundo un lugar mejor, y eso empieza por transformar nuestra cadena de suministro”, concluye Martínez