La próxima década será fundamental para lograr emisiones netas de cero para 2050.
Es muy probable que los consumidores y reguladores cambien a ofertas más sostenibles e impongan mandatos ambientales más estrictos.
Así lo aseguró el estudio de la consultora McKinsey Reimagine, reuse, recycle: How to reach sustainable packaging targets in retail.
Las empresas están sintiendo la presión de alcanzar sus ambiciosos objetivos de sostenibilidad en los próximos años y los minoristas no son la excepción.
Un imperativo para los minoristas es hacer más sostenible su empaque.
Objetivo: reciclaje
Para 2030, los minoristas más ambiciosos planean aumentar su proporción de contenido reciclado en los envases al 50%.
También buscarán reducir su huella de plástico virgen en un 50% y pasar a 100% reutilizables, reciclables o materiales compostables en su gama de etiquetas privadas, donde tienen más control sobre las salidas.
Pero alcanzar esos objetivos no es tarea fácil.
La demanda de envases de plástico se triplicará en 2030, en parte debido a los objetivos de sostenibilidad de los minoristas y a los objetivos regulatorios.
Se espera que el suministro de tales materiales se duplique, según el análisis.
El reporte identificó cuatro acciones estratégicas que se extienden a toda la cadena de valor y piden a los CEOs minoristas, directores de sostenibilidad y oficiales de compras principales reimaginar su enfoque de packaging sostenible.
Acción 1: Optimizar la cartera de embalaje completo
No puedes gestionar lo que no mides: es el principio que debe guiar el viaje de los minoristas para crear una cartera de embalaje más sostenible.
Las organizaciones necesitan crear una vista de 360 grados de su huella de embalaje.
Deben evaluar todo, desde su uso de materias primas, huella ambiental, costo y formatos en todos sus SKUs como parte de un amplio análisis de referencia.
Una vez consolidados los datos, los minoristas pueden identificar las mayores oportunidades en toda su cartera, lo que ayudará a definir su estrategia de packaging óptimo.
Por ejemplo, los minoristas no se han centrado históricamente en optimizar su embalaje de etiquetas privadas, lo que representa una parte creciente de las empresas minoristas.
También pierden oportunidades de aplicar aprendizajes que podrían dar forma a las mejores prácticas en los envases en sus diversos mercados.
Para entender realmente la cartera de envases, los minoristas deben crear equipos específicos dedicados a trabajar en empaques sostenibles.
Idealmente, este debería ser un grupo interdisciplinario con experiencia tanto en sostenibilidad como en contratación pública.
Acción 2: Integración de los principios de sostenibilidad en el proceso de diseño de envases
Una vez que los minoristas tengan una comprensión completa de su cartera de envases y su huella, pueden desarrollar un plan informado para hacer que todos los envases futuros sean más sostenibles.
Esto requerirá que integren principios de diseño para minimizar el uso de materiales no sostenibles.
También favorecer los materiales con la menor huella ambiental posible, y armonizar con un conjunto consistente de materiales por categoría, todo manteniendo la experiencia del usuario en el centro.
Acción 3: Establecer nuevas asociaciones a lo largo de la cadena de valor
Muchos minoristas trabajan con una amplia gama de proveedores de etiquetas privadas a pequeña escala, que tienden a no tener capacidades de embalaje sostenibles robustas ni acceso a materiales reciclados.
Este paisaje fragmentado, que se exacerba aún más en geografías sin planes de devolución de depósitos, hace aún más difícil para los minoristas crear sistemas de empaquetado de bucle cerrado.
Por lo tanto, los minoristas tendrán una amplia oportunidad de establecer asociaciones o explorar nuevos modelos de propiedad a lo largo de la cadena de valor para asegurar la escasa oferta sin pagar una prima.
Entre los posibles socios figuran los proveedores de envases, como se ha descrito anteriormente.
También los administradores de residuos, que pueden ayudar a garantizar que los envases usados se devuelvan a un minorista para su reutilización o reciclado.
Además, los recicladores mecánicos y químicos, con los que un minorista puede coinvertir en plantas de reciclado o establecer acuerdos de eliminación (contratos a largo plazo en los que un minorista se compromete a comprar una cantidad determinada del suministro de reciclado), que permiten al socio reciclador invertir en capacidad de creación.
Acción 4: Crear nuevas capacidades internas
Sin invertir en su talento y capacidades, es poco probable que un minorista pueda establecer con éxito un nuevo enfoque para el empaque sostenible.
Para trabajar bien con nuevos socios, como recicladores, proveedores de envases y gestores de residuos, el talento interno debería desarrollar una comprensión profunda de las complejidades técnicas dentro de las tecnologías de envasado y reciclaje.
Los esfuerzos de creación de capacidad también deberían incluir el aumento de las operaciones de los almacenes.
Esto podría implicar la capacitación de los empleados de la tienda sobre cómo recoger el empaquetado reciclado e invertir en infraestructura en la tienda, como estaciones de reutilización recarga o recipientes para envases usados.
La logística inversa también es importante para garantizar que la materia recolectada termina en las manos adecuadas para su posterior procesamiento a lo largo de la cadena de valor.