La pandemia de Covid-19 cambió la forma en que se mueve, vende y compra la comida en las zonas urbanas de todo el mundo.
Aceleró algunos modos que no eran tan populares pero también creó nuevas tendencias.
En Europa y Asia Central, la pandemia y las tensiones geopolíticas perturbaron las cadenas de suministro, afectando la disponibilidad y los precios de los alimentos en las ciudades.
La demanda de los consumidores se dividió, con algunos buscando opciones más baratas de tiendas de descuento y otras prefiriendo productos premium, sostenibles y convenientes.
Así lo explicó el informe Fomento de la resiliencia en los sistemas logísticos de alimentos urbanos, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
El informe destacó las estrategias utilizadas por las autoridades urbanas y el sector privado en Europa y Asia central para fortalecer los vínculos entre las zonas rurales y urbanas y mejorar la resiliencia de la infraestructura logística alimentaria.
Abarca desde la planificación participativa de la política alimentaria y la protección del cinturón verde hasta el crecimiento del comercio electrónico.
Estrategias logísticas
Se han identificado cuatro conjuntos principales de acciones:
- Mejorar la interconectividad entre las instalaciones logísticas existentes
- Adaptar la infraestructura logística a las necesidades y regulaciones emergentes en el mercado
- Compartir activos logísticos
- Mejoras en la entrega de última milla para eficiencia operativa
Interconectividad
Sobre el primer punto, el informe pidió atención a los siguientes puntos:
- Almacenes de punto de entrada que conectan flujos nacionales e internacionales en las afueras de la ciudad
- Plataformas de distribución urbana que permitan la multimodalidad (ferrocarril, carretera, marítimo, fluvial, tranvía, mercancías) y masificación de la paquetería
- Distribución urbana de espacios en edificios polivalentes existentes para los flujos del centro de la ciudad
- Espacios urbanos de entrega para realizar la distribución final, como casilleros, tiendas oscuras o tiendas para recoger
Infraestructura logística
En cuanto al segundo punto, el inventario inmobiliario de las ciudades va por detrás de las exigencias de la evolución de los sistemas de logística alimentaria urbana.
Las autoridades urbanas han buscado alternativas y soluciones más eficiente del uso de espacios como edificios, estacionamientos, parques públicos, instalaciones abandonadas e incluso espacios sombreados debajo de viaductos.
Las partes interesadas también han mejorado y adaptado los entornos construidos para cumplir necesidades emergentes de logística alimentaria urbana.
Por ejemplo, en Francia, el P4, un centro de distribución urbano para entregas de última milla de un grupo urbano, ha transformado el espacio no utilizado debajo de la circunvalación de París.
El hub cuenta con 864 m2 de espacio, espacios de refirgeración, áreas de almacenamiento, 30 empleados, una docena de vehículos ligeros eléctricos y unas 20 bicicletas de carga eléctricas.
Otro ejemplo es el centro de Amazon Prime en Berlín, que se encuentra en una antigua tienda de electrónica de consumo en la principal calle comercial Kurfürstendamm.
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Activos logísticos
En cuanto al tercer apartado, las expectativas de entrega personalizadas de los destinatarios, como consumidores finales, han desafiado los modelos convencionales.
Los minoristas alimentarios han puesto principal atención en la eficiencia de la red y mayor complejidad logística en términos de datos, flota y gestión de almacenes.
Dicho cambio ha sido denominado “atomización” de operaciones logísticas, lo que dificulta que las empresas del rubro puedan mantener un uso estable de activos como vehículos, almacenes y otras infraestructuras.
Además, la proliferación de entrada de vehículos y las restricciones de emisiones en las zonas del centro de la ciudades aumentan esta complejidad.
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Eficiencia operativa de la última milla
Finalmente, sobre el cuarto apartado, el contacto humano, el lugar de entrega y el vehículo de reparto ha provocado mejoras en la entrega de última milla por parte de autoridades urbanas y empresas logísticas.
Las entregas a domicilio más rápidas han requerido que los logísticos y minoristas operen dentro de un radio de entrega más corto.
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Esto ha sido posible gracias a centros de micro cumplimiento (MFC) intraurbanos y almacenes urbanos a menudo colocado en la parte trasera de tiendas minoristas, en centros comerciales o sótanos.
Se espera que estos MFC crezcan más de veinte veces para 2030.