En algunos casos, en el transporte los seguros y la vigilancia reflejan hasta 50% del costo operativo. Son costos que por no agregar valor, afectan seriamente la competitividad, por lo que es urgente adoptar medidas que realmente contribuyan a ganar la batalla a la delincuencia organizada que se manifiesta en la forma de robo al transporte.
En efecto, el robo al autotransporte presenta un notable incremento en los últimos 12 meses, de ahí la necesidad de desarrollar los instrumentos de comunicación y coordinación con todas las autoridades de los distintos niveles de gobierno. Sin descartar por supuesto, la reforma a todo el marco jurídico relacionado con la seguridad pública y la procuración de justicia.
Por parte del sector empresarial, éste se ha visto obligado a eficientar los sistemas de protección a través de la utilización de la más avanzada tecnología, lo que sin duda afecta los costos de transportación.
De acuerdo con cifras presentadas por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en el 2004 se reportaron 10 mil 883 sinistros, mismos que representaron un monto de mil 135 millones de pesos; para el 2005, se tuvieron 10 mil 254 siniestros, mismos que acumularon un total de mil 331 millones de pesos; durante el 2006, se registraron nueve mil 875 siniestros, es decir mil 765 millones de pesos.
En estos años se reflejó un aumento en la suma de los siniestros en 55.5%, aunque el número de siniestros se redujo en 9.26%, esto indica que la severidad se incrementó y la frecuencia disminuyó.
De acuerdo también con un funcionario de la misma asociación, tan sólo de enero a junio de 2007, fueron robados más de cinco mil 300 vehículos de carga que transportaban distintas mercancías, lo que equivale a 22% de todas las unidades robadas en el país.
Los estados donde se presenta con mayor recurrencia el problema, considerando el monto de lo robado son: Distrito Federal, Estado de México, Baja California, Veracruz, Nuevo León, Puebla Jalisco y Tamaulipas; en ellos se concentró 80% del monto de los siniestros.
Los municipios y delegaciones que reflejan 60% del monto siniestrado son: Ensenada, Veracruz, Tlalnepantla, Monterrey, Puebla, Iztapalapa, Tláhuac, Guadalajara y Azcapotzalco.
Las carreteras con mayor presencia del crimen organizado son: México-Nuevo Laredo, México-Guadalajara, México-Puebla y México-Veracruz.
El tipo de mercancía que concentró 82% del monto de los siniestros fue: artículos para el hogar (36%); abarrotes (17%); automóviles, camiones, bicicletas (13%); maquinaria y equipo (4%); equipo electrónico (4%); farmacéuticos (3%); telas y textiles (3%) y equipo médico (2%).
Además 75% del total de los siniestros se presentó por la mañana y el mes con mayor incidencia (21%) fue diciembre.
Si bien, las estadísticas (todas ellas generadas por AMIS) son frías, es un hecho que repercuten en toda la cadena logística, de ahí que el proceso de plantación estratégica debe contemplar la generación de mecanismos de prevención al interior de la misma.
Ya no es suficiente contratar vigilantes y custodios, ahora el control de las pérdidas debe ser un aspecto a considerar dentro de la planta como una inversión, el concepto de seguridad ha evolucionado hasta incluir la creación de valor dentro de la cadena de suministro.
Todas las actividades de la logística deben integrarse en una proyección que considere la administración del riesgo, con el objeto de garantizar que el producto se encuentre en el lugar correcto, en la cantidad y calidad requeridas, con oportunidad y al menor costo posible.
Las acciones de tipo empresarial deben ser reforzadas con una política de estado que evite que, en materia de robo al transporte, lleguemos a los índices de los 90, cuando llegó a representar la segunda actividad ilícita más lucrativa después del narcotráfico.
De ahí que sea fundamental, además de restituir las funciones y facultades que tenía la Policía Federal de Caminos, reactivar el Programa Nacional de Seguridad en el Transporte, con la consecuente creación del Consejo Nacional de Seguridad y sus respectivos comités estatales, como instancias de coordinación e intercambio de información entre las diferentes instituciones y organismos.