Con base en datos de la Dirección General de Aeronáutica Civil, en línea con la contracción del pasaje, 15.70% en el período, el servicio de carga en compañías mexicanas se redujo 20.54% respecto al primer semestre de 2008.
Según esa dirección, entre el servicio doméstico e internacional (con envíos regular y por fletamento) se transportaron 108 millones 658 mil kilogramos de carga durante los primeros seis meses del año contra 136 millones 763 mil kilogramos en igual lapso de 2008.
La Dirección General de Aeronáutica Civil precisó que la disminución en el embarque hacia el exterior, el cual representa 54% de la actividad aérea de carga en firmas nacionales, fue de 22.38%; en tanto que en el doméstico el impacto fue de 18.23%.
Se indicó que las compañías extranjeras disminuyeron su actividad en 21.84% para situarse en 123 millones 262 mil kilogramos; comparado con el sexto mes del año pasado, se dijo, la cifra era de 157 millones 713 mil kilogramos.
Esta situación, indicaron especialistas, es el reflejo del impacto económico a nivel mundial, donde a medida que disminuyó el intercambio comercial, el envío de mercancía bajó.
Desde el punto de vista de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), en junio la demanda de carga se mantuvo relativamente estable, pero a un nivel de 16.5% por debajo del mismo mes del año pasado en el mundo, por lo que, señaló, el tráfico se mantiene débil. Según esa asociación, en Latinoamérica la demanda cayó 14.2% en junio, aunque el factor de ocupación fue el más bajo en el orbe con 31.6%.
Al respecto, el director de IATA, Giovanni Bisignani, refirió que estos son tiempos extremadamente duros para las líneas aéreas, incluso no se tienen signos de una recuperación económica anticipada; aunado a ello, agregó, se suman otros riesgos externos como el alza de los precios del petróleo y el impacto de la influenza.
“La liquidez se ve amenazada por la débil demanda y exagerada por los descuentos en las tarifas; después de años de reducciones de costos, la posibilidad de nuevos recortes es limitada y la flexibilidad es crítica para encontrar nuevas fuentes de capital y nuevos mercados”, concluyó Bisignani.
Fuente: El Universal