Este lunes 28 de abril España se enfrenta a uno de los peores apagones eléctricos de su historia reciente.
De acuerdo con los reportes de medios internacionales, la falta de electricidad afecta desde medio día a millones de personas, con excepción de las islas y Portugal.
Hasta el momento no hay una explicación oficial sobre lo que ocurrió pero los cortes de energía paralizaron las operaciones en negocios, industria, carreteras, trenes, aeropuertos, comunicaciones, hospitales, etc.
En un entorno donde la logística moderna depende fuertemente de sistemas automatizados, redes digitales y servicios en tiempo real, la falta de suministro eléctrico plantea riesgos significativos que las empresas no pueden ignorar.
Sigue leyendo: Seguridad y preparación en tiempos de crisis: La importancia de decisiones eficaces
Impactos inmediatos en la cadena logística
La interrupción del suministro eléctrico afectó distintas áreas de la logística:
1. Centros de distribución y almacenes
El corte de energía dejó fuera de servicio:
- Sistemas de gestión de almacenes (WMS), imposibilitando la localización y movimiento de inventarios.
- Sistemas automatizados como bandas transportadoras, robots de picking y carretillas eléctricas.
- Instalaciones frigoríficas, afectando la conservación de productos perecederos.
Algunos almacenes pudieron activar generadores de emergencia, pero otros enfrentaron la pérdida de productos sensibles y la necesidad de reprogramar envíos.
2. Transporte y movilidad
- Terminales portuarias y aeroportuarias reportaron demoras en carga y descarga debido a la falta de alimentación en grúas, montacargas y sistemas de control de tráfico.
- Redes ferroviarias se vieron afectadas, provocando retrasos y cancelaciones en el transporte intermodal de mercancías.
- Logística de última milla experimentó interrupciones en el ruteo automático de entregas, afectando especialmente al e-commerce y servicios de entrega urgente.
3. Comunicaciones y sistemas digitales
- Interrupción de plataformas de gestión logística, incluidas aquellas basadas en la nube, impidiendo el rastreo de cargas y la visibilidad de las cadenas de suministro.
- Fallo en sistemas de pago y facturación, complicando las operaciones comerciales.
4. Cadena de frío
Sectores como el alimentario, farmacéutico y biomédico fueron los más expuestos. Sin sistemas alternos de energía, el riesgo de pérdida de mercancía de alto valor se disparó, generando pérdidas económicas y comprometiendo la integridad de los productos.
En este contexto, los principales riesgos a los que se enfrentan las empresas logísticas están relacionados con:
- Pérdida económica directa por mercancías dañadas o retrasos en las entregas.
- Pérdida de reputación ante clientes que exigen alta confiabilidad.
- Problemas contractuales por incumplimiento de acuerdos de entrega.
- Desafíos legales y de cumplimiento en sectores regulados como alimentos y medicamentos.
Elementos clave para reforzar los planes de contingencia
La resiliencia logística ya no es solo cuestión de eficiencia, sino de supervivencia operativa. Esta experiencia reciente refuerza la necesidad de actualizar los planes de continuidad de negocio en el sector logístico.
Algunos de los aspectos fundamentales que se deben considerar (aunque no son los únicos) son:
Infraestructura energética de respaldo
- Instalación de generadores automáticos dimensionados para sostener operaciones críticas.
- Incorporación de baterías de respaldo para sistemas de comunicación y control.
Diagnóstico y planificación de riesgos
- Análisis de vulnerabilidad energética en cada sitio operativo.
- Simulaciones periódicas de escenarios de apagón para medir tiempos de respuesta.
Reducción de dependencia tecnológica
- Sistemas que permitan cambiar a modo manual de forma rápida.
- Protocolos para operaciones offline en plataformas de gestión.
Fortalecimiento de la comunicación de crisis
- Líneas de comunicación alternativas (satélite, radio) para mantener la coordinación.
- Planes de comunicación claros con clientes, proveedores y socios estratégicos.
Seguros y coberturas
- Actualización de pólizas para incluir seguros de interrupción de negocios que cubran cortes energéticos.
- Revisión de cláusulas de responsabilidad en contratos logísticos.
Redes logísticas flexibles
- Centros de distribución alternos y diversificación geográfica para evitar la dependencia de una sola ubicación.
- Creación de inventarios de emergencia para productos críticos.
Capacitación y cultura de resiliencia
- Programas de formación continua para equipos operativos y de gestión.
- Fomento de una cultura organizacional resiliente capaz de adaptarse a emergencias.
La disrupción causada por el apagón en España subraya un principio clave: la resiliencia logística no solo depende de la capacidad de mover productos de un punto a otro, sino también de la capacidad de adaptarse a entornos inciertos.
Para las empresas logísticas y de comercio internacional, invertir en planes de contingencia sólidos y actualizados no es un lujo, sino una necesidad estratégica. Aquellas organizaciones que aprendan de estos eventos y refuercen sus operaciones estarán mejor posicionadas para enfrentar futuras crisis, sean energéticas, climáticas o tecnológicas.
La pregunta ya no es si ocurrirá otra interrupción, sino cuándo. Y las empresas que estén listas, serán las que lideren el futuro de la logística.