El director general de la Organización Mundial del Comercio, Ngozi Okonjo-Iweala, abogó por la diversificación en las cadenas de suministro globales.
El organismo identificó una “concentración excesiva de la fabricación en determinados sectores en ciertos países”.
“Busquemos aquellas áreas en las que tenemos el entorno adecuado, diversifiquemos y usemos eso para traerlas del margen al sistema global”, dijo Okonjo-Iweala en una entrevista para la cadena de televisión CNBC.
Señaló que actualmente existe una concentración excesiva de manufactura en ciertos sectores y países.
En un evento paralelo a la última cumbre del G-7 (Grupo de los Siete) en Hiroshima, Japón, señaló que es necesario construir resiliencia, porque que el mundo “no puede depender de unos pocos países para unos pocos productos clave”.
Puso como ejemplos los productos farmacéuticos y la escasez de la vacuna Covid-19 disponible para ciertas regiones importadoras, ya que los productores introdujeron restricciones a la exportación durante la pandemia.
También hizo referencia a la escasez mundial de semiconductores críticos, que ha creado cuellos de botella en la fabricación en las industrias tecnológica y automotriz.
Beneficios de la diversificación de la cadena de suministro
El jefe de la OMC planteó los beneficios duales de buscar la diversificación en los países en desarrollo para impulsar simultáneamente su crecimiento económico y cumplir con los requisitos de suministro global.
Detalló que al reglobalizar ubicando industrias diversificadas en naciones en desarrollo se “matan dos pájaros de un tiro”, pues:
- Se construye resiliencia global más allá de los vecinos y amigos, porque “nunca se cabe quién es tu amigo y el aliado de hoy pudiera no serlo mañana”
- Permitirá identificar aquellas áreas en las que existen los entornos adecuados para diversificar la producción y “traerlas del margen al sistema global reactivará el crecimiento en esos países y en el mundo”.
Complejo entorno actual
El énfasis en la “reglobalización” se produce cuando las tensiones geopolíticas y la reciente legislación estadounidense han avivado las preocupaciones sobre la posible fragmentación del comercio mundial.
La Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos introdujo subsidios para impulsar la producción nacional de vehículos eléctricos, al mismo tiempo que desató “serias preocupaciones” dentro de la Unión Europea.
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El destino del comercio occidental con el centro de fabricación clave China también ha sido cuestionado, aunque los líderes del G-7 reiteraron explícitamente en un comunicado que no están siguiendo una política de desvinculación económica de Beijing.
“Nuestros enfoques políticos no están diseñados para dañar a China ni buscamos frustrar su progreso económico y desarrollo. Una China en crecimiento que se rija por las reglas internacionales sería de interés mundial”, explicó el grupo en el texto que se desprendió de la cumbre.
“No nos estamos desvinculando ni cerrando el paso hacia adentro. Al mismo tiempo, reconozcan que la resiliencia económica requiere reducir los riesgos y diversificarse”, dijeron.
Pero señalaron la necesidad de tomar medidas colectivas e individuales para invertir en su propia “vibración económica” y disminuir las “dependencias excesivas en nuestras cadenas de suministro críticas”.
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Cada vez se reconoce más que el sistema de comercio multilateral ha sido “en gran parte resistente”, dijo la OMC al respecto.
La OMC enfrenta problemas actualmente para reformar su sistema de solución de disputas comerciales globales, el Órgano de Apelación.