La industria automotriz de México seguirá en crecimiento a pesar de los recientes anuncios de empresas cancelando inversiones y las amenazas realizadas a otras compañías del sector por el gobierno estadounidense representado por Donald Trump, ya que producir en México resulta más barato que en Canadá y Japón, de acuerdo con un reporte de KPMG.
Si bien, la cancelación de inversiones como la de Ford en México y otras que pudieran seguir en el futuro inmediato tendrían un impacto negativo, una cancelación masiva y generalizada de inversiones no es probable, opina Oscar Silva, Socio Líder del Área de Global Strategy Group en México.
La firma indica que los costos de producción automotriz en el país son 12.3% menores que en Estados Unidos, 8.6% más bajos que en Japón y 4.6% en Canadá; además que México es el exportador número uno de autos a Estados Unidos (EU), con una participación de 26% con lo que supera a Canadá y Japón, que tienen 24% y 20%, respectivamente.
Ello, según Silva, demuestra "las tantas fuentes de la competitividad del país, ya que la relación precio-calidad de la mano de obra mexicana es indudablemente la mejor a nivel mundial, a esto se debe que algunas marcas de autos de lujo consideran a México como pieza clave", menciona
el ejecutivo.
En dicho contexto, el principal argumento para la industria consiste en que un impuesto generalizado a la importación de vehículos mexicanos no tendrá el efecto previsto, a menos que vaya acompañado de impuesto similar aplicado a las importaciones de Japón, Canadá, Corea, Alemania, el Reino Unido y todos los demás exportadores. Así como un incremento muy importante de la capacidad instalada en un periodo corto de tiempo.
El especialista subraya que en caso de que el presidente estadounisense aplicara un impuesto, éste tendría que ser pagado por el consumidor: Si Estados Unidos logra de alguna manera incrementar automáticamente su capacidad instalada, tarea poco probable considerando que una planta promedio lleva más de 2.5 años en construcción, un incremento aproximado y también automático de 8.6 % le seguirá. En pocas palabras, el consumidor terminará pagando por esta decisión.
La única alternativa, además de una improbable reducción adicional a los márgenes de los fabricantes de equipos originales (OEM), menciona el ejecutivo, es absorber los incrementos en los precios mediante subsidios, "la pregunta es ¿quién pagaría por estos subsidios?".
Aunque EU tiene mucho margen de acción, una prohibición unilateral a las importaciones de México sería una solución limitada a un problema mucho más complejo. En suma, en el largo plazo los anuncios recientes no impactarán a una industria con más de 90 años de historia ni a una dinámica comercial que se ha construido y fortalecido en las últimas dos décadas en nuestro país, finaliza el especilista de KPMG en México.