En un mundo marcado por crisis globales, incertidumbre, saturación informativa y cambios acelerados, el consumidor de 2027 ya no comprará únicamente como un acto racional, sino también como un acto emocional.
Sí, expertos prevén que las decisiones de compra actuales y futuras estarán guiadas por estados emocionales.
Por esto es que las empresas, especialmente las de ecommerce, retail, bienes de consumo y tecnología deberán comprender el estado emocional de sus clientes para aplicar nuevas estrategias y mantenerse relevantes en los siguientes años.
Del producto al sentimiento: el nuevo mandato del mercado
De acuerdo con el informe “Future Consumer 2027: Emotions”, de WGSN, seis emociones moldearán al consumidor hacia 2027. Entre éstas, destacan tres con impacto inmediato en las decisiones de compra:
1. Alegría estratégica
Representa un anhelo profundo de alegría consciente: un deseo de luz frente al estrés, la incertidumbre y la sobrecarga cotidiana. No se trata sólo de entretenimiento, sino de reconectar, sentirse inspirado y recuperar bienestar. Las marcas de moda, tecnología, estilo de vida o entretenimiento pueden aprovechar esta emoción creando productos y experiencias que transmitan ligereza, esperanza y comunidad.

2. Deseo de evasión
Es la necesidad de simplificar la vida y reducir la carga emocional. Refleja el cansancio del consumidor ante la complejidad: exceso de información, decisiones interminables, servicios confusos, procesos tediosos. Para las empresas, esta emoción puede ayudar a ofrecer productos y servicios simples, honestos, minimalistas, fáciles de usar y que realmente eliminen fricciones.
3. Optimismo suspicaz
Se trata de una mezcla de entusiasmo por el progreso tecnológico, pero también de dudas legítimas sobre la privacidad, la transparencia y el uso de los datos. Para las marcas, esta emoción implica que usar tecnologías avanzadas, debe ir acompañado de claridad, ética y responsabilidad.
Estas emociones muestran que el mercado actual y futuro exige más que productos; exige sentido emocional. La experiencia de compra, desde la navegación hasta el empaque y el servicio postventa, debe alinearse con lo que el consumidor quiere sentir, no solo con lo que necesita adquirir.

Estrategias para conectar con el consumidor de 2027
1. Diseño emocional del producto
Las marcas deben crear productos que inspiren calma, bienestar, nostalgia, autenticidad o simplicidad. Esto abarca materiales, colores, funciones, empaques y storytelling. Los consumidores con “alegría estratégica” buscan inspiración; quienes experimentan “deseo de evasión”, simplicidad y descanso emocional.
2. Comunicación honesta y empática
La transparencia ya no es opcional. Las marcas deben comunicar de forma cercana, clara y empática. Las campañas que apelan al bienestar colectivo, la autenticidad o el propósito tienen mayor impacto que los mensajes agresivos de venta.
3. Experiencias fluidas en ecommerce y tienda física
La omnicanalidad cobra nuevo sentido, pues las personas no quieren complicarse. Un proceso de compra limpio, devoluciones sencillas, envíos puntuales y atención cálida son factores que influencian directamente las emociones del consumidor.

4. Tecnología con ética
El uso de inteligencia artificial, sistemas de recomendación o recolección de datos debe ir acompañado de transparencia: explicar cómo funciona, qué se recopila, por qué y para qué. El consumidor con “optimismo suspicaz” recompensará a las marcas que demuestren responsabilidad.
5. Segmentación emocional
¡Ojo! WGSN recuerda que no todos los consumidores sienten lo mismo ni reaccionan igual, ya que existen perfiles emocionales distintos: jóvenes ansiosos por inspirarse, profesionistas saturados que buscan simplicidad, consumidores nostálgicos que valoran lo artesanal, entre otros.
Adaptar el mensaje y el producto al estado emocional predominante del segmento es una herramienta de diferenciación.
¿Por qué esto importa para México y el ecommerce?
El mercado mexicano es uno de los más importantes de América Latina, con una adopción acelerada de compras digitales, fuerte penetración en redes sociales y consumidores cada vez más informados.
Pero también es un mercado emocional: valora la comunidad, la cercanía, el servicio humano, la autenticidad y la transparencia.

Las empresas que integren estas estrategias podrán:
- Ganar lealtad al conectar con los sentimientos reales del consumidor.
- Reducir su dependencia del precio y competir con valor emocional.
- Mejorar su experiencia de compra en momentos de saturación.
- Destacar en un mercado donde muchas marcas aún apuestan por la comunicación racional y no por la emocional.
Con todo esto queda claro que las emociones no solo influyen en lo que compramos, sino en cómo vivimos, qué buscamos y qué esperamos de las marcas.
Por esto, si las empresas quieren tener éxito con el consumidor actual y el de futuros años, como el de 2027, debe combinar datos, empatía, innovación, transparencia, producto y emociones. La ventaja no estará sólo en lo que se vende, sino en lo que se hace sentir.
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