Lejos de los hackers, de los desastres naturales de la Tierra y cerca del Mar de la Tranquilidad, en la Luna: ahí estará resguardada la información crucial de tu supply chain. Esta es una realidad próxima a realizarse. En México y en América Latina los primeros en hacerlo serán las empresas KIO Data Centers y LoneStar Data Holdings.
Esa alianza construye lo necesario para desarrollar una bóveda digital flotando en el espacio, en un punto gravitacionalmente neutro entre la Tierra y la Luna, un lugar donde los datos más sensibles de gobiernos, industrias y empresas logísticas pueden resguardarse en Lagrange Point L1.
Y aunque suena a ciencia ficción, es una solución concreta que redefine el concepto de resiliencia como servicio para sectores estratégicos como logística y supply chain.
Consulados digitales en la Tierra, embajadas en el espacio
Durante la conferencia de presentación, Octavio Camarena, CEO de KIO, lo explicó con claridad: “Nuestros centros de datos terrestres funcionarán como consulados digitales conectados de forma segura con embajadas digitales que va a tener LoneStar en el espacio. Juntos estamos construyendo una arquitectura híbrida que ofrece una resiliencia sin precedentes”.
KIO, proveedor líder de infraestructura digital en América Latina, opera en México, Guatemala, Panamá, Colombia y República Dominicana. Con más de 20 años de experiencia, ofrece un ecosistema neutral de interconexión y servicios de misión crítica, incluyendo colocación y conectividad con las principales nubes globales. Su infraestructura está respaldada por estándares internacionales de seguridad, disponibilidad y sostenibilidad, y más del 90% de su energía proviene de fuentes renovables.
Esta red será el punto de partida para que empresas puedan transmitir sus datos hacia satélites de LoneStar ubicados en el espacio profundo. Estos satélites estarán posicionados en el punto de Lagrange L1, a más de 320,000 km de la Tierra, donde la gravedad de la Luna y la Tierra se equilibran, permitiendo que los dispositivos “leviten” con mínimo consumo energético.
Fases del proyecto: hoja de ruta
Etapa 1: Órbita cislunar. El primer paso consiste en establecer una antena terrestre para conectarse con un satélite en órbita lunar, permitiendo la transmisión continua y segura de datos hacia el almacenamiento espacial.
Etapa 2: Construcción de instalaciones en tubos de lava o cráteres naturales de la superficie lunar, aprovechando su geología para mayor protección y resiliencia de la información.
Lonestar ha validado esta visión con pruebas exitosas en la Estación Espacial Internacional (2021–2022) y con el primer centro de datos comercial en la superficie lunar en la misión Freedom (2025). La capacidad crecerá de 15 PB (petabyte) en 2027 a 400 PB (petabyte) en 2032, con planes de expansión hacia exabytes y yottabytes en la Luna con el apoyo de SpaceX Starships.
Seguridad, soberanía y continuidad operativa
Desde el punto de vista logístico, esta solución ofrece tres ventajas clave: seguridad infederada, soberanía digital y continuidad operativa. Al estar fuera del alcance terrestre, los datos son prácticamente inmunes a ciberataques o fallos sistémicos. Además, los datos resguardados desde México o cualquier país latinoamericano mantienen su jurisdicción legal, incluso en el espacio. Y ante desastres naturales o interrupciones, los datos críticos pueden recuperarse desde una red independiente, con una latencia de apenas dos segundos.
Steve Eisling, presidente de LoneStar, lo resumió: “Estamos proporcionando ese nivel de seguridad que va más allá del banco, más allá del centro de datos tradicional. Es como Fort Knox, pero en el espacio”.
LoneStar Data Holdings, con sede en Florida y Texas, es pionera en el desarrollo de centros de datos espaciales. Ha realizado pruebas exitosas en la Estación Espacial Internacional y en misiones lunares con Intuitive Machines. Su objetivo es almacenar entre 200 y 400 petabytes en el espacio hacia 2027, con clientes iniciales en los sectores gubernamental, financiero, salud y retail. La empresa ha recaudado cerca de 10 millones de dólares (mdd) en financiamiento y está valorada en menos de 30 millones, con una visión clara: construir la infraestructura digital de la economía espacial.
En una primera fase, el servicio se ofrecerá a gobiernos del mundo. Hoy, LoneStar cuenta entre sus clientes confirmados a los gobiernos de Florida y de Isla de Man; la empresa de IA Valkyrie, y la banda Imagine Dragons.
Logística de migración de datos: el puente invisible
Miguel Ramos, director de operaciones de KIO, explicó en entrevista con TLW© cómo funciona la migración de datos hacia el espacio. “Hay un proceso físico y lógico. El cliente se conecta por un enlace dedicado y seguro desde cualquier parte del mundo. Esa información llega a nuestros data centers, y desde ahí se transmite hacia los satélites de LoneStar mediante antenas con algoritmos de encriptación avanzada”.
Ramos detalló que KIO no accede a la información de sus clientes, sino que actúa como un hotel de servidores: “Son como cajas fuertes que deja el cliente en KIO. Nosotros les damos energía continua, enfriamiento, seguridad, salvaguarda y comunicaciones. Pero la llave la tiene el cliente”.
La latencia, explicó, es mínima: “Lo que tardas en dar un sorbo de café. Dos segundos en round trip. Y no será un solo satélite, sino varios, para garantizar redundancia y continuidad operativa.”
Eficiencia energética y sustentabilidad
El sistema también destaca por su eficiencia energética. Mientras que los data centers terrestres operan con un PUE (Power Usage Effectiveness) de 1.5, los satélites en Lagrange alcanzan un PUE de 1.05, gracias al uso exclusivo de energía solar y sistemas de enfriamiento por radiación. “Es ultra eficiente y sustentable. No usamos agua evaporada, sino sistemas adiabáticos y enfriamiento líquido directo a los procesadores”, explicó Ramos.
Además, al operar fuera de la órbita baja terrestre, el sistema evita la acumulación de chatarra espacial, un problema creciente en la industria aeroespacial. “En el punto de Lagrange no hay basura espacial. Eso lo hace muy seguro”, añadió.
Aplicaciones logísticas concretas
La cadena de suministro moderna depende cada vez más de datos: trazabilidad, monitoreo satelital, predicción de demanda, gestión de inventarios, automatización. La posibilidad de resguardar esa información crítica en un entorno ultra seguro y energéticamente eficiente abre una nueva dimensión para la resiliencia logística global.
Desde México, esta alianza posiciona a América Latina como protagonista en la economía espacial. Como dijo el astronauta José Hernández en su mensaje: “Ustedes se convierten en protagonistas de la innovación tecnológica. Juntos vamos a hacer muchas cosas muy buenas”.
Visión a futuro
El roadmap de LoneStar incluye expansión hacia la Luna y Marte, lo que abre oportunidades para sectores como agroalimentario, farmacéutico, automotriz y textil, que ya dependen de datos satelitales para trazabilidad, monitoreo y optimización. “Cada byte que pase por nuestra red, desde KIO hacia el espacio, será una prueba de que la región puede estar a la vanguardia de la innovación global”, concluyó Ramos.
Este es solo el comienzo de una nueva era en la infraestructura digital. Una era donde la resiliencia logística no solo se construye en tierra, sino también en el cosmos.