Armo nace en 1990 con el diseño, desarrollo y fabricación de proyectos de punto de venta. Actualmente, la compañía se sumó a la cuarta revolución industrial, automatizando y haciendo realidad la implementación de su primer robot colaborativo en el proceso de producción.
En entrevista con Énfasis Logística, su Director General nos habla de cómo se han revolucionado los procesos de manufactura a través de cobots, que permiten a todo tipo de empresas —y en especial a las PyME— alcanzar los objetivos de negocio en el mercado internacional.
¿Cuáles son los procesos que se dan en la compañía?
Somos una incubadora de ideas que diseñamos, creamos, producimos y con un gran compromiso y una actitud de servicio desarrollada por más de 27 años hacemos realidad proyectos de mobiliario de puntos de venta. En este sentido, combinamos el talento de arquitectos, diseñadores gráficos, diseñadores industriales, dibujantes, técnicos, ingenieros, ayudantes, personal con el cual conformamos ya más de 190 colaboradores comprometidos para hacer realidad proyectos exitosos de exhibición en tiendas y plazas importantes.
¿Qué funciones realiza el robot colaborativo que implementaron recientemente? ¿Para qué áreas?
Es nuestro primer robot, es de Universal Robots (UR). Apenas estamos incursionando en esta tecnología. El cobot llegó hace un par de semanas. Estamos aprendiendo a utilizarlo y estamos estudiando los resultados. Ocuparemos a este robot para el área de soldadura, un área en la que los operadores se exponen muchas veces por los riegos que caracterizan esta actividad.
¿De dónde partió la iniciativa dentro de la empresa para adoptar a este primer cobot?
Partió de la investigación y de estar muy abiertos a las nuevas tecnologías, a lo que hay en el mercado, a lo que está pasando en otros países. Viajamos mucho a Estados Unidos, Asia y a Europa para ver cuáles son las tendencias en empresas similares a la nuestra o en compañías que pudieran ser complementarias a nosotros, es decir, en la medida en que podamos adoptar lo más rápido posible lo mismo que están ocupando estos países va a ser más fácil que nosotros lo entendamos para tener una oferta de valor igual de importante o mejor para el mercado mexicano.
Se habla del desplazamiento de mano de obra en las empresas por adopción de robots en los procesos de manufactura, ¿qué hay de cierto en esto?
El robot colaborativo hará tareas que eran hasta hoy tediosas para la gente, pero ahora estas personas lo programarán para cumplir con esas actividades. En otras palabras, el operador no pierde su trabajo. Un robot colaborativo le hará más fácil al personal cumplir con sus funciones, ya que éste tendrá más herramientas, más tecnología a su disposición para hacer su trabajo mejor, más fácil y de forma segura.
¿Cuáles son los retos que enfrenta la compañía con la adquisición de esta nueva herramienta?
Definitivamente, atravesar rápido esta curva de adopción tecnológica: dos días, una semana. El proceso de transición debe ser realmente rápido. Para una PyME como nosotros, implementar una tecnología como ésta es increíble porque para muchos parece algo complicado y en realidad no lo es. Siempre digo que hay que pensar en grande y echar a andar la imaginación en los proyectos.
¿Qué tan complejo es encontrar en México operadores capacitados para la programación de robots colaborativos?
Hay mucho talento en el mercado en función de operadores. Quizá el problema sea abrir este abanico a más usuarios, a más gente. Por ejemplo, a recién egresados que, contrario a un soldador tradicional, tienen otro tipo de conocimientos. Al final, si logramos buscar en otros canales podríamos complementar la oferta del mercado.
¿Qué beneficios operativos le dará este robot colaborativo?
Hoy por hoy lo estamos midiendo y esperamos por lo menos entre 10 y 20 veces más eficiencia que con los procesos tradicionales. Esto, en principio, porque el robot no se cansa.
¿Y en cuestión de reducción de costos?
Con la adopción de robots colaborativos no buscamos reducir costos, sino mantenerlos. Eso sí, producir dos, tres o cuatro veces más. Optimizar no es como tal bajar el costo o bajar los precios para hacer algo, es más bien hacerlo más eficiente para multiplicar las utilidades y las posibilidades de fabricar más cosas.
Al respecto, y citando a Esben Østergaard, CTO y cofundador de UR, la colaboración humano-robot es 85% más productiva que humanos o robots trabajando por su cuenta.
¿Cuál será la competitividad de la empresa ya con inteligencia artificial en sus procesos de manufactura?
Siempre he pensado que la principal competencia es uno mismo. Siempre tienes que hacer las cosas de mejor manera. En México sí hay mucha competencia, pero en un mundo global nuestra competencia no es solamente México, sino empresas de la India, China, Estados Unidos, entre otras. En este sentido, nosotros tenemos que ponernos al nivel de estas empresas globales porque las marcas para las que fabricamos son globales también.
* Entrevista realizada el 30 de julio en la visita a la empresa Armo, en Industrial San Nicolás, Tlalnepantla, Estado de México, organizada por Universal Robots.