Un fabricante japonés de maquinaria pesada lleva más de una década desarrollando una turbina submarina, la cual aprovechará la energía de las corrientes en el fondo del océano para generar electricidad.
Según un reporte del medio Bloomberg Línea, la gigantesca máquina se asemeja a un avión: cuenta con dos ventiladores de turbina que giran en sentido contrario en lugar de chorros, y un “fuselaje” central que alberga un sistema de ajuste de la flotabilidad.
El invento para producir energía alternativa, llamado Kairyu, es obra del japonés de maquinaria pesada IHI Corp.
Cómo funcionará la gran turbina para generar energía alternativa
La idea surgió ante la necesidad de Japón para dejar de depender de los combustibles fósiles.
En la producción comercial, el plan es situar las turbinas en la corriente de Kuroshio para transmitir la energía a través de cables del fondo marino.
Dicha corriente recorre la costa oriental de Japón y es una de las más fuertes del mundo.
“Las corrientes marinas tienen una ventaja en cuanto a su accesibilidad en Japón”, afirmó en entrevista con Bloomberg Ken Takagi, profesor de política tecnológica oceánica de la Escuela de Posgrado de Ciencias Fronterizas de la Universidad de Tokio.
Energía alternativa según la zona
El especialista especificó que la energía eólica es más adecuada geográficamente para Europa, que está expuesta a los vientos predominantes del oeste y se encuentra en latitudes más altas.
Según datos de la Organización de Desarrollo de Nuevas Energías y Tecnologías Industriales (NEDO por sus siglas en inglés) de Japón la corriente de Kuroshio podría generar hasta 200 gigavatios.
Esa cifra representa aproximadamente el 60% de la capacidad de generación actual de Japón.
Al igual que otros países, la mayor porción de la inversión en energías renovables se ha destinado a la eólica y la solar.
El desastre nuclear de Fukushima en 2011 frenó el apetito japonés por la energía atómica.
Ventaja del uso las corrientes oceánicas
Actualmente, Japón es el tercer generador mundial de energía solar y está invirtiendo mucho en energía eólica marina.
Sin embargo, el aprovechamiento de las corrientes oceánicas podría proporcionar la energía de base fiable necesaria para reducir la necesidad de almacenamiento de energía o de combustibles fósiles.
La ventaja de las corrientes oceánicas es su estabilidad, aseguraron expertos.
Estás presentan poca fluctuación de velocidad y dirección, lo que les confiere un factor de capacidad (medida de la frecuencia de generación del sistema) del 50-70%, frente al 29% de la eólica terrestre y el 15% de la solar.
Pruebas para comprobar funcionamiento de Kairyu
Apenas en febrero pasado, IHI completó un estudio de demostración de la tecnología de 3 años y medio de duración con NEDO.
Su equipo probó el sistema en las aguas que rodean las islas Tokara, en el suroeste de Japón, colgando el Kairyu de un barco y enviando energía al mismo.
Primero condujeron el barco para generar artificialmente una corriente y luego suspendieron las turbinas en el Kuroshio.
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Las pruebas demostraron que el prototipo podía generar los 100 kilovatios de potencia estable que se esperaban y la empresa planea ahora ampliarlo a un sistema completo de 2 megavatios que podría entrar en funcionamiento comercial en la década de 2030 o en años posteriores.
Empresas buscan potenciar la industria mareomotriz
Otra empresa, Mitsui OSK Lines Ltd., ha invertido en la empresa británica Bombora Wave Power para explorar el potencial de esta tecnología en Japón y Europa.
Entre las tecnologías de energía marina, la que avanza más rápidamente hacia la rentabilidad es la mareomotriz.
Orbital Marine Power, firma con sede en Escocia, es una de las empresas que están construyendo sistemas mareomotrices en las Orcadas, donde se encuentra el Centro Europeo de Energía Marina.
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Otras son el conjunto MeyGen de SIMEC Atlantis Energy y Aquantis, con sede en California y fundada por el pionero estadounidense de la energía eólica James Dehlsen.
Algunos reportes señalan que esas firmas pretenden comenzar pruebas con un sistema mareomotriz el año que viene.
Aunque las corrientes mareales no funcionan las 24 horas del día, suelen ser más fuertes que las corrientes oceánicas profundas.
**Imágenes cortesía de Ihi Corporation
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