El Buen Fin 2025 no solo rompió récords de ventas: confirmó que el comercio en México atraviesa una fase de madurez operativa donde el crecimiento ya no depende únicamente del descuento, sino de la capacidad de las cadenas de suministro para absorber volumen, diversidad de consumidores y presión digital simultánea.
A diferencia de ediciones anteriores —marcadas por la recuperación pospandemia (2022–2023) o por la estabilización inflacionaria (2024)—, la edición 2025 funcionó como un stress test real para la logística omnicanal.
El evento mostró qué modelos escalan, cuáles se saturan y dónde están los cuellos de botella que definirán la competitividad hacia 2026.
Con una derrama económica total de $219 mil millones de pesos, un crecimiento de 26.6% frente a 2024, y una participación de 216 mil comercios (+13% anual), El Buen Fin 2025 consolidó su papel como el mayor ejercicio coordinado de consumo, distribución y entrega en el país.
El canal digital dejó de ser complementario: ahora define la operación
Uno de los aprendizajes más relevantes de 2025 es que el canal digital ya no crece de forma marginal, sino estructural. Las ventas online alcanzaron $45.9 mil millones de pesos, con un crecimiento de 31% frente a 2024, representando 21% de las ventas totales del evento.
Para ponerlo en perspectiva:
- En 2023, el peso del canal digital todavía era secundario frente al físico.
- En 2024, el crecimiento online fue relevante, pero aún concentrado en compradores recurrentes.
- En 2025, el canal digital no solo creció más rápido, sino que amplió la base de consumidores, incorporando segmentos que antes no compraban en línea.

Desde el ángulo logístico, esto implica un cambio de paradigma. El ecommerce ya no puede operarse como “pico estacional”: requiere planeación estructural de inventarios, transporte y última milla, porque su peso ya incide directamente en el resultado total del evento.
Más compradores, más diversidad y mayor complejidad logística
El Buen Fin 2025 evidenció un cambio profundo en el perfil del consumidor. Seis de cada diez internautas realizaron alguna compra, pero el dato clave es la diversificación de esa base. El estudio muestra un crecimiento significativo en la participación de mujeres y hogares de niveles socioeconómicos bajos, así como un aumento de compradores digitales primerizos.
En comparación con 2024, cuando el crecimiento se apoyó principalmente en compradores habituales, en 2025 el 27% compró por internet en El Buen Fin por primera vez.
Este fenómeno amplía el mercado, pero también eleva la exigencia operativa: consumidores con menos experiencia digital tienden a ser más sensibles a retrasos, errores de entrega y procesos de devolución complejos.
La logística deja de ser solo un tema de eficiencia para convertirse en un factor de inclusión comercial. Si la operación falla, no solo se pierde una venta, se pierde la confianza de un nuevo comprador.
Omnicanalidad real: el inventario y la entrega se vuelven estratégicos
Otro aprendizaje clave es que la omnicanalidad dejó de ser aspiracional. En 2025:
- 40% de los compradores utilizó una experiencia omnicanal
- 40% compró exclusivamente online
- Solo 20% compró únicamente en tiendas físicas AMVO_Reporte Resultados El Buen…
Frente a 2023 y 2024, donde el canal físico todavía concentraba mayor peso relativo, el consumidor ahora elige canal según conveniencia, urgencia y disponibilidad, no por lealtad. Esto tiene implicaciones directas para la logística:
- Inventarios desalineados entre canales generan fricción.
- Promesas de entrega poco claras afectan la experiencia.
- La falta de visibilidad en tiempo real se traduce en abandono de compra.
En este contexto, la logística omnicanal deja de ser un habilitador y se convierte en un diferenciador competitivo.
Tráfico digital y presión operativa: el verdadero cuello de botella
Durante El Buen Fin 2025 se registraron 1,686 millones de visitas a sitios de comercio electrónico, con un crecimiento de 56% frente a 2024 en días totales y 24% en días comparables.
Este volumen confirma una tendencia que ya se observaba desde 2023, pero que en 2025 se volvió crítica: la demanda se activa más rápido de lo que muchas operaciones logísticas pueden responder.
El crecimiento del tráfico, impulsado por campañas digitales y retail media, genera picos de pedidos que ponen a prueba la capacidad de surtido, preparación y entrega.
La lección es clara: la planeación logística debe iniciar desde la estrategia comercial y publicitaria, no después.

Retail Media, expectativa y logística: una ecuación inseparable
El reporte también documenta un crecimiento de 38% en el volumen de anuncios de Retail Media frente a 2024, reflejando una mayor profesionalización del canal y una monetización más agresiva de espacios premium.
Esto introduce un nuevo reto para 2026: la visibilidad genera demanda inmediata, y si la logística no está alineada, el impacto reputacional puede ser mayor que el beneficio comercial. A mayor inversión en performance, mayor es la necesidad de cumplimiento operativo impecable.
¿Qué proyecta El Buen Fin 2025 hacia la edición 2026?
Los aprendizajes acumulados permiten anticipar varias tendencias claras para 2026:
- El canal digital seguirá ganando peso, no solo en ventas, sino en definición de la experiencia total.
- La logística será parte del valor de marca, no un costo operativo oculto.
- La diversidad del consumidor exigirá modelos de entrega más flexibles, accesibles y confiables.
- La omnicanalidad operativa será obligatoria, no diferenciadora.
- La eficiencia logística pesará más que el descuento como detonador de recompra.
El Buen Fin 2025 dejó claro que el crecimiento del consumo en México ya no depende únicamente del estímulo comercial. Depende de qué tan bien esté preparada la infraestructura logística para sostenerlo.
De cara a 2026, la pregunta para el sector no es si habrá más ventas, sino quién podrá cumplir la promesa completa en el momento de mayor presión del año.













