La Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN) indicó que es fundamental potenciar el contenido nacional de las exportaciones de las manufacturas mexicanas y el encadenamiento productivo del sector, pues esto reflejaría mayor valor agregado y por tanto, crecimiento económico para el país, toda vez que las tendencias del sector indican una desaceleración, "en parte atribuible a la ruptura de la sincronía existente entre los ciclos de Estados Unidos y México".
El organismo señaló que sólo el fortalecimiento globalmente productivo y competitivo del mercado interno puede solventar las limitantes que ha generado la ausencia de una política industrial: El fortalecimiento de la base empresarial industrial es fundamental para enfrentar exitosamente el TLCAN, TPP-11, la guerra comercial y los cambios que se están gestando en la arquitectura del comercio internacional.
A través del Centro de Estudios de la Industria (CEI), se destacó que en febrero del 2018 la actividad industrial en México se ubicó en números positivos con una variación anual de 0.7%, tanto en cifras originales como ajustadas por estacionalidad. Aunque con un incremento menor al observado en enero, pero con una mejoría en contraste con el mismo mes del 2017 cuando se registró un retroceso de 2.3%.
La situación es similar en el acumulado de estos primeros meses del 2018, con un incremento de 0.8% contra el -1% del año anterior. Comportamiento generado por el incremento en tres de los cuatro sectores de la industria: energía eléctrica, agua y gas con 3.1%; construcción, con 4.5%; y manufacturas, con 0.9% de variación en febrero.
Por el contrario, el sector de minería tuvo un dato adverso de -5.6%, lo cual revela el deterioro estructural en que permanece; lo que es señal de que no ha podido salir de la depresión en la que se encuentra, además la guerra arancelaria o comercial ha puesto en una circunstancia aún más ardua a las empresas, es decir, se continúa con un panorama desfavorable, mencionó el documento del CEI.
Aunque las manufacturas están moviéndose hacia la misma dirección, aunque en diferente proporción, pues se mantienen con variaciones positivas pero cada vez con menor vigor. Por ejemplo, en febrero tuvo un avance menor que el contabilizado en 2017 cuando su actividad se elevó 1.1%. En tanto que con datos acumulados se observa la desaceleración, durante el primer bimestre del 2017 el incremento fue 2.6% contra el 1.1% de este año.
La industria de las manufacturas inició el 2018 con un avance de 1.3% y en febrero de 0.9% generando en el acumulado bimestral de 1.1%. Hacia el interior, durante febrero la fabricación de quipo de transporte aumentó 6.5%; productos textiles 6.4%; insumos textiles 6.1%; maquinaria y equipo 5.6%; e impresión con 5.4% en febrero.
En el opuesto se encuentran loa derivados del petróleo y carbón con un desplome de 39.2%; cuero y piel, con -12.9%; aparatos eléctricos -6.1%; productos metálicos -4.58%; y metálicas básicas con una pérdida de 3.8%; mientras que otras manufactureras se mantiene casi sin cambios con una variación en febrero de 0.3%. De estos comportamientos tan diversos, es importante dar seguimiento tanto a los que están con variaciones positivas como negativas.
“Al analizar los ciclos industriales de Estados Unidos y de México, se muestra que la concerniente al país ha iniciado un alza en su tendencia y ha vuelto a vincularse con la dinámica norteamericana. No obstante, debe señalarse que en las manufacturas se sigue profundizando la ruptura entre los ciclos de México y Estados Unidos, mientras que la primera potencia del orbe exhibe un ciclo al alza, el de México se mantiene estancado. En esencia la ruptura de la sincronía inició en agosto del 2017 y se sigue prolongando”.
Lo anterior se atribuye a la ruptura de los ciclos industriales en los sectores automotriz, de maquinaria y equipo, equipo eléctrico y electrónico, así como de fabricación de equipo de cómputo, todos de alta tecnología.