Parece que México está destinado a enfrentar una diversidad de retos cada sexenio, y el arranque del actual parece no ser la excepción. La incertidumbre permea algunos sectores de la economía, comenzando con los afectados por los diversos cambios y exigencias del TMEC, tratado que lleva varios meses pendiendo de un hilo con aranceles.
Por ejemplo, las noticias no son buenas para los exportadores de tomates; recientemente Estados Unidos anunció la aplicación de un arancel de 17.5% al tomate mexicano, que representa 1.4 millones de empleos entre directos e indirectos y 2 mil millones de dólares en exportaciones para México.
Hay otros sectores que están activos y creciendo como el sector automotriz, motor de la actividad manufacturera mexicana, con un crecimiento exportaciones de 2.8% en total y 13% las dirigidas a Estados Unidos. Por su parte, con los países con los que no hay acuerdos como China, entre otros países asiáticos, México renovó los aranceles a calzados y textiles para proteger la producción nacional.
Como si fuera poco toda esta coyuntura de noticias para las industrias, los empresarios se enfrentan a la volatilidad económica que generan la caída en las previsiones de crecimiento y la baja en la calificación por riesgo. Por mencionar algo, el Banco de México bajó la previsión de crecimiento a 1.52% para este año, al igual que la OCDE que la ubicaba en 2% y la bajó para 1.6%. Esto contrasta con un panorama mucho más positivo que divulgó el gobierno recientemente.
Pero, ¿cuál es el impacto de las discrepancias entre las proyecciones económicas?, ¿cómo afecta la baja en la calificación de riesgo país a las empresas? El principal efecto colateral de todo esto es la pérdida en la confianza, que si lo miramos de forma práctica, perjudica el costo del financiamiento, por la mayor percepción de riesgo en el país.
Esto hace que las empresas destinen efectivo, que se invertía en otras cosas, para colocar deuda, perjudicando su flujo de efectivo. La pérdida de la confianza erosiona factores como el empleo, aumento de la informalidad y perjudica la seguridad. A su vez, la pérdida de la confianza afecta la variación del tipo de cambio y otras variables macro que tienen un efecto directo en la competitividad.
Así, las empresas mexicanas, incluso las más resilientes, no pueden controlar tanta disrupción y es muy difícil anticiparse a tantos cambios inesperados. En mi experiencia como vicepresidente de Ventas Globales en LLamasoft, escucho conversaciones de clientes, que suelen ser de las empresas más grandes e innovadoras en Latinoamérica y del mundo, que se enfrentan en el día a día a grandes retos y donde hemos encontrado áreas de oportunidad.
En que una de las variables estratégicas que les ayuda a contrarrestar toda esta volatilidad, es la disponibilidad de flujo de efectivo para poder tomar acciones rápidas frente a las contingencias, y además, una capacidad para hacerlo a través de su cadena de suministro. Pero, ¿cómo el flujo de efectivo puede estar relacionado con la cadena de suministro?
Estas empresas innovadoras han creado un centro digital de diseño y toma de decisiones, donde a través de un ‘digital twin’, son capaces de recrear en el mundo digital sus cadenas de suministro reales y simular los riesgos potenciales de sus operaciones end-to-end.
Esto les ha permitido, por ejemplo, medir el impacto potencial de cambios en aranceles y barreras de entrada en el negocio, determinando las alteraciones que deben hacer en sus locaciones y capacidad de producción, así como en el sourcing, siendo capaces de tomar decisiones basadas en el costo de servir a los clientes incluyendo los análisis arancelarios y de impuestos, requerimientos locales del mercado a través del uso de analíticas.
Otra forma de liberar flujo de caja es con una estrategia de transportes competitiva. El costo de transporte para la mayoría de las empresas es el más alto, significando millones de dólares anualmente. Tenemos datos de clientes que han percibido ahorros hasta del 10% en sus costos de transporte anuales, determinando una estrategia sólida para la selección de modos de transporte y diseño de rutas óptimas, minimizando costos y millas vacías.
A medida que las empresas crecen y se expanden a otras regiones, es difícil administrar y desarrollar políticas de inventario efectivas. Cualquier falla en la estrategia de inventarios genera costos en capital de trabajo y en el nivel de servicio. El Centro digital de diseño y toma de decisiones de LLamasoft ha permitido a las empresas analizar y clasificar adecuadamente la demanda, factorizar todos los aspectos del inventario para las estructuras de la cadena de suministro nuevas y existentes y simular el comportamiento del mundo real, permitiendo una verdadera comprensión de las realidades operativas de su estrategia y políticas de inventario previo a la implementación.
Estos son solo algunos de los ejemplos de los tipos de análisis estratégicos que se pueden realizar de forma repetible en todas las funciones del negocio para liberar flujo de efectivo, estar preparado para cualquier contingencia en un mundo disruptivo y de grandes transformaciones e incertidumbre, es obligatorio.
*Vicepresidente de Ventas Globales en LLamasoft.