Los empaques de diseño skinny son una herramienta poderosa para maximizar el volumen y el rendimiento del producto.
El concepto de diseño delgado, que hace que el empaque del producto sea más pequeño, tiene beneficios potenciales para los consumidores, los minoristas y el medio ambiente.
En un nuevo episodio de McKinsey Talks Operations, los panelistas exploraron las ventajas de ese modelo, que ayuda al ahorro de costos y la sostenibilidad.
Los socios Dave Fedewa y Benedict Sheppard acompañaron a la experta Lea Kobeli, de la práctica de operaciones de McKinsey, en esa charla
Destacaron la importancia de la colaboración multifuncional en el diseño de productos.
También la necesidad de que las partes interesadas alineen los incentivos para optimizar los programas de desarrollo de productos.
Ventajas del diseño skinny en empaques
Fedewa destacó que se trata de una solución clásica de ganar-ganar-ganar.
“Hay un elemento de consumo, hay un elemento de almacenamiento de la tienda, hay un elemento de reducción de costos de flete y también hay un gran beneficio de sostenibilidad”, remarcó.
En tanto, Sheppard explicó que un diseño delgado brinda cuatro beneficios:
- menos costo de material
- menor costo de envío
- más producto en el estante (menos desabastecimientos)
- menor impacto ambiental
Ahorro de costos con empaques delgados
“Creo que hay un gran ángulo en términos de ahorro de fletes, un gasto que ha aumentado drásticamente en los últimos años. Y hay un ángulo en torno a la mayor cantidad de producto que puedo obtener en el contenedor o en el camión”, añadió Fedewa.
También dijo que cuantos más productos pueda poner en el estante como minorista, menos stock habrá. Y los desabastecimientos son algo común.
“De hecho, cada vez es más difícil mantenerse en stock en muchos casos", argumentó.
Entonces, incluso un aumento del 5 o 10 por ciento de los productos en el estante puede tener un impacto significativo en las ventas. Ese es el aporte de los envases ligeros”, comentó.
Administración de SKU
Por su lado, Kobeli dijo que con el comercio electrónico es cada vez más frecuente encontrar grandes envases, pero existe una oportunidad “de volverse, hasta cierto punto, agnóstico de la marca”.
Puso como ejemplo la venta de zapatos: cuando las empresas miran las marcas ven una variedad de cajas, desde un tipo de sandalia hasta una gran bota de trabajo. Y tienen que adaptarse a todas las tallas.
Sostuvo que el reto es crear el menor espacio libre posible para cada una de las tallas de zapatos para no enviar aire extra, “porque luego se convierte en un gran inventario, administración de SKU y una pesadilla de administrar todas estas cajas diferentes”.
Existe una compensación entre cuál es la cantidad correcta de consolidación de cajas para que el inventario se mantenga dentro del espacio libre aceptable, insistió.
Más producto en el estante
Fedewa usó como ejemplo la venta de agua embotellada.
“Ha evolucionado con el tiempo, dependiendo de la marca y el precio y las cosas, en una botella más pequeña, delgada y liviana empaquetada en un formato de panal. Y ha habido un aumento del 10 al 15 por ciento en términos de eficiencia del espacio y en términos de conservación”, afirmó.
“Si soy el minorista, ¿qué significa eso para mí? Significa un par de cosas. Uno, obviamente, tengo más en el estante. Si tengo una entrega retrasada, o de repente, tengo un aumento en la demanda, tengo entre un 10 y un 15 por ciento más en el estante”, dijo.
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La segunda, agregó, es que, a medida que voy a almacenar eso, el viaje para el asociado que llena el estante ahora es entre un 10 y un 15 por ciento menos, porque obtengo más en esa transpaleta a medida que voy a almacenar.
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