Existe una necesidad de profesionalizar y dar valor a los transportistas para que puedan potenciar su accionar en el contexto estratégico de México, y a su vez, para que sean generadores de nuevas oportunidades de negocio. Para esto es necesario conocer las diversas oportunidades que se le presentan a empresas vinculadas al transporte en México, por lo que es importante el análisis de la localización global que debería potenciar las actividades.
México y sus tiempos internos y externos
“México es el polo logístico del mundo”. La frase puede ser una afirmación, una sentencia o una pregunta. Ciertamente todos los actores vinculados a la gestión de cadenas en México podrían hacerse la pregunta: ¿por qué no es México el polo logístico del mundo?
Más allá de la consabida cercanía con Estados Unidos, México tiene una posición geográfica privilegiada: su distancia a todos los grandes hubs logísticos del mundo supera al resto, como a los de Rotterdam, Hong Kong y Santos o Valparaíso, por definir puntos representativos de grandes zonas económicas de Europa, Asia y Sudamérica.
Comparando el comercio de México con las grandes regiones del mundo (el volumen de comercio exterior con Norteamérica representa el 80% aproximadamente, en cifras divulgadas públicamente) se aprecia que se ha sub explotado, en lo que cabe, las relaciones con las regiones diferentes a Norteamérica, y esto se aprecia simplemente por los bajos volúmenes que representan en el total las otras regiones.
Una máxima sabia sobre clientes y mercados diría que es conveniente buscar modos de aumentar esas participaciones relativas, diversificar mercados (con las regiones que no son Norteamérica), simplemente aumentando los volúmenes de comercio con ellas.
¿Cuántos productos o industrias se podrían sumar al conglomerado industrial mexicano con un aceitado ajuste de plataformas logísticas, al estilo del desarrollado por los países asiáticos? Nótese que en este sentido, no es exclusivamente la acción gubernamental la generadora de esta posibilidad, pues existe un amplio campo librado a la iniciativa privada. Vincular los ejes logísticos este-oeste es parte de este desafío. Los tiempos “naturales” de transporte dentro del territorio mexicano facilitan ampliamente esa vinculación geográfica entre océanos (¿por qué no pensar en un nuevo Canal de Panamá?)
¿Qué oportunidades tiene la industria del transporte en México?
Existe sin duda un importante margen de crecimiento en el mercado de operadores logísticos mexicanos. El gasto relativo en outsourcing está rezagado frente a otras regiones, y más cuando se considera frente a Norteamérica (donde México es el país más rezagado).
Otra gran área de oportunidad son las mejoras operativas. Cualquier operador mexicano pudiera mirarse –los habrá con mejores o peores estándares- para ver cómo se encuentra posicionado frente a la media, y al mismo tiempo, ver la velocidad de mejora promedio de la industria en el mundo. Sin duda, la competencia de una multitud de operadores logísticos hoy en México es la competencia global
Una tercer área de oportunidad es la de agregar servicios. Los operadores logísticos mexicanos tienen tres vectores de crecimiento paralelos: captar nuevos clientes, mejorar niveles de servicio y aumentar el espectro de prestaciones que tienen sobre los clientes existentes.
Concluyendo: ¿hacia dónde ir?
Posiblemente, la principal pregunta que pueda hacerse un operador, sea cual sea su espectro geográfico de operación, es: ¿en qué cadenas interviene? Pues la dinámica de los mercados y la perspectiva de operaciones integradas son crecientes. Y consecuentemente: ¿cuál es su capacidad de relacionamiento y desarrollo de nuevas capacidades (servicios) en el contexto geográfico mexicano?
El tiempo de respuesta es una segunda variable a considerar. No es igual surtir en 24, que en 48 que en 72 horas. Este timing implica muchas coordinaciones (como la de aquel operador logístico que es capaz de cruzar la frontera en dos horas, por imperativo de sus clientes). Las políticas de operación de las empresas son centrales o primordiales en este sentido y el sentido de mejora y de incorporación prácticas más “convenientes” es parte importante de esta estrategia.
La gran oportunidad de desarrollo de las empresas de transporte mexicanas está en su capacidad de incorporar capacidades y clientes, en el sentido más amplio, su espectro de acción. Queda por ver cuáles son las complejidades que representa el transporte para una empresa como sistema, y cuál es el mejor modo de abordar costos y oportunidades de desarrollo desde la vertiente de un transportista.