Las fronteras entre los países están en extinción. Aquellas imágenes de murallas interminables con alambres de púa se nos presentan en blanco y negro. La globalización inundó todas las áreas y la economía no quedó afuera. Desde la segunda mitad del siglo pasado la tendencia a la integración entre los países es un hecho. Hoy no se duda de que la cooperación potencia el beneficio mutuo, y las medidas proteccionistas que impliquen barreras al comercio internacional son vistas como un retroceso (o, en el mejor de los casos, como un “mal” necesario).
La Unión Europea (UE), tal como funciona hoy, hace unos años podría haber sido considerada de ciencia ficción. A nivel regional el MERCOSUR, aunque aun lejos de constituir una unión aduanera, ya dio unos pasos más allá de ser una zona de libre comercio y el proyecto de integración ya aparece como ineludible.
El Código Aduanero del MERCOSUR
Un paso fundamental para el avance y fortalecimiento de la alianza entre los países que lo conforman fue la aprobación del Código Aduanero del MERCOSUR (CAM) en la Cumbre de San Juan celebrada en agosto de 2010.
Este Código fue objeto de críticas por parte de especialistas en la materia, principalmente basadas en sus omisiones. Por un lado, porque el proyecto se trata de un código “marco”, lo que implica que se delegue gran parte del contenido en las normas reglamentarias; por el otro, mientras esa normativa no se complete, la legislación interna regirá en la operatoria de cada país.
Por otro lado, también contó con el apoyo de otros profesionales de la especialidad, que pusieron de resalto el gran paso que significó la aprobación de este cuerpo normativo luego de varios intentos fallidos, y relativizaron el carácter de norma ”marco” en pos del proceso de integración que ya es irreversible.
En cuanto a la vigencia, el poder legislativo de cada país deberá aprobar el CAM y de ese modo quedará incorporado y sus disposiciones prevalecerán respecto de cualquier normativa interna de los países.
Un paso más hacia la integración
Para comprender la importancia de la existencia de éste Código: una normativa aduanera común entre los países que conforman el MERCOSUR, es uno de los pilares fundamentales, junto con la unificación de la operativa aduanera, la eliminación del doble arancel y el acuerdo sobre la distribución de la renta entre los países, para que la integración pase de ser una zona de libre comercio a conformar una verdadera unión aduanera.
Una única legislación vigente implicará entonces, para la unión aduanera, un conjunto de normas que regirá las relaciones entre las administraciones aduaneras y los sujetos que intervengan en el ingreso, circulación, permanencia y egreso de mercaderías en los distintos países que conformarán un único territorio aduanero.
El impacto en los operadores
Para los operadores de comercio exterior, la normalización aduanera presenta notables ventajas. El tratamiento a otorgar a la mercadería, así como los regímenes y la operatoria serán únicos, de modo que para importar y exportar cualquier mercadería será indistinto hacerlo desde cualquier puerto de cualquier país del MERCOSUR. Los trámites se agilizarán, pues estarán unificados los formularios y los sistemas informáticos. Los controles aduaneros se reducirían al monitoreo del ingreso o egreso del territorio común y no necesariamente en la frontera política de cada país. Los costos se reducirían notablemente por la eliminación del doble arancel respecto de las mercaderías que ingresen, egresen y circulen por los países del MERCOSUR. Y, en definitiva, una armonización general que implicará mayor seguridad jurídica para los operadores y celeridad en las operaciones comerciales.
La agenda de implementación
Según las autoridades que tienen a cargo llevar a la práctica los pasos previstos, se estima que la aprobación del CAM por parte del Congreso Nacional será efectuada durante le transcurso de 2011, al igual que los poderes legislativos del resto de los países. Más allá de este paso, los desafíos de la agenda son los procesos que –lejos de ser formalidades- significarán un arduo trabajo que requerirá de la comunicación fluida de todos los miembros del MERCOSUR, franca actitud conciliatoria y dedicación de los técnicos.
Entre esos objetivos se encuentra la armonización de los sistemas informáticos para la gestión aduanera, que se espera pueda estar implementada para el 2012. Y con metas a más largo plazo está pendiente la eliminación del doble arancel, implementación prevista en varias etapas que se espera estén cumplidas para el 2019 y que supondrán la superación de los acuerdos relativos a la distribución de la renta aduanera. Este cronograma para algunos puede parecer demasiado optimista y para otros no es más que un avance inevitable, pasos naturales de un proceso que lleva años y que no puede tener otro destino.
Lo que nadie puede negar es que existe una marcha que -con avances y retrocesos- se mantiene en un mismo sentido: el de la integración.