Qué es el fast fashion y cómo ha evolucionado
El fast fashion es conocido en México como pronta moda y se caracteriza principalmente por sus tiempos reducidos entre que sale en una tendencia pasarela y su entrega en el punto de venta, señaló Lucía Calderón, Gerente de Marca de Dicanco.
En el desayuno mensual del Council of Supply Chain Management Professionals (CSCMP), Capítulo México, celebrado en abril, los directivos Pablo Félix, Director de Logística en Deportes Martí; Stefan Hromatka, Director de Finanzas de Capa de Ozono; Lucía Calderón, Gerente de Marca de Dicanco; y Jesús Fernández, Director de Operaciones y Logística de Dafiti, moderados por Rodolfo López, integrante de la mesa directiva del CSCMP, coincidieron en que el sector de la moda ha evolucionado, sobre todo en indicadores como los tiempos de distribución.
Al respecto, la Gerente de Marca de Dicanco aseguró que anteriormente pasaban de tres a seis meses en trasladar las prendas desde la pasarela al punto de venta y actualmente no pasan entre dos a cinco semanas, por lo que se ha registrado una revolución en las ventas y en rotación del producto.
Por su parte, Pablo Félix, Director de Logística en Deportes Martí, hizo una clara distinción entre las operaciones del sector textil y el calzado, ya que éstos últimos utilizan más espacio en almacenes debido a las tallas y en el caso de cambio de temporadas que implica un cambio de color y el producto está aún en tienda, los usuarios tienden a comprar el producto viejo y eso "canibaliza" el margen de las ganancias, en ese sentido, la logística es fundamental.
Los obstáculos a sortear
El directivo de Logística en Deportes Martí afirmó que el gran reto para el sector de la moda es implantar soluciones logísticas sin impactar el margen de ganancias, “todo se puede hacer en logística pero todo tiene un precio; las soluciones tienen que ser rentables y no atentar con el margen del negocio”, abundó.
Destacó que los dos ejes que deben definir la cadena en el retail son la velocidad y la calidad en su ejecución, los cuales tienen que estar permeados por un margen de error cada vez más pequeño debido a que este sector es vulnerable a la piratería.
En este escenario, indicó que los corazones de retail son: el área comercial, el área de compras y el departamento de logística, los cuales deben estar coordinados en todo momento para determinar aspectos como la selección de inventario, los tipos de entrega y flujo de la supply chain; “la distribución es factor clave y en nuestro caso no sería posible si no lo hubiéramos tercerizado, recomendó Félix a las organizaciones.
En su turno, Stefan Hromatka dijo que en la compañía Capa de Ozono los retos apuntalan a encontrar el balance entre importar artículos desde Asia y aprovechar la proveeduría nacional. Afirmó que el 20% de los productos de Capa de Ozono son importados, por lo que traen lotes chicos y si el modelo se vende, se replica en el mercado nacional a fin de no arriesgar la compra.
La tendencia en fast fashion: e-commerce
Para Jesús Fernández, Director de Operaciones y Logística de Dafiti, la tendencia actual dentro del fast fashion es el e-tailing cuyo término radica en que, por lo general, son empresas detallistas que se dedican a ofrecer productos y servicios de mensajería en un ambiente virtual.
En esta forma de negocios, “el mercado nacional afronta cuatro retos: la desconfianza, los precios, pocas tarjetas de crédito, ya que tenemos .2 tarjetas percapita comparado con Brasil y Argentina que tienen entre 1 y 1.2, y por último, el acceso a internet debido a que el 40% de los mexicanos tiene acceso a la red en comparación con Centroamérica que llega a 70%.
Para resolver estos retos es importante contar con métodos de pago que no requieren tarjeta, como por ejemplo pago en farmacias o puntos estratégicos, afirmó Fernández y resaltó la importancia de tener un enfoque logístico para que tenga el cliente obtenga el producto rápidamente; un 92% de la gente está dispuesta esperar hasta tres días; sin embargo, el porcentaje se reduce hasta el 50% respecto a los consumidores que están dispuestos a esperar cuatro y cinco días, explicó.
Recomendó tener inventario propio y un sistema WMS para enviar los artículos. En cuanto a los productos, que por alguna causa se regresan, mencionó que cuentan con fases de logística inversa, las cuales tienen que ver con temporalidad y la demanda, “todo lo que regresa tiene un costo asociado porque no se pueden regresar al proveedor”, advirtió.